Ansiedad.

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-Yo no sé que pasa y estoy harto de que ella no me diga nada y mas que harto preocupado ¿sabes? La amo y me pone mal verla así y hoy no almuerza conmigo y aquí estoy y no es que seas mala compañia pero es mi novia, mi novia... ¿sabes? disfruto decirlo pero bueno... regresando al tema.-

-Arnold.-la cansada maestra se quita los anteojos y se masajea el entrecejo. -No sé que te hace creer que soy buena en cosas del amor pero no lo soy. ¡Dios! No has dejado de hablar de ella y yo ni la conozco.-

-Te puedo enseñar una foto...-dice él sacando el celular.

-¡No!-se relaja -No me mal entiendas, amigo pero simplemente ya no quiero saber sobre tu relación amorosa...-dice algo cabizbaja y él siente que ha metido la pata.

-Lo lamento, Ale, mejor cuentame... ¿como va?-

-Es un asco, me esta pidiendo mas dinero del que tengo, no entiendo que le hice a Hernan pero no creo que haya sido tan grave como para que le ponga tantas trabas a nuestro divorcio.-

-No pienses en eso, ya se solucionará...-

-Tu me lo preguntaste.-dijo obvia y luego sonrió sarcasticamente -Pero bueno, mejor regresemos con tu Helga. ¿No has pensado que deberías dejarla en paz? Por todo lo que me has contado que creo que es TODO, debo decir que ella es lo suficientemente madura como para resolver sus problemas sin tu ayuda.-dijo tranquilamente, mientras hacía pausas para tomar su jugo.

Arnold se le quedo mirando pensativo.

-Tal vez, pero soy así. No puedo evitar preocuparme por ella.-

-Ya, ya, pues la amas así que es normal pero controlate ¡por Dios! Eres el primer hombre que conozco que se pone tan nervioso porque su novia no le cuenta todo. Algunos hombres prefieren las cosas mas... mas ¿serias? -lo pensó mejor -Digo, la mayoría de los hombres son de "mientras no me afecte tu sigue en lo tuyo", cosa que no es malo pero ya exageras.-

-No. He sido así siempre y ella lo sabe, por eso hoy en la mañana me hablo tan firme sobre que no me meta...-se quedo pensativo -¿Sabes? Creo que debería enfrentarla.-dijo con determinación en los ojos.

-¿Como llegamos a esto?-preguntó la morena sorprendida.

-A Helga le gusta llevar el control de todo y yo jamás me he metido en eso, sé que a ella le gusta y a mi me encanta verla tomando el control -la mirada soñadora de él hizo sonrojar a su compañera de trabajo -Pero tal vez y solo tal vez si yo tomo el control de la situación...-

-Arnold... no quiero saber que piensas.-resaltó mientras comía un pedazo de pan.

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-Jefa...-llamó Elizabeth antes de abrir completamente la puerta.

Helga estaba frente a su lap escribiendo con los audifonos puestos.

-¿Pasa algo, Eli?-preguntó al verla.

Elizabeth la observo mas tranquila y apunto mentalmente preguntarle en un tiempo mas a quien había ido a ver al mediodía y como era que después de esa cita estaba tan tranquila.

-Solo vengo para decir que ya son las siete... Yo me tengo que ir.-

-¿Las siete? Elizabeth te hubieses ido hace un rato, perdoname. Desde ahora si ves que es tan tarde me dices, tienes que estar con tu hijo y yo te quito mucho tiempo, perdón.-dijo con preocupación la rubia.

-No te preocupes, él esta con una tía. Mañana tendré el día libre para estar con mi bebé.-

-Si, pero...-

Regresando a Inglaterra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora