Aquel hombre volteo y se encontró con la cruda mirada de Craig, no hacían falta palabras, su postura era un claro y firme alejate de mi chica o te partiré la cara. Cuando el tipo se marchó me acerque a él y lo bese como si mi vida dependiera de ello, no tenía miedo ni preocupaciones por esa noche era una borracha juguetona y feliz.
-Sabes a cereza y vodka-una vez que nos separamos se relamió- me gusta.
-¿Que haces aqui? ¿Nos estabas espiando? Eres un chico malo-rei
-Sabía que la estabas pasando bien y quería divertirme contigo-confesó- me ha dicho mi hermana que no podía perderme la noche de karaoke.
Reí de nuevo, Hanna era toda una casamentera y no iba a dejarme en paz hasta que realmente me viera en algo serio con su hermano. Y al parecer él estaba de acuerdo con todo lo que estaba pasando, la rubia podía ser un poco pesada pero sabia que tenia buenas intenciones.
Ahora tenía mi propio candyman personal, estaba emocionada.
Fuimos a la barra y bebimos algunos tragos mas, Craig sólo bebió una cerveza ya que tenía que conducir pero también estaba pasandola bien. Para cuando decidimos volver a casa ya eran casi las 5, Hanna y yo no parábamos de cantar y reír en el auto, odiaba las resacas pero me encantaba sentirme achispada y que ningún pensamiento malo entrara por mi cabeza, podía hacer lo que quería sin dudarlo y si algo iba mal solo le echaba la culpa al alcohol y listo. Llegamos a nuestra calle y cuando paro el coche nos dimos cuenta de que la rubia estaba roncando en el asiento trasero, con la música alta que sonaba y la charla no nos habiamos percatado que Hanna había terminado la fiesta hacía unos 20 minutos.
-La llevaré a casa, espérame aquí-Dijo mientras cargaba a su hermana
-Puedo caminar-bufé- además me hago pis-rei
-Bien-sonrió- estaré contigo pronto.
Baje del auto y me quite los zapatos, eran hermosos pero matadores, camine los pocos metros hasta mi casa y con algo de torpeza abrí la puerta, cuando entre la deje sin llave para que Craig pudiera entrar. Tenía pereza de subir las escaleras así que solo use el baño de abajo, cuando termine me mire en el espejo y mis mejillas estaban sonrojadas y mis ojos aún llenos de vida… me veía apetecible con mi cabello suelto y salvaje. Salí de nuevo hacia la sala y me encontré con un musculoso cuerpo hurgando entre mis alacenas.
-¿Que estas buscando?
-Deberías comer algo para aligerar tu borrachera-volteo a verme- pero veo que no hay una mierda.
-Mañana debo hacer la compra-sonreí mientras me sentaba en el banquillo cerca de la isla de mi cocina- pero hay ensalada de pollo en la nevera.
O bien podría comerte a ti, pensé.
-Eso también suena bien para mi-Craige sonreía socarrón
-Joder-me lamente- pense que solo lo había pensado.
-Me gusta esta faceta nena, dices todo lo que piensas… y me gusta.
-Mañana lo lamentaré con la resaca, así que no te acostumbres.
Saco la comida de la nevera y busco un tenedor, tomo un poco de la ensalada y me la acercó a la boca. Me recordo el dia que nos conocimos cuando me dio de comer la tarta, al parecer le gustaba darme atenciones y yo encantada por recibirlas. Abrí mis labios y deje que me alimentara, de vez en cuando lo alimente yo también y es una de las cosas más sensuales que vhabía hecho en mi vida, cuando estuvimos satisfechos me dio dos pastillas y un vaso de agua, las tome y luego subimos escaleras arriba hacia mi habitación. No sabia que demonios estaba haciendo y tampoco me preocupaba mucho por ello, parecía que todo lo que yo hacía estaba bien para mi caliente hombre. Craig observó con detenimiento mi habitación, era bastante amplia con una gran ventana que daba a mi patio trasero, tenía una cama king con sábanas de seda color negro y edredón a juego, 2 mesitas de noche a cada lado de la cama, mi guardarropa grande que había venido con la casa, mi amplia comoda color caoba que mi abuelo había hecho para mi cuando era niña y mi espejo de cuerpo completo. Tenía un par de decoraciones aqui y alla, algunas fotos y paisajes, una tira de luces arriba de mi cama y un estante con algunos trofeos que había ganado en el instituto.
-Ponte cómodo-dije antes de entrar a mi baño.
Me quite la ropa y me metí a la ducha, mi cabello estaba lleno de olor a humo de cigarrillo y no me agradaba, me relaje bajo el agua caliente pero no tarde demasiado porque no quería hacer esperar a Craig. Cuando termine mi mente ya estaba un poco más clara aunque mi ánimo aún era relajado, envolví mi cuerpo en una toalla y me di cuenta que no tenía mi pijama a mano.
-¿Cariño?-me asomé por la puerta-¿me buscarías un pijama por favor? Están en el primer cajón de mi cómoda.
Escuche a Craig ponerse de pie y abrir el cajón, le tomó un par de minutos pero luego apareció frente a mí, llevaba una mirada asesina.
-¿Te has puesto esto para algún hombre?-demando saber
Tenía en sus manos un conjunto super sexy de encaje color vino con un liguero y medias, mis mejillas se volvieron fuego. No tenía mucha ropa interior sexy o no demasiado, había comprado eso en un impulso hacia un tiempo pero nunca lo había estrenado. Realmente no creí que llegaría a lucirlo para nadie.
-No-respondí- nunca.
Sus ojos llamearon, su mirada era abrasadora, sus músculos estaban tan tensos que parecía que en algun momento se romperían. Estaba serio pero no enojado, parecía perdido en algún pensamiento.
-Póntelo para mi.
Era una orden, no tan demandante pero una orden al fin. Y yo quería complacerle, quería arriesgarme a todo o nada, sabía muy bien todo lo que él pensaba pero ahora podría ver si realmente seguía con la misma idea sobre mi, si seguía pensando todas aquellas cosas maravillosas que me dijo… esta era mi prueba de fuego. Estire mi brazo para tomar las delicadas prendas, me había entrado un poco el pánico pero mis ganas de ver que pasaría eran aún mayores, entre de nuevo al baño y cerré la puerta. me quite la toalla y seque mi cabello, luego todo mi cuerpo, puse mi loción favorita en cada centímetro de mi piel y luego una a una me coloque cada prenda. Mire mi rostro en el espejo y no me reconocí, esta chica atrevida y lujuriosa difería de la inocente Rhian que había sido siempre, Brandon jamas habia logrado sacar esta parte de mi y lo agradecía, porque no se lo merecía. Peine un poco mi cabello sobre todo para quitar los nudos y decidi que bien podria usar mi pintalabios borgoña. Tomé una profunda respiración y salí del cuarto de baño hacia la habitacion, él estaba sentado sobre mi cama, se veía tenso y ansioso, camine lentamente hacia donde estaba cuando levantó su rostro y me miró. Se puso de pie de un brinco ni bien me acerque, me sentí muy expuesta y tímida de repente, ya no habia rastros de alcohol en mi sistema.
-Jódeme-susurro
Camino alrededor de mi como un animal acorralando a su presa, la situación me excitaba muchísimo, me recordaba a las escenas eróticas que leía en mis amadas novelas. Se detuvo tras de mí y aspiro sonoramente sobre mi cuello, gruño en aprobación y luego tomó mi mano para guiarnos frente a mi gran espejo de cuerpo entero. Corrió el cabello que estaba encima de hombro y comenzó a besarlo lentamente hasta llegar a mi cuello, jadee, cerré los ojos absorbiendo cada caricia de sus labios. Una de sus manos acarició mi brazo mientras que la otra jugaba con el borde de mi sostén, me retorcía de gusto cuando de repente se detuvo. Me miró a través del espejo, su mirada lujuriosa me recorrió de arriba abajo, quería que dejara de mirarme y siguiera tocándome.
-Eres jodidamente hermosa Rhian, estoy tan duro que me duele. Nunca había poseído una belleza como tu y me jode que alguien más haya disfrutado de lo que me pertenece.
Ahora quería llorar, este hombre estaba haciendo estragos conmigo. Todos los muros que había construido alrededor de mi corazón se estaban cayendo de a enormes pedazos. No lo soporte mas y me di la vuelta para besarle y estar en sus brazos, lo besé como si necesitara de sus besos para respirar, para vivir, mi energía vital. Sus manos recorrieron todo mi cuerpo y mis manos estaban desesperadas por quitar su ropa, no sabia a donde íbamos a terminar pero iba a disfrutar cada segundo. Una vez que conseguí su ropa fuera (menos el boxer) me quedé sin habla. Su cuerpo era tonificado en cada lugar correcto, su piel tenía algunas cicatrices pero no lo hacian menos hermoso, quería lamerlo desde su pecho hasta la profunda V de sus caderas. Lo acaricia tímidamente delineando las líneas naturales de su cuerpo con mi dedo, cuando llegue hasta el boxer a penas lo acaricie con mi dedo por sobre la tela. Quería todo de este hombre, quería poseerlo y no me importaba si hacía poco que lo conocía, necesitaba que sus caricias me hicieran sentirme realmente viva.
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Unswerving (Serie Hard Hearts) libro #1
RomanceLa belleza no esta en el físico donde todos lo buscan, sino en el corazón... donde pocos saben llegar. Obra registrada en Safe Creative 2008315198458