XI

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*soldado*

Sigo sin entender, ¿Por qué demonios tenemos que comprar toda la miel de arce que encontremos? Además de endulzar cosas no le veo ningún otro propósito. Es un gasto innecesario de alimento de caballos y de los carros que traemos, que se podrían haber utilizado en otra cosa. También es una pérdida de personal, nuestro tiempo y energía, ya que tenemos que ir de pueblo en pueblo buscándola y comprándola. Por el sendero todo huele a mierda de caballo y son horas y horas de caminata, hay que cargar los barriles... y en fin, es un asco.

Llevamos unos doce pueblos y tenemos dos carros y medio llenos de barriles de miel de arce. Vamos por un sendero secundario hacia Moonshell para descargar, pero un gran tronco nos bloquea el camino, parece que lo cortaron y dejaron justo ahí a propósito.

―¡Oye, deja de dormir y ayúdanos con el tronco! ―me gritan mis compañeros que conducen el carro. Salgo de entre los barriles y camino con ellos hacia el tronco, dejamos a dos haciendo guardia en cada uno de los tres carros y los demás nos posicionamos junto al tronco, cinco de cada lado, intentamos levantarlo, pero es demasiado pesado incluso para todos nosotros.

―Es inútil, que alguien vaya por un hacha ―grita el que está junto a mí.

―Yo voy ―digo aburrido por lo tardado que se está haciendo esto, camino hasta el carro y tomo el hacha de combate, que descansa junto a las otras armas. Pero antes de regresar con los otros unas manos me toman por el cuello y la cabeza, tapándome la boca para que no grite, me arrastran hasta los arbustos en donde me quitan el hacha y me ponen de espaldas contra un árbol, entonces puedo ver a mi atacante, que pone un cuchillo en mi cuello. Tiene pelo largo y castaño atado detrás de la cabeza, es delgado y pálido pero musculoso y bastante fuerte, tiene una armadura ligera de cuero endurecido pintada de negro.

―Te voy a quitar la mano de la boca, no grites ¿Entiendes? ―pregunta y yo asiento con la cabeza. Retira su mano, pero aún tiene el cuchillo apretando contra mi cuello, antes de que pudiera decir nada agarra un puñado de barro y me lo empieza a untar por toda la cara y el cuerpo.

―¿Qué demonios haces? ―reclamo, pero vuelve a poner barro en mi cara y cierro la boca para que no se llene de suciedad.

―No hables, el barro es para ocultar tu olor, si nos huelen nos encontraran y nos mataran ―explica él cubriéndose también de barro.

―¿Quiénes nos encontrarán? ―pregunto, pero un graznido estridente que resuena por todo el bosque responde mi pregunta. Unos segundos después también se empiezan a escuchar aleteos, mis compañeros están agitados y corren a los carros por las armas, los aleteos se hacen más fuertes, y mis compañeros se acomodan en un círculo entre los carros y el tronco. De entre las copas de los árboles sale una criatura alada, tiene la forma de un león, pero con cabeza y alas de águila, todo su cuerpo está cubierto por plumas blancas con algunas manchas de color café, también tiene garras muy grandes en cada pata con las que se posa en el tronco amenazando a mis compañeros, otras cuatro bestias aparecen luego de la primera, rodeándolos, a pesar de que los superan en número, las bestias son algo más grandes que un león.


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Moonshell la Leyenda [ Libro 1 Serie Moonshell]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora