Capítulo 60

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Riley

Cuando me desperté a la mañana siguiente, apenas recordaba lo que había ocurrido durante la noche. Dejé que mis ojos vagaran por el rostro dormido de H, convenciéndome una vez más de que había vuelto a Eastwood y que no había sido todo un sueño.

Poco a poco, la confesión de H en mitad de la madrugada volvió a mí, causando que un vacío se abriera en mi pecho. Odiaba lo mal que debía haberlo pasado en los anteriores días, lo desesperado que debía haberse sentido. Me dolía saber que lo que había pasado lo había empujado más allá de su límite. Sin embargo, me aliviaba un poco que no lo hubiese escondido y me lo hubiese contado. Confiaba en él y sabía que era lo suficientemente fuerte para parar, pero no podía evitar pensar si recaería en algún momento de nuevo y que no quisiese parar entonces. Era como si a pesar del tiempo que había pasado, siempre le hubiese estado llamando en el fondo de su mente, como si no pudiese deshacerse de ese impulso por mucho que lo intentara, solo ignorarlo. Lo único que esperaba era que no le costara "demasiado" trabajo parar, ya que solo había estado consumiendo otra vez durante un par de días.

Lo que sí que no esperaba que hiciera es que sacase el tema de la carta de Rick. Es más, casi había olvidado que la seguía teniendo. Aun menos esperaba que la hubiese leído por su propia cuenta, pero me alegraba de que lo hubiese hecho. Lo único que hubiese deseado es haber podido estar con él mientras lo hacía, o después si necesitaba hacerlo solo. Estaba segura de que tenía que haber sido difícil y más después de tantos días habiéndolo intentado ignorar. Era valiente por su parte.

Sabía que H pensaba que había sido débil estos últimos días pero en realidad, había sido al contrario y odiaba que no se diese el crédito que se merecía.

Cuando la respiración de H cambió, me vi arrancada de mis pensamientos, observando cómo hundía el rostro aún más en la almohada intentando escapar de la luz que amenazaba con despertarlo mientras uno de sus brazos aterrizaba a ciegas sobre mi cintura, manteniéndome cerca de él. Sonreí ante el inconsciente gesto, acariciándole el brazo mientras esperaba a que terminara de volver al mundo real.

Apretó aún más los ojos, siendo incapaz de ignorar la luz que inundaba la habitación durante más tiempo. Giró un poco más el cuerpo hacia mí, gruñendo antes de volver a la misma posición que antes con una expresión ligeramente dolorida. Dejó escapar un ligero resoplido de fastidio, haciéndome reír un poco al encontrarle parecido con un niño pequeño que no quería despertarse todavía.

Finalmente, abrió los ojos perezosamente, encontrando los míos inmediatamente.

-Buenos días.- susurré, aún trazando su antebrazo con mis dedos.

Él dijo algo inteligible mientras volvía a cerrar los ojos, pero imaginé que también me estaba dando los buenos días o eso quería pensar. Alargué el brazo, llevándolo esta vez hasta su cabeza para acariciarle el pelo. Él mantuvo los ojos cerrados, como si estuviese intentando quedarse dormido de nuevo. Parecía que todavía estaba agotado a pesar de haber dormido más de doce horas en el último día. Anoche, después de aquella conversación que tuvimos, ambos nos quedamos dormidos sorprendentemente rápido también.

-Deberíamos desayunar algo.- murmuré suavemente, continuando con mis caricias.

-Mhm.- respondió sin hacer ningún esfuerzo por moverse.

Lo observé durante unos segundos más y terminé por apartar mi mano para intentar incorporarme un poco sobre la cama, teniendo cuidado de no tensar los vendajes sobre mi hombro. La falta de contacto hizo que H abriera finalmente los ojos con un gesto molesto por que hubiese parado, pero la expresión desapareció en cuanto sintió mis labios apoyarse sobre su mejilla, haciéndolo sonreír suavemente. Dejé mi rostro presionado contra el lateral de su cabeza, repartiendo besos aleatoriamente por su mandíbula y su cuello. H rió junto a mi oreja, agarrándome por la cintura para que parara. Hizo que me tumbara de nuevo, mirando hacia él mientras me dejaba aprisionada entre sus brazos. Sonreí cuando giró su cuerpo hacia mí, dejando apoyada su cabeza por encima de mi hombro, con cuidado de no tocarlo, pero acurrucando su rostro contra el mío, mientras me abrazaba.

Shield [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora