XLII

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*Héctor*

No puedo diferenciar la mayoría de nuestros invitados con los concejales de siempre que a veces pasan por la corte, todos hablan de lo mismo, hablan de igual forma y hasta pareciera que tienen la misma cara, sin embargo hay algunos que me llaman bastante la atención, definitivamente el hombre de mediana edad que tiene un gran porte, no parece un diplomático, tiene un aire más parecido al de un guerrero, el joven delgado y de piel morena también parece un guerrero pero sus modales son muy refinados y se comporta de acuerdo a la corte, y por supuesto, la que más me llama la atención es la hermosa chica que está sentada junto a los dos niños, su rostro es una maravilla y es verdaderamente cautivadora, es una lastima que no tuvieran con que vestirla más que unas burdas ropas de campesino y una armadura ligera, tendré que hacer algo al respecto, comemos en silencio hasta que las fuentes están casi vacías, todos tienen un semblante serio a excepción de mi padre que sonríe continuamente y devora grandes piezas de carne salada y los dos niños que hablan entre ellos.                   
—Bien, señores, háblenme de donde vienen, quiero escuchar como es que llegaron a para a nuestras tierras— balbucea mi padre mientras mastica un trozo de carne, ya se puede notar algo de color en sus mejillas, lleva por lo menos seis copas de vino.

El chico delgado se encarga de contarnos una increíble historia con grandes batallas, monstruos y largos viajes por el mar que me cuesta algo de trabajo creer pero que mi padre considera espléndida, durante la historia varios de los concejales interrumpían de vez en cuando para agregar algún detalle o aclaración, siempre quedando bien claro, al terminar todos han terminado de comer y los sirvientes recogen la mesa.               
—Bueno, ahora si podemos hablar de la alianza— dice mi padre alegre y un poco ebrio.                                       
—Gracias majestad, antes que nada me gustaría agradecerle por recibirnos y darle unos pequeños obsequios como muestra de buena fe— el guerrero hace una extraña magia y de la nada saca un gran baúl y un pequeño saco atado con una soga, de él saca una decena de enormes perlas que deposita sobre la mesa cerca de mi padre, son impresionantes, de un color rosado tan suave y delicado como las mejores perlas que se pueden encontrar, el valor de cada una es incalculable, mi padre estalla en carcajadas y juguetea con una de ellas.                            —Esto es sin duda impresionante, se los agradezco y estoy seguro de que son gente honorable, serán bien recibidos—                    
—También le ruego que acepte esto— continúa el extranjero y abre el baúl que está repleto de monedas de oro y muchas joyas de todo tipo, rubíes, zafiros, ónices, diamantes, esmeraldas y ópalos brillan a la luz del candelabro, esta gente debe ser muy rica para dar estos regalos.                                        —Muchas gracias son ustedes muy amables, disculparan que no pueda ser ahora pero también les daremos regalos para corresponder su generosidad—
—No es necesario majestad, pero los aceptaremos con gusto— esta vez es uno de concejales el que habla, como siempre los nobles no pueden alejarse de su avaricia.       
—Principalmente quisiera comunicar que lo único que pedimos de ustedes es un lugar temporal para asentarnos y el permiso para usar los recursos del área en la que estemos, en cuanto consigamos un lugar propio nos retiraremos inmediatamente, estamos dispuesto a formar una pacto político y militar con su reino, uno de apoyo mutuo en el comercio y en la guerra, el rey en persona me pidió que les dijera esto—        

—¿Y dónde está su rey? Creí que nos acompañaría- mi madre es bastante inteligente respecto a la política, a diferencia de lo que se podría suponer es ella quien toma muchas de las decisiones con respecto a lo que ocurre en el reino, solo por eso no hemos perdido totalmente.                                       
—Debido a su avanzada edad, su majestad viene en una casa rodante, tardará dos días en llegar pero nos pidió que viniéramos para hablar con ustedes lo mas pronto posible, también me dijo que en cuanto se selle la alianza está preparado para otorgar tres de las naves en las que llegamos para que formen parte de su flota, por supuesto que haremos los arreglos pertinentes para adaptar la naves para el combate—   
—Y a mi me complacerá recibir a su majestad y a todos ustedes en mi palacio para celebrar nuestra alianza, pero como comprenderá es complicado resolver todos estos términos en cuestión de horas, es un poco tarde así que propongo que vayan a descansar, mañana terminaremos de discutir los detalles— nuestros invitados aceptan y poco a poco se van retirando de la mesa, el guerrero extranjero, los dos niños y mi bella dama son los últimos en abandonar el salón.                   
—Hijo, quiero que tu seas quien le entregue sus regalos a esos chicos, y también sería bueno que intentaras ser amigo de ellos— sugiere mi madre, aunque parece más una orden, como sea creo que es la oportunidad perfecta para acercarme a mi bella dama.

Moonshell la Leyenda [ Libro 1 Serie Moonshell]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora