Capítulo 23

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H

Después de dos horas sentados en la enfermería, nos dejaron marchar. Ambas analíticas presentaban niveles normales en todos los aspectos y tras que hubiésemos asegurado decenas de veces que habíamos mantenido dos metros de distancia con el chico durante todo el trayecto, nos dijeron que podíamos irnos. Riley se adelantó y se dirigió a su cuarto para ducharse mientras yo me quedé atrás, esperando a que Ian apareciese para hablar con él.

Tenía demasiadas cosas en la cabeza como de costumbre en los últimos días, pero estaba intentando acostumbrarme. En una semana había descubierto que Maddie no estaba muerta, que me habían estado mintiendo durante dos años, que Westfield planeaba terminar con la existencia de Eastwood mediante un virus letal, el cual ya se había propagado, y para terminar, cabía la posibilidad de que tuviese un puto niño.

Suspiré, pasándome una mano por el pelo. Esto se estaba volviendo surrealista.

-¿H?- oí mi nombre detrás de mí.

Me giré, encontrando a Ian, bajándose la mascarilla de la boca y quitándose los guantes de látex que llevaba en las manos.

-¿Qué haces aquí todavía?- me preguntó.- Le dije a los enfermeros que os podíais ir.

-¿Cómo está el niño?- pregunté en lugar de responder, señalando la puerta por la que había salido.

Ian miró por encima de su hombro hacia ella antes de asentir levemente.

-Asustado.- respondió.- Estamos haciéndole algunas pruebas pero no parece presentar nada raro. Aun así, podrían pasar unos días hasta que muestre síntomas si está infectado.

Asentí con la cabeza. No quería que lo estuviese, la verdad.

-Rick está dentro intentando hablar con él.- me dejó saber con un destello de algo en los ojos que me incomodó un poco.- No dice gran cosa.

-Tengo que hablar contigo.- me aclaré la garganta. Ian me miró atentamente, tirando los guantes a la basura.

Miró a un lado y a otro, como si estuviese sopesando si tenía tiempo para escucharme o no. Terminó asintiendo, señalando con la cabeza que lo acompañara hasta su escritorio.

-Dime.

-Eh...- empecé, sin saber cómo decirlo sin sonar estúpido. Después, me di cuenta de que no había forma de decirlo sin parecerlo. Sacudí la cabeza.- Riley y yo...- Ian enarcó las cejas, esperando a que continuara.- Tuvimos sexo y no nos acordamos de... Bueno, ya sabes.

Ian asintió lentamente y me miró con una expresión que solo pude identificar como "estás jodido".

-¿Sabes si está en sus días fértiles?- preguntó.

Fruncí el ceño.

-¿En qué?

Él sacudió la cabeza.

-H, ya sabéis que hay que tener mucho cuidado.- me reprendió.- Las cosas no son fáciles.

-Lo sé.- asentí.- Nos distrajimos, no...

-Ya.- me interrumpió.- ¿Y qué quieres preguntar?

Fruncí el ceño más todavía.

-Pues... Pues que me digas qué hacer.- lo miré, sintiendo cómo me ponía un poco más nervioso. ¿Por qué se comportaba como que no había nada que hacer?- Ian, no puedo tener un niño.

-H, escucha...- me dijo, intentando sonar calmado.- Es bastante improbable que esté embarazada, ¿vale? Si esto hubiese pasado hace cuarenta años le hubiese podido dar una pastilla y problema resuelto, pero esas cosas dejaron de existir aquí hace años.

Shield [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora