XXIII

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*Shunt*

comprendo el por qué Enemyres odia hacer política, pero no entiendo por qué tengo que hacerlo yo, es mucho más fácil dirigir un ejército que manejar a todos los nobles y grandes señores de un reino, por suerte aquí hay menos de veinte grandes señores así que las discusiones y asambleas no duran mucho, pero la mayoría son reacios a aceptar propuestas nuevas y casi todos están en contra de cruzar el mar, en especial un pequeño grupo formado por señores del segundo y tercer pueblo dirigidos por Gaelir, uno de los nobles del tercer pueblo que perdió sus tierras al mudarse aquí y ahora quiere tomar las nuestras, cuando se les propuso establecerse con nosotros a las personas de los pueblos vecinos también se acordó que cada pueblo tendría un dirigente que sería como el mayor noble de esa zona y que participaría en el consejo con otros dos a su elección, cada uno poseería una parte del tesoro de la corona y un grupo de soldados para proteger una parte del reino, a estos nobles se les designó como guardianes de las arcas y forman parte de los consejos políticos y militares, pero por ser nobles tienen el ego muy inflado y hacen lo que quieren, es por eso que llevo más de una hora sentado esperando que lleguen los que faltan para poder empezar con la junta.

El director del consejo es el anterior general máximo del reino pero con la llegada de Enemyres lo "ascendieron" a consejero del rey, si está molesto por el cambio de puesto solo él lo sabe ya que es un hombre mayor e impermeable que se limita a cumplir órdenes, la puerta se abre y por fin llegan los tres nobles que faltaban, dos de ellos apoyan a Gaelir, él es el primero en hablar. 

 - señores, ya habíamos hablado sobre esto, huir hacia lo desconocido no va a arreglar nuestros problemas, no sabemos que hay más allá de las aguas infinitas ni si los barcos que están construyendo resistirán el viaje, jamás se había escuchado de semejante viaje, ya se demostró que nuestro ejército es fuerte, podemos pelear- se sienta con aire ostentoso y soberbio, sus partidarios lo miran convencidos de sus palabras. 

 - el ejército anterior nos superaba dos a uno, el que viene ahora es más del doble de grande, además Enemyres contaba antes con seis discípulos, ahora solo son tres-

 - con el oro y las joyas que trajo podemos contratar cientos de mercenarios que nos ayuden en la batalla-

 - aun con todo el oro que queda solo nos alcanzaría para comprar un millar de guerreros, no sería suficiente, yo puedo dar fe del funcionamiento de las embarcaciones-

 - ¿van a dar crédito a lo que dice este isleño? las canoas en las que navega no recorren más de una docenas de kilómetros entre isla e isla, se nota que no es más que un mercenario al servicio del hechicero- me interrumpe.

 - tal vez las distancias entre las islas de mi tierra no sean muy grandes, pero las que recorren las galeras comerciantes a los puertos del continente sí, he navegado en un año más de lo que cualquiera aquí en toda su vida, conozco las capacidades de un barco- la expresión de la mayoría refleja que los convencieron mis palabras pero la de Gaelir solo muestra ira y desprecio.  

-¿y cómo convencerás a todo el pueblo para que suban a los barcos? pocos son los que han abordado uno y tendrán miedo, mucho más cuando las olas azoten las naves y los rayos brillen en los cielos durante las tormentas- 

 - señor Stootthlan, ya se ha tomado la decisión de ir al otro lado de las aguas, estamos aquí para discutir el asunto de mi sucesión, estoy viejo y no podré hacer esto por mucho tiempo- después de varios debates se decide por una mayoría apenas existente que el sucesor será un noble originario de Moonshell llamado Claudius Sirvein, un partidario de Gaelir que es muy unido a él, la decisión no me causa mucha gracia ya que será cada vez más difícil convencer a todos de apoyar a Enemyres.

Moonshell la Leyenda [ Libro 1 Serie Moonshell]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora