Moonshell la Leyenda [ Libro 1 Serie Moonshell]

XXIX

*Jack*

Al principio el viento marino y el olor a sal eran refrescantes, pero después de dos semanas navegando se han vuelto un martirio, la sal se pega al cabello y todo el día hace calor, la comida no es mala, casi nunca podíamos comer pescado pero aquí es lo más abundante, además volar sobre las aguas es increíble, no hay montañas de las cuales cuidarte por lo que puedo ir muy rápido y me puedo sumergir en el agua, también agradezco que los entrenamientos regulares hayan vuelto.

El primer día Enemyres no salió de su camarote en todo el día cosa que nos pareció rara pero al día siguiente todo estaba normal así que no nos preocupamos, incluso mis compañeros aprendieron a volar, Elena aún se tambalea al despegar y aterrizar pero es muy buena haciendo giros y cambiando de dirección bruscamente, Shunt se la pasa todo el día verificando que todo esté en orden y que haya suficiente comida para todos, las personas están nerviosas a pesar de que sabían que iba a ser un viaje largo es difícil para ellos estar en un solo lugar todo el día, en especial porque muchos de ellos no tienen nada que hacer, algunos ayudan en las cocinas, ayudando con el mantenimiento del barco o pescando aunque últimamente no quieren hacer mucho eso después de que un campesino capturara un pez muy grande y este lo arrastrara al mar, intentaron ayudarlo pero solo unos cuantos sabían nadar, decidieron dejar su cadáver en el mar ya que no tenían como enterrarlo.

también nos enseñaron a mantener la respiración bajo el agua, si usas magia para transformar el agua en aire lo suficientemente rápido puedes quedarte sumergido por horas, aunque ahora mismo no hay nada interesante más que ver los barcos por debajo.

*Elena*

me concentro e ilumino mi dedo, una luz rojiza sale de él y se siente el calor en la yema, trazo un círculo en el aire pero se evapora en cuestión de segundos, el siguiente paso en mi entrenamiento es poder hacer sellos sin tener que utilizar tiza o alguna otra cosa para dibujar, pero no consigo que la luz se quede en su lugar, al menos los círculos me quedan mucho mejor que antes, en mis primeros días haciendo sellos era común que ráfagas de energía salieran disparadas en cuanto terminaba de dibujar porque las líneas quedaban torcidas o que no funcionaran debido a que las figuras estaban muy mal hechas, los pentágonos aún se me complican pero al menos ya no corro el riesgo de explotar cuando cierro el dibujo, debido a que no hay nada que hacer en este estúpido barco me he dedicado la mayor parte del tiempo a practicar mis sellos.

Una vez que aprendes para que sirve cada parte es muy fácil entender cómo funcionan, el círculo externo es la barrera que mantiene la energía dentro y también lo que le da forma y delimita su tamaño, dependiendo de la figura que esté dentro de este es la acción principal que tendrá el sello, si absorberá o expulsara magia, si atrapa o delimita un área, se pueden agregar más círculos en el interior para que haga más acciones o incrustarlos en los mismos círculos para magia mucho más compleja, lo más complicado de todo son las runa, sin ellas los sellos serían muy inestables, apena podrían hacer cosas y serían muy débiles, pero al usarlas las posibilidades se extiende casi al infinito, apenas recuerdo unas docenas pero en el libro que me dio Enemyres hay miles de ellas, algunas tan complejas que se tienen que tener sellos dentro de otros sellos para que funcionen.

Sigo intentando varias veces pero lo más que consigo mantener la luz en su lugar es insuficiente para poder terminar el más simple de los dibujos, dejo el libro en el escritorio de mi habitación y me levanto frustrada de la cama, el camarote es bonito, mucho mejor que mi antigua habitación en los barracones, la cama, el escritorio y el resto de los muebles están fijados al piso por si hay una tormenta y el barco comienza a moverse, las paredes de madera de roble rechinan en las noches pero no es tan malo, lo único que no me gusta es el constante movimiento del barco.