No te confundas.

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Las tres cabezas giraron a ver a la rubia. Con su cabello en una coleta algo despeinada, anteojos y una pose de enojo de lo mas terrorifica.

-Helga.-dijeron los dos hombres al instante y voltearón a verse con el ceño fruncido.

-Jefa.-dijo sonriendo socarronamente, Elizabeth.

-Hola, Ernest, Arnold.-dijo llamando su atención.

Estaba algo sorprendida por el ramo de Ernest pues no se lo esperaba.

-Helga, ¿como estas? ¿es cierto lo que él dice?-dijo Ernest señalando a Arnold.

-No.-dijo solemne y Arnold sintió que el corazón se le rompió en ese instante -Pero si se aplica, pronto lo será.-dijo coqueta y Arnold la miró sorprendido.

-Un hombre muy suertudo en verdad.-dijo Ernest sonriendo.

Arnold lo miró feo.

-¿Y se puede saber qué haces aquí, Ernest, amigo?--preguntó con la ceja arqueada. 

-No te había dicho pero... Elizabeth.-la miró y esta se sonrojo.

Helga veía incredula a su amiga y a su amigo.

-¿No será lo que estoy pensando verdad?-

Arnold, cabe señalar estaba bastante confundido.

-Bueno...-empezó la pelinegra.

-Estamos saliendo.-dijo al mismo tiempo que le entregaba sus rosas -Espero te gusten.-dijo haciendo sonreír a Elizabeth.

-Supongo que por eso vienes a la hora de la comida ¿eh? Aunque lo que no puedo entender es como no lo supe antes.-dijo viendo a Eli.

-Fue algo muy divertido en realidad. A penas llevamos unas citas y en realidad nos estamos conociendo- Ernest la miró sorprendido y algo herido -Pero si se aplica.-dijo burlona.

-Bueno, Helga, tu ya sabes nuestro pequeño secreto pero yo no sabía de...-miró a Arnold quien agradecía que lo volvieran a tomar en cuenta pues se sentía menos entre ellos.

-Ernest, te presento a Arnold, Arnold él es Ernest, amigo de la universidad y socio de la firma.-dijo y Arnold y el castaño se tomaron de las manos.

-Con que lograste encontrar los sentimientos de Gerald.-dijo burlón y recibió un golpe en el hombro -Aunch.-

-Si.-respondió Arnold sin saber realmente que debía decir.

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Cuando Elizabeth y Ernest se fueron a comer, Helga, algo seria hizo que su rubio pasará a su oficina.

-¿Me vas a explicar eso de que te andas proclamando algo que no somos todavía?-dijo sentandose y él hizo lo mismo.

-Pensé que...-

-No me gusta que pienses.-corto ella con el ceño fruncido. -¿Qué haces aquí?-

-Te  extrañe-contestó luego de una pausa -No contestas mis llamadas.-

-He estado realmente ocupada.-

-Lo, lo siento.-dijo sonrojado, ya que estaba apenado por la situación de creer que el amigo de Helga iba a llevarle rosas a ella.

-No importa ¿algo que me tengas que decir?-

-En realidad solo deseaba saber como estas y... ¿como estas?-preguntó con cara de inocencia.

-Mal. Acabo de rechazar una oferta millonaria de trabajo hace unas horas y un rato mas tarde me llega el reporte de que tres casos mios están siendo investigados porqué según dicen cometí un estúpido error. Tengo hambre y no podré salir hoy, en una hora tengo una reunión con mis jefes.-suspiró- Debí aceptar el trabajo.-

Regresando a Inglaterra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora