Moonshell la Leyenda [ Libro 1 Serie Moonshell]

XX

*Connor*

Me retiro de la mesa y me despido de todos. Después de informar de la victoria, el rey mandó a que nos sirvieran un banquete en uno de los salones del palacio, por nuestra contribución en esta batalla. Nunca había comido cosas tan ricas, había codornices rellenas, pastel de higos, dátiles de las palmeras que crecen cerca de la costa, costillares de cordero recién sacrificado, sopa de tortuga y muchas otras cosas que no tuve espacio para probar, hubo más de veinte variedades de vinos y otras bebidas. A pesar de lo grande del banquete Shunt y Elena no asistieron, aunque la comida que le tocaba a ellos ya se la están comiendo Andrew y Ace, que no han parado de comer desde hace horas, si siguen comiendo así tendrán que sacarlos del palacio rodando. Sofi me lanza una mirada de auxilio, le avergüenza mucho quedarse sola con esos dos glotones, por suerte no hay muchas personas prestando atención, la mitad de los soldados están igual que ellos o ebrios.

Salgo de la casa del rey por una de las puertas laterales, los guardias que están cuidándola en este momento ni me preguntan a donde voy, me conocen desde hace tiempo y saben que a veces paseo por aquí. Tomo el camino que lleva a los barracones para ver si Jack está por aquí, salió mucho antes que yo del banquete diciendo que se sentía mal y que necesitaba irse, supongo que se abrumó un poco de todo lo que había pasado o sigue en shock por la batalla de ayer. La verdad es que todos estamos algo nerviosos aún, incluso Andrew que siempre está haciendo bromas y hablando está más callado que de costumbre, nunca habíamos estado en un combate real y de alguna forma u otra sufrimos lesiones. Algunos leves como Ace y Sofi que solo tuvieron rasguños pero Elena se rompió varios huesos sin mencionar su brazo que casi quedó destrozado por la explosión del sello. Por suerte no pasó mucho tiempo antes de que Enemyres la ayudara, de otra forma tal vez hubiera perdido el brazo.

Los pasillos están vacíos, pero se pueden escuchar los gritos y cantos de los soldados que celebran por todos los barracones. Veo a Jack que viene caminando desde los barracones.

―Hola, ¿Te sientes mejor? ―pregunto tratando de que no se note mucho el tono bromista.

―si ―ríe. ―Pero hay mucha gente en los barracones, voy al almacén, ahí debe de estar más tranquilo, tengo ganas de pensar.

―Está bien, yo iré un rato a caminar a la pradera ―me despido y sigo caminando, para llegar a la pradera tengo que cruzar por los barracones y la arena y salir por la puerta suroeste, al pasar por los barracones muchos soldados y trabajadores de esa zona me felicitan y dan palmadas en la espalda por nuestra participación que hicimos ayer, ahora entiendo porque Jack salió de aquí. Agradezco las felicitaciones y entro en la arena ya que es más fácil que rodearla. En una de las orillas está Elena dándole hachazos a un maniquí de práctica encantado para que se regenere cada que se le da un golpe.

―¿No tienes hambre? Hay un montón de cosas deliciosas en el palacio.

―Prefiero pasar hambre a tener que ver como Andrew se llena la boca de higos y luego los escupe porque no puede masticarlos.

―Pues que delicada ―la molesto.

―¿Qué dijiste? ―pregunta enojada, creo que conseguí mi objetivo.

―Nada, nada ―extiendo mis manos en señal de rendición.

―¿Has visto a Jack? ―su pregunta me sorprende.

―¿Por qué preguntas?

―¿Lo has visto o no?

―Sí, tranquila. Está en el almacén pensando, por cierto, vi cómo te salvó de ese jabalí, tienes que admitir que te salvó la vida.

―Cierra la boca ―grita y me arroja el hacha, por suerte está bastante lejos y tengo tiempo de sobra para esquivarla, mejor la dejo tranquila. Salgo de la arena y tomo el sendero que usamos para prepararnos para la batalla, al llegar lo primero que veo es la tierra removida por todos lados y la hierba manchada de sangre, se ve muy distinto a hace un par de días, hay zonas en las que el fuego arrasó con todo y solo queda un espacio negruzco, incluso se ve el montículo de tierra que una vez fue el golem. Durante el día de ayer ambos ejércitos formaron un pacto para recoger los cadáveres y restos que quedaron en el campo, recorro la zona buscando una parte que no haya sido afectada y me pregunto si paisajes como este son los que nos esperan más adelante.