Capítulo 29

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Riley

Era la hora.

H, Maddie, Louis, Kat y yo nos habíamos subido a un camión y nos dirigíamos a las puertas de Eastwood. H solo había insistido una sola vez en que me quedara en el campamento mientras ellos salían, pero sabía perfectamente que no iba a quedarme allí mientras mi padre estaba ahí fuera.

Mis tripas se movían con ansiedad, las palmas de mis manos sudando mientras la furgoneta traqueteaba para llegar hasta la salida. Louis conducía mientras Maddie se encontraba en el asiento del copiloto. Kat, H y yo estábamos sentados en la parte de atrás del vehículo, ellos dos sujetando un fusil en las manos. Los demás llevábamos pistolas. Contemplé la mía entre mis manos, sintiéndola fría e incomodándome un poco, pero me hacía sentir un poco más segura.

Durante el trayecto apenas intercambiamos unas pocas palabras. Todos éramos conscientes de la importancia de la situación y lo imprescindible que era que el plan fuese bien. Era nuestra última oportunidad para conseguir esas medicinas. Las consecuencias inmediatas de que no lo hiciéramos eran la muerte de Rick y de las otras personas infectadas, pero a la larga, significaba la derrota de Eastwood. Maddie no había vuelto a contactar con sus compañeros desde la mañana del día anterior, antes de que entregaran a mi padre, por lo que no tenía ni idea de si había ido bien o no. Aquella parte del plan era la que me ponía más nerviosa y no tenía forma de saber si había salido bien. Mi padre podía estar muerto de verdad y no iba a saberlo hasta que nos bajáramos de aquella furgoneta.

Solo aquel pensamiento me hacía temblar.

Me incliné hacia delante, apoyando los codos en mis rodillas, intentando tranquilizarme.

La incertidumbre que había supuesto el paradero de mi padre durante el último año había estado matándome día a día, y finalmente, iba a acabar, ya fuese para bien o para mal.

Sentí la mano de H en mi espalda, causando que levantara la cabeza para mirarlo. Él no dijo nada, se limitó a formar una casi imperceptible sonrisa tranquilizadora que me transmitió un poco de calma dentro de toda la que necesitaba.

Antes de que hubiese querido, la furgoneta se detuvo. Era la hora.

Respiré hondo, observando cómo habíamos parado en mitad del bosque. Estaba anocheciendo, la luz consumiéndose poco a poco. Maddie y Louis se bajaron del vehículo, mientras que Kat no tardaba en levantarse, sujetando el fusil con firmeza. Louis abrió las puertas traseras de la furgoneta y Kat bajó de un salto.

Yo, en cambio, no me levanté. Mantuve la mirada fija en el suelo, sintiendo como si no pudiese moverme. Era consciente de que todos me miraban, pero no podía hacer nada. Sentí a H moverse a mi lado y seguidamente, oí las pisadas de Louis y Kat alejándose de las puertas abiertas.

-¿Riley?- oí a H preguntar suavemente, agachándose delante de mí. Tenía una rodilla apoyada en el suelo, donde había dejado también el fusil.

-No puedo, H.- murmuré, sin mirarlo.- No puedo salir ahí.

Él no dijo nada durante unos segundos.

-Todo va a ir bien.- respondió, aunque ambos sabíamos que eso no era nada seguro.

-Y si... ¿Y si no lo han conseguido?- solo con pronunciar esas palabras, la garganta empezó a arderme, al igual que los ojos. Llevé mi mirada hasta H, quien me observaba con los labios enrollados hacia dentro, acentuando los hoyuelos en sus mejillas.- Y si está...

-Eh, todo va a ir bien, ¿vale?- dijo con un poco más de seguridad, mirándome fijamente a los ojos.

-¿Cómo lo sabes?- pregunté. Mi voz tembló.

Shield [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora