Capítulo 16: El que hizo un trato

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16-El que hizo un trato

**Byakuya**

Intento conciliar el sueño al día siguiente de lo que compartí con Renji en los vestuarios del polideportivo. No pegué ojo la otra noche por la emoción y creo que Renji tampoco porque al atardecer ya se estaba adormilando mientras cenábamos ante la atónita mirada del resto de la familia. Renji suele ser el que más aguanta despierto y al que mi padre tiene que regañar todas las noches para que se duerma y deje de ver la televisión o jugar a los videojuegos. Parece que sufrió tanta tensión como yo. Me duelen hasta las pestañas.

Consigo dormir hasta casi la madrugada cuando abro los ojos de golpe al sentir a Renji en mi espalda tras haberse metido en mi cama como de costumbre, aunque ahora con una renovada intención ya que tengo que reprimir un jadeo cuando le noto completamente pegado a mi espalda y con una de sus manos metiéndose bajo el pantalón de mi pijama.

-Renji, no...aquí no, ni se te ocurra...-

-Pero no puedo...te necesito Byakuya, me he desvelado y estoy caliente...- sabía que el acostarme con mi propio hermano supondría un antes y un después en nuestra relación, pero es como si ambos hubiéramos liberado nuestras fieras lascivas internas y no pudiéramos pensar en otra cosa que en el sexo.

Me estremezco al sentir los dedos de Renji tocándome la polla y me pego contra su pecho, rozando mis nalgas con su polla haciéndole jadear al sentirme tan deseoso. Renji aparta la manta y las sábanas mientras yo me posiciono recostado con las piernas abiertas y dejo que me quite la parte baja del pantalón y la ropa interior comprobando lo húmedo que estoy a estas alturas.

-Ah...estás empapado, Bya-nii...- le miro sonrojado y deseoso y apenas se lo piensa cuando se acaricia un par de veces él mismo su polla antes de guiarla a mi agujero para metérmela con una embestida al dejar caer su peso sobre mí para ayudarse en la penetración. Yo ahogo un jadeo mordiendo la parte superior de su pijama y ambos miramos hacia Tensa que parece dormir profundamente, por lo que Renji comienza a moverse lentamente mientras nos miramos y jadeamos sobre nuestros labios.

-Ren...ji...ah...no tan rápido, no...podré contener mi voz...-

-Me da morbo...ah...follarte así...sin que se enteren...-

-Vamos...al baño...ah...se nos oirá menos...- Renji sale de mí haciéndome estremecer por la necesidad y coge mi mano para ir rápidos al baño. Allí apoyo mis manos en la taza y me inclino abriéndome el agujero ante él para que me la vuelva a meter enseguida. Los dos gemimos al unirnos de nuevo y Renji agarra fuertemente mi cadera para no perderme y embestirme contra el váter lo más fuerte que puede.

-Más dentro...ah...Renji, más...dame más...-

-Ah...lo intento...pero me aprietas tanto...ah, Byakuya...- noto como Renji se corre casi al instante en mi interior y siento que se apoya contra mi espalda para descansar. Aún no dura mucho y me deja muy insatisfecho, pero no me importa. Pronto iremos cogiendo más práctica y nuestros cuerpos se seguirán desarrollando, es cuestión de tiempo.

Prácticamente tengo que arrastrar a Renji a la cama ya que se ha quedado dormido en cuanto se ha corrido dentro de mí y me dan ganas de abofetearlo para espabilarlo ya que yo no puedo conciliar el sueño tan fácilmente como él así que decido bajar a la cocina a prepararme un té. Al salir al pasillo me asomo al dormitorio de nuestros hermanos pequeños los cuales están profundamente dormidos, no como los gemidos que escucho desde la habitación del fondo, del dormitorio de nuestros padres que como muchas noches intentan no levantar la voz, pero le es casi imposible. Trago saliva mientras me aventuro a asomarme y abro los ojos de par en par al ver a mi madre agarrándose de los tobillos con las manos para quedar con el culo descubierto ante mi padre, el cual le está metiendo la polla con unos movimientos ondeantes y balanceándose que hacen que mi madre esté casi al borde del orgasmo mordiéndose el labio para no gritar muy fuerte. En esa postura mi padre debe estar llegando a lo más profundo de su culo y no puedo evitar tragar saliva al ver el tamaño de su polla, gruesa y con las venas abultadas, haciendo gozar a mi madre tan deliciosamente que me veo masturbándome el ano con mis dedos imaginándome una polla tan grande como la de mi padre, o la de Shunsui penetrándome. La de Renji aún se está desarrollando como la mía y no me da el placer que me gustaría por desgracia.

"El síndrome de la testosterona"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora