En Miraculous

16 - Alguien de visita

Narra Sophie

Pasaron dos semanas desde que llegamos del campamento. Ya me quitaron el yeso, ¡soy libre! ¡Libre soy, libre soy! ¡No puedo ocultarlo más! ... ok no. Sinceramente, estamos demasiado tiempo en esta dimensión, no sé si deberíamos volver.

Hablé de eso con Eric hace unos días, pero él está igual que yo. No tiene idea que pueda pasar, cuando atacaran los villanos o cuando volveremos a casa.

Además de eso, siento algo extraño en mi entorno. Como si alguien me vigilara. Se que suena loco, pero es cierto, ¡no soy paranoica! O eso quiero creer.

También presiento que los kwamis nos ocultan algo, no solo yo. Eric, Marinette y Adrien también lo creen, pero decidimos ignorarlo, ya que tal vez no sea nada importante. Si no nos lo dirían, ¿verdad?

— ¿Sophie? — me llamó el maestro Fu mientras abría la puerta de mi habitación.

— Si, ¿que pasa?

— Quiero que vengas a la sala, hay visitas.

Dicho eso cerró la puerta.

Emma se acercó a mí. La acaricié, ella se está volviendo gorda. ¡Demonios! Le doy mucho de comer.

— ¿Vamos? — entró Eric a mi habitación.

— Claro.

Bajamos las escaleras para encontrar a los maestros, los dos héroes y sus kwamis (en humanos).

Nota: Ahora se pueden convertir en humanos cuando quieran y volverse a transformar en kwamis. (Alto datazo xd)

— Gracias por venir, chicos. — mencionó Rita.

— Claro, ¿que pasa, Rita? — le preguntó Eric.

Ariana y Fly salieron de su escondite para luego convertirse en humanos junto a Plagg y Tikki.

Eso es nuevo  pensé

De mi kwami, salieron una chica con ojos azules piel pálida y cabello negro, vestía un vestido negro con tonos azul fosforescente junto con unos zapatos negros.

Y del de Eric, salió un chico piel semi-bronceada con ojos marrones y cabello de no igual color, usaba una camisa blanca con unos jeans marrones oscuros junto a unas zapatillas negras.

— ¿Qué caraj-?

Nos interrumpieron.

— Ellos tomaron la poción que tomaron Plagg y Tikki. — mencionó Fu.

— Así es más fácil de contar. — dijo Fly.

Hubo un silencio algo incómodo, nos mirábamos entre nosotros. Yo no entendía nada del asunto, pero no era la única en esa posición.

— Está bien, ¿qué quieren contar? — cuestionó Adrien.

— Solo no se molesten con nosotros, ¿ok? — nos dijo la kwami de Ladybug.

— Tranquila, Tikki. — le contestó Marinette. — Entenderemos si no nos lo querías contar antes.

— Gracias, Mari. — le sonrió.

Pero de inmediato borró su sonrisa.

— Pero... — hizo una pausa — ¿se lo pueden decir ustedes?

Se dirigió a los maestros los cuales estos asintieron.

— Bien... — empezó Fu — No sabemos cuánto durará esto, así que tal vez se queden un poco más.