Moonshell la Leyenda [ Libro 1 Serie Moonshell]

XIX

*soldado*

En cuanto nos dispersamos busco un grupo de aliados al cual unirme, para tener una mejor resistencia, corro por el campo hasta que veo a alguien conocido, he tenido mucha suerte de que ninguna flecha ni lanza me alcance. Veo a un compañero con el que entrenaba, acaba de matar a un enemigo pero una lanza pasa rozándolo y casi cae hacia atrás, luego corre hacia un claro, decido seguirlo para ayudarlo y para no estar solo, me da miedo luchar si no estoy al lado de alguien. Un enemigo se le acerca por atrás y levanta su pesada hacha.

―Oye, cuidado―grito, pero ya es demasiado tarde, antes de que pueda voltear su sangre ya está en el piso junto con un pedazo de su cráneo, sé que todos están muriendo a mi alrededor pero ver una muerte tan atroz justo frente a mí me llena de enojo y me revuelve el estómago. Acelero todo lo que puedo y envisto al del hacha que no está prevenido, cae de lado y le corto el cuello con mi espada, me reúno con los soldados con los que trataba de llegar mi amigo y los ayudo a resistir las arremetidas de los enemigos. A lo lejos uno de los chicos de Enemyres se da cuenta de que estamos en apuros y se acerca para ayudar, cubre al enemigo con una sábana de llamas que hace que se retuerzan y griten. Es ahí cuando aprovechamos para rematarlos, nos reagrupamos y volvemos a formarnos en filas para poder resistir los ataques. Una lluvia de flechas está a punto de caer sobre nosotros, pero otro de esos niños desvía las flechas con una ráfaga de aire. En verdad no sé qué haríamos sin el poderoso mago y sus estudiantes, si no fuera por ellos esta batalla ya hubiera terminado y todos nosotros estaríamos muertos. Al ver que estar todos juntos no está sirviendo, nos separamos y buscamos enemigos, llego con un compañero que está retrocediendo ante un hombre enorme, debe medir casi dos metros y su armadura serviría para un caballo, intento darle un tajo en el hombro pero su peto es muy duro, de un golpe me manda al piso sofocado y me hubiera matado si no hubiera rodado a tiempo, recibe un golpe desde atrás y aprovecho la distracción para hacerle una zancadilla, en cuanto cae mi compañero lo deja sin garganta. No sé por cuánto tiempo seguimos luchando pero los enemigos no dejan de aparecer, estoy agotado y tengo una herida en la pierna, entonces suena un cuerno y veo a varios grifos volando por encima de los árboles.

*Elena*

Mierda, ese enorme montón de tierra casi me mata, logre activar el sello antes de que me aplastara. El problema ahora son los monstruos que quieren matar gente, y que vuelan o corren entre todos. Nos separamos para cubrir más terreno, yo corro hacia un grifo que está devorando a un hombre, prefiero no usar las plataformas de aire para ahorrar energía, llego con la bestia y le doy una de mis mejores descargas, el resultado es un tanto distinto que con las personas, en lugar de caer al piso y retorcerse del dolor, chilla y agita las alas, demonios. Tomo mi hacha y esquivo una de sus patadas, clavo mi hacha en el pecho de la criatura y descargo más magia en el hacha, ahora si suelta un alarido aunque no sé si es por la herida o por la electricidad, luego de unos segundos y otro hachazo deja de moverse. 

Entonces me centro en un enorme cerdo de guerra, el animal debe pesar más de mil kilos, cuando se da cuenta de mi presencia embiste y consigo esquivarlo por poco, intento cortarlo con el hacha pero su pelaje es muy denso y duro para cortarlo, me da un golpe con el hocico que me arroja un par de metros hacia atrás, no me hago mucho daño gracias al escudo de Enemyres pero no es agradable. Doy un brinco y caigo en la espalda del cerdo, a pesar de no ser muy buena con magia de fuego parece ser que es lo único que puedo hacer ahora, incendio el lomo del animal, grave error, solo consigo que se enfurezca y me tire al suelo, vuelve a intentar golpearme con el hocico, pero esta vez estoy preparada, activo el sello y veo como se estrella contra él, suelta un alarido y retrocede.