"El síndrome de la testosterona"

Capítulo 26: El que espió inocentemente

26-El que espió inocentemente

**Sen**

Observo caer la lluvia contra el cristal del aula más cercano a mi pupitre mientras el profesor sigue su lección con normalidad. Entrecierro los ojos con tristeza al volver a pensar en la persona que ocupa mi mente a todas horas, pero que ahora no está abajo esperándome como siempre hacía. Zan.

Recordar ese beso cuando cumplí catorce es mi único consuelo hoy en día. Los primeros meses tras ese beso, las cosas volvieron a la normalidad entre nosotros. Zangetsu siguió tratándome como su protector y pese a mis insinuaciones me ignoraba magistralmente. Después para variar volví a caer enfermo como de costumbre y me tiré meses en cama, tiempo en el que Zangetsu no se movió de mi lado, pero yo apenas tenía fuerzas para mantenerme despierto mucho tiempo. Estos últimos meses he tenido que recuperar clases y exámenes estudiando intensamente y para colmo, hace un mes que Zangetsu fue reclamado por Yamamoto para usarle de intérprete de español en uno de sus negocios extranjeros. Zangetsu está en España cumpliendo la negociación y de paso ha visitado a la familia que tiene allí. Un mes para mí sin Zangetsu está siendo demoledor. Jamás había tenido tanta ansiedad de separación por nadie como por él. Ahora estoy bajo la vigilancia de otro yakuza al que apenas miro a la cara. No me interesa. Yo siempre esperaré a Zan, sé que está a punto de volver y solo puedo contar las horas que faltan para verle...

-Senbonzakura. Kuchiki Senbonzakura- abro los ojos cuando el profesor, Aizen Sousuke me levanta la voz amonestándome. –si te sigues distrayendo en mis clases no aprobarás el próximo examen, jovencito-

-Ha...hai...gomenasai, sensei...- el profesor Aizen no me gusta. Ni su mirada, ni su sonrisa nada sincera, ni cómo se comporta ante los demás. A mis amigos tampoco les gusta, en especial a mi medio hermano Hyorinmaru, el cual siempre oculta la cara tras el libro con tal de no verle. No sé si le teme o le odia, pero sé que lo pasa fatal en sus clases.

- ¡Sen! ¿ya te vas? – me apuro en guardar mis cosas en la mochila para salir rápido cuando los mellizos Lilynette y Rei se acercan a mi mesa.

-Sí, mañana es la boda de Ukitake Shinobu, me han dicho que vaya a casa pronto para cogerme las medidas del traje, además, Zangetsu vendrá también y tengo muchas ganas de volver a verle-

-No sabes cómo te entendemos, nosotros también echamos de menos a nuestro padre- ah, es cierto, el marido de mi hermano Soujun está fuera como militar.... –Por cierto, Sen, si ves a Ren-nii...es decir, a Renji, por favor, dinos luego como se encuentra- asiento con la cabeza mientras me despido de ellos y salgo corriendo hacia el coche. Fue difícil de entender lo que había ocurrido en la familia de mi hermano Soujun, pero Rei y Lily me contaron todo lo sucedido con sus hermanos, o sea mis sobrinos. Dioses...tengo un montón de sobrinos y apenas voy a cumplir quince años, es de locos...

Al poco de llegar a la mansión, algunas criadas me visten para probarme el kimono. De nuevo mi cumpleaños coincide con una boda y Yamamoto me ha encargado un traje para que vaya deslumbrante. Por mucho que ese anciano me halague sigue sin ser de confianza y más cuando solo quiere que me case con su hijo al que por suerte solo he visto algunas veces durante estos últimos meses. Cada vez que le veo me siento al borde del colapso.

-Ah! Joven amo ya ha llegado- una de las criadas se aleja de mí para saludar al chico que hay en la puerta de la sala, vestido con el uniforme de la escuela privada, dejando a la vista sus tatuajes recientes en la frente mientras su cabello rojo cae suelto sobre sus hombros. Abarai Renji. El hermano adoptivo de Rei y Lily, aunque debido a un trágico accidente no los recuerda. Los mellizos me pidieron que guardara el secreto y más porque encima tiene un hijo con uno de mis sobrinos a los que no conozco y poca gente lo sabe. Si la yakuza se entera...oh dioses, sería horrible para ellos...