Capítulo 28

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H

Me olvidé de todo durante un rato mientras estuve con Riley. Esa podía ser uno de mis aspectos favoritos de estar con ella fácilmente.

No nos quedaba nada más que hacer que esperar durante el siguiente día y medio, así que eso fue lo que hicimos por mucho que no quisiéramos. Tres personas más habían sido infectadas, todas habiendo tenido contacto o con Rick o con los otros dos infectados. Era imprescindible empezar a hacer tests a toda la población, pero nos negábamos a dar la noticia hasta que hubiésemos vuelto de aquel viaje. Era demasiado peligroso alertar a todo el mundo así.

Por lo tanto, la mañana del viernes llegó antes de que nos diésemos cuenta. Sin embargo, llegó con noticias que esperaba que no auguraran lo que pasaría aquella noche.

Joey había muerto.

Ian me había pedido que fuese a la enfermería para hablar conmigo y sabía que no podía tratarse de nada bueno. Había ido a ver a Joey el día anterior y sabía que era cuestión de tiempo hasta que aquello sucediera, ya que el chico apenas podía respirar por sí mismo. Sin embargo, tenía la pequeña esperanza de que aguantara hasta esta noche.

Ian me lo comunicó con pesar, explicándome que no habían podido hacer nada por él. No tuve problemas en creerle, sabiendo que no había nada que hubiesen podido hacer. En cuanto me lo dijo, sentí como si algo cayera sobre mis hombros repentinamente, pero intenté apartar ese sentimiento porque iba a llevarme a un bucle de ira y rabia que conocía demasiado bien y no era nada oportuno para el momento en el que nos encontrábamos. Había estado haciendo eso demasiado últimamente.

-Una cosa más, H.- dijo Ian, captando mi atención de nuevo.- Rick quiere hablar contigo. En su habitación.

Alcé las cejas ligeramente sorprendido. El día anterior, cuando fui a visitar a Joey, me debatí entre si debería ver cómo estaba Rick o no. Sin embargo, era demasiado orgulloso para hacerlo y me limité a preguntarle a Ian cómo estaba. No me mintió, me dijo que estaba peor que el día anterior y que estaba siguiendo el mismo patrón que Joey, pero que de momento, estaba bien. Me dijo que le preocupaba que al ser más mayor, el desarrollo de la enfermedad fuera más rápido en él, pero de momento era bastante probable que aguantara hasta que volviéramos. No iba a negarlo, aquello me tranquilizó mucho.

Estaba intentando por todos los medios no pensar demasiado en todo lo que estaba pasando, pero eso hacía, intentar, porque no podía pensar en otra cosa.

-¿No decías que era peligroso?- me crucé de brazos, sin entender el cambio de decisión. No me había dejado entrar en la habitación de Joey pero quería que entrara en la de Rick.

-Y lo sigo diciendo, pero Rick insiste en que es importante.- respondió él.

Asentí con la cabeza, sintiéndome un poco incómodo al ser estas las condiciones en las que quería hablar. Podía negarme, y puede que lo hubiese hecho en otras circunstancias, pero en el fondo, sabía que tenía que hacerlo.

Por lo tanto, Ian me ayudó a ponerme un traje blanco sobre la ropa, unas bolsas de plástico sobre los zapatos, unos guantes y una mascarilla que me cubría medio rostro.

-Siéntate en la silla que hay y no la muevas, ni toques nada más ni te acerques a Rick, ¿entendido?- me miró Ian con severidad.

Yo asentí con la cabeza, sin saber realmente qué iba a encontrar. No había visto a Joey las veces que habíamos hablado, así que no sabía con qué aspecto esperarme encontrar a Rick. Ian abrió la puerta de la habitación por mí y me dejó pasar.

En cuanto puse un pie en el interior de la habitación, sentí cómo el ambiente cambiaba. La habitación estaba vacía, exceptuando por la cama y la silla colocada a un par de metros de ella. Miré hacia la cama, encontrándola rodeada de varias máquinas que no tenía ni idea para qué servían. En medio, sobre el colchón, se encontraba Rick. Me quedé donde estaba, procesando la imagen que tenía frente a mí.

Shield [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora