Capítulo 15: El que se unió a su mitad

684 31 432
                                    

15-El que se unió a su mitad

**Tensa**

No puedo evitar resoplar cuando me veo frente al apartamento de mi tío Soujiro acompañado de mi madre el cual está llamando al timbre hasta que Ganryu sale a recibirnos con una expresión de cansancio en su rostro marcado por unas profundas ojeras. Vaya...sí que le está afectando la traición de mi tío...

-Soujun ¿Qué deseas? Me sorprende tu visita, pero Soujiro no ha vuelto- escucho como rechina los dientes al mencionar a mi tío y mi madre se adelanta a hablar de forma templada para calmarlo.

-Estaba preocupado por mis sobrinos y os he traído algo de comida. Seguramente tú estés ocupado con el trabajo y no tengas tanto tiempo para prepararles los bentos...mis hijos pequeños me lo han comentado y quería ayudaros, no es para molestarte Ganryu- el grandullón suspira fuertemente asintiendo y nos deja pasar adentro. Esperaba ver el apartamento más desordenado, pero sorprendentemente está lo suficiente arreglado pese a las botellas de sake que hay medio vacías sobre la mesa del salón. Mi madre se acerca a saludar a mis primos y les hace reír al darles unas bolsas de chucherías.

-Gracias por venir. Aunque seáis hermanos, se nota que tú jamás traicionarías a tu esposo-

-No te ofendas Ganryu, pero si Starrk y yo seguimos juntos, es porque nos respetamos mutuamente. Quizás deberías replantearte si tú podrías cambiar para que mi hermano vuelva y seáis una familia de nuevo. –

-Lo tendré en cuenta. Sé que esto también es por mi culpa- arqueo una ceja al ver como Ganryu medio sonríe sinceramente y cuando nos vamos, me despido de mi madre a mitad de camino con la excusa de ir a ensayar, aunque en realidad regreso a la casa de mi tío sin saber por qué narices lo hago. Creo que el orgullo y la impulsividad que tengo me obliga a zanjar los asuntos de una vez por todas. Creo que le tengo que dejar las cosas claritas a este gigante.

-No me mires con esa cara de asombro porque sabías que volvería. Tenemos que hablar- Ganryu me mira con los ojos abiertos, pero al final sonríe con algo de malicia cuando entro en casa y mis primos se acercan a Ganryu para reclamar su atención.

-Papá ¿podemos ver la tele un poquito antes de dormir? - Kokuto tira del pantalón de pijama de su padre mirándole con ojitos de pena y Ganryu levanta en sus brazos a ambos niños haciéndoles reír. Ese gesto me hace flaquear un poco y pensar que quizás no es tan malo como aparenta. Al menos con sus hijos.

-Pues claro que os dejo, pero solo un rato, luego os dormís ¿de acuerdo? – espero a que Ganryu lleve al dormitorio a sus hijos y cuando regresa me ofrece asiento mientras él prepara algo de beber en la cocina.

-Dime la verdad, ni tú has limpiado el piso ni hecho la comida de tus hijos-

-Pues no, sinceramente. Para eso tengo una asistenta y la niñera que les cuida cuando yo trabajo, ya que tu tío no da señales de vida- noto como está apretando tanto un vaso que es capaz de romperlo y todo por la rabia. –Pero no quiero hablar de él. De solo pensar que se ha fugado con otro hombre y no sé dónde está, me hierve la sangre- vaya...parece que aún no sabe que en realidad mi tío está con mi tío Zangetsu follando como conejos.

-Vale que mi tío no haya obrado bien, pero te lo merecías- veo como Ganryu se gira para mirarme sorprendido por mi osadía, aunque no me achanto. –Eres una bestia rusa ¿Quién soportaría ser golpeado y humillado constantemente? -

-Reconozco que no tengo muy buen pronto, pero me criaron para ser duro e inflexible, ante todo. No controlo mi fuerza y pierdo los nervios con facilidad, sí- trago saliva cuando deja una taza de té frente a mí humeante.

"El síndrome de la testosterona"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora