XLV

2.1K 246 1
                                    

Adán:

-¿Estás seguro?-

Salazar intenta persuadirme mientras reviso los últimos papeles en el despacho de mi padre.

-Si, así que no hables más-

Le reprendo de forma calmada.

Salazar se rasca la cabeza un poco frustrado.

-Entonces voy contigo-

-No, tienes que quedarte con Angie, y protegerla, todos ustedes solo tienen la misión de protegerla-

Pongo el sello real en la orden para formar al grupo que me acompañará en la expedición en búsqueda de mi padre.

Salazar se coloca a la altura del escritorio.

-Adán Kylroyan, fuimos transformados específicamente para ser de ayuda para ti, desde el momento de nuestro nacimiento hasta el día de nuestra transformación solo hemos sido entrenados para servirte a ti... Y sé lo mucho que amas a Angie... Pero la prioridad eres tú-

Golpeo el escritorio, no quiero que siga diciendo tonterías.

-Angie es mi alma... Así que la prioridad es ella... Salazar, entiéndelo, si la pierdo a ella, entonces nada volverá a tener sentido, ni la corona, ni la vida-

Mi voz es fría, tal vez bastante ya que Salazar me mira como si no pudiera creer mis palabras.

-Vas en búsqueda de tu padre... Y nos pides que protejamos a Angie... Adán... ¿Por qué haces esto por un hombre que te abandonó a tu suerte? Si no es por la corona, entonces quédate por Angie, y no vallas a ese lugar...-

Miro el escritorio, todo el despacho me trae recuerdos...

Ninguno es bueno.

La mirada sombría de mi padre, cada que miraba mi rostro, podía ver el dolor y el asco que le suponía mi propia existencia.

Pero nunca lo reproché.

Y aunque a veces sentía rencor... Siempre terminaba por perdonarle.

Ahora mucho más, pues entiendo lo que debió haber vivido al perder a su tua cantante.

Al ser atormentado todos estos años por un fantasma en el rostro de su hijo.

-Es mi padre...- Es todo lo que puedo decir a Salazar, que no creo que lo entienda.

Ni siquiera yo entiendo por qué estoy arriesgando tanto por intentar, al menos, recuperar su cadáver.

El amor filial es bastante... Raro.

Y esta monarquía se está cayendo a pedazos... Cuando todo termine, entonces... ¿Cómo podría estar tranquilo conmigo mismo sin haberlo intentado al menos?

Angie:

-No pareces feliz-

Adán me ha pegado su amor por la ropa de luto, mi vestido es negro con mangas largas, tengo el cabello recogido, y una mantilla cubre mi rostro.

-Soy feliz-

Respondo mientras se coloca a mi lado, siento su eterna mano helada rosar mis manos cálidas, un escalofrío me recorre por la espalda, aún no me acostumbro a qué esté siempre tan frío.

Lo abrazo ocultando mi rostro en su pecho.

-Mi padre a desaparecido, lo último que sabemos de él es que lo sitiaron en la Ciudadela Norte... Pero... Es probable que lo hayan matado-

Me entierro más en él, su aura ha cambiado, como la mía, ya no tiene esa tristeza acentuada que le hacía llevar la cabeza gacha, ahora tiene una melancolía nueva que le da un porte elegante y firme.

-No pienses en eso, tu padre es fuerte, es el rey de una especie que lo controla todo-

Lo digo con honestidad, pero Adán se tensa, puedo sentir como su mano atrapa mi cintura, con su mano libre juega con mi cabello, parece demasiado nervioso.

-No somos inmortales Angie... Somos igual de efímeros que tú, un día estamos, y al otro desaparecemos-

Sus labios besan mi frente, me fundo en él más mientras intento calmar todo ese dolor que tiene adentro.

Está bien Adán, está bien, puedo cargar con tu peso, puedo ser tu apoyo, solo confía en mí... Porque siempre estaré para ti.

-Los iluminados están intentando tomar las dos ciudadelas que faltan, puede que cuando lo logren, avancen al castillo en cualquier momento-

-Estaremos preparados-

Es todo lo que digo, no voy a volver a ser una presa fácil de cazar, voy a luchar sin importar nada.

Adán me separa de él levemente, puedo ver sus ojos ámbar fuego, me mira con tristeza y preocupación.

-Iré por mi padre- Contengo el aliento -Es probable que la guerra inicie mientras no estoy-

Mi corazón se siente pesado, la ansiedad llega a todas partes de mi cuerpo... Una guerra... Jamás, en todos los siglos que esta monarquía lleva viva, jamás han tenido una guerra por el trono.

-Sé lo que significa ir a ese lugar... Y por eso quiero darte esto...-

Adán me tiende un frasquito de vidrio pequeño con un líquido negro que se revuelve en sí mismo de forma constante.

-¿Qué es?-

Pregunto mientras el cierra mi mano y le da un beso.

-Es mi veneno... Hice que un boticario separara las propiedades más dañinas, así que ha quedado solamente el veneno necesario para que puedas aumentar tu estado a la par de un vampiro por un tiempo... Pero tiene un problema-

Mi corazón late como loco.

Me está dando esto... Por si muere.

Me lo da para que pueda protegerme... Por si él no está.

-¿Cuál problema?- Mi voz tiembla al hablar.

-Sigue siendo veneno... Así que tarde o temprano terminará con tu vida humana, bébelo solamente si es... Extremadamente necesario, Angie... Solo tómalo si... Muero en esta guerra y necesitas protegerte.... ¿Me lo prometes Angie?- Adán levanta mi rostro, quita suavemente el velo que me cubre –Por favor, alma mía... Promételo-

Aprieto el frasco fuertemente en mi mano, siento un terrible nudo en la garganta, pero no quiero llorar.

-Lo prometo-

Adán me besa, yo le tomo del cabello rubio para profundizar el beso.

No quiero que se aparte de mi lado, no quiero que esté en esa guerra... No quiero que muera.

Las lágrimas comienzan a brotar de mis ojos.

Sé que debe hacerlo, si yo estuviera en su lugar, también lo haría.

Así que no trato de detenerlo.

-Mi corte real te cuidará, activarán el plan Z de ser necesario, así que Angie... Todo lo que te pido es que te mantengas con vida tanto como sea posible, eres mi alma, y mientras tú estés bien... Yo también lo estaré-

Adán me abraza con fuerza.

Y entre mis lágrimas y su tristeza, pasamos esta noche juntos, reconociéndonos más allá del cuerpo.

Más allá del deseo

E.

El Último Príncipe Vampiro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora