10 - Accidente

224 20 7
                                    

Narra Tikki

Sophie y Eric nos devolvieron a nuestro tiempo. Pasamos el fin de semana, en la casa de Marinette, junto a Adrien, Eric, Sophie y Plagg. Mientras seamos humanos necesitaremos adaptarnos. Sé que antes los éramos pero era otro tiempo y otras costumbres.

Por el día hablamos de cosas que les pasaba en la escuela, algún akuma que vencieron, y como van creciendo los poderes de ellos, como los de Hawkmoth.

Los padres de Marinette se fueron de viaje por unos meses así que ayudo a Marinette a mantener la casa estable.

Estaba lavando los platos de Marinette, ella me enseño junto a Sophie. Cuando sentí que me tocaban por el hombro, me di la vuelta y estaba Adrien con Eric.

— Hola — les dije.

— Hola. — me dijeron — ¿Están las chicas?

— Si, están en la habitación de Mari, ordenando.

— Ok, gracias Tikki.

— Un placer — les contesté con una sonrisa.

Ambos subieron las escaleras, me pareció extraño que Plagg no viniera ya que el siempre va donde Adrien pero le resté importancia y seguí con mi labor.

Luego de lavar los platos, estaba viendo la televisión una serie que se llama Friends, es muy divertida, me la recomendó Sophie. Hasta que sentí una caricia de pelos pasar por mis piernas, bajé la mirada y vi un gato negro de ojos verdes mirándome fijamente.

— ¿Qué? — le pregunté. Sé que se ve tonto pero puedo entender a los animales.

— Miau — maulló el gato subiendo al sillón poniéndose sobre mi regazo.

— ¡Ah!¡Ah! — negué con la cabeza — Sal, Plagg, vamos.

Se transformó en humano. Lo que causó que su cabeza quedara encima de mis piernas.

— ¿Por qué, terroncito? — cuestionó coqueto lo que hizo que me sonrojara un poco.

— Porque... recordé que necesito hacer algo.

— ¡Ah, si! ¿Qué? — se levantó quedando sentado junto a mí.

— Emm... es... debo barrer. — dije levantándome.

— Y yo debo hablar contigo. — mencionó imitando mi acción y siguiéndome. — ¿Hasta cuanto va a ser así?

— ¿A ser así que? Yo veo que todo esta bien.

— Si todo estuviera bien, no me estarías evitando. — concluyó. — ¿Por qué no me dejas hablar?

— Porque no quiero.

— ¿Por qué no quieres?

— Porque... — suspiré cansada — Estoy agotada, ¿ok? Me iré a dormir.

— ¿Lo ves? Me evitas, ¿sabes que hora es? Son las siete de la tarde. Nadie se acuesta a esa hora.

— Los que necesitan repasar cosas, si.

— ¿En serio? — dijo sarcásticamente acercándose a mí — ¿Y qué cosas necesitas repasar?

— El que no pueda estar contigo.

— Puedes estar conmigo.

— No, no puedo. — le contesté harta — Yo te extraño y mucho. Lo lamento, es que... — empecé a llorar — ... no quiero verte porque sé que no puedo estar contigo. — tomé aire.

— Puedes estar conmigo. — repitió viéndome a los ojos.

— No si me ponen límites.

— La maldición la podemos romper. — dijo Plagg agarrándome el rostro con sus manos y juntando nuestras frentes.

En Miraculous Donde viven las historias. Descúbrelo ahora