Capítulo 37

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Estabamos en febrero, conte cada día desde que Craig no estaba pero no me atrevi a decirlo en voz alta, cada vez que lo hacia se hacia más real que no va iba regresar. 
Nuestro hijo llegaría los primeros días de junio, estaba ansiosa por su llegada pero no completamente feliz, jamás iba a estarlo. Hanna y Spencer me ayudaron a pintar su habitación, ma alegre muchísimo de que ambos congeniaran muy bien, los veo felices, a veces siento envidia. Liz me ha dado fotografías de Craig cuando era niño y mientras iba creciendo, quería que hiciéramos un álbum para el bebé, para que conociera a su padre. Me lamente no habernos tomado más fotografías juntos, imagine que íbamos a tener más tiempo. 
Rebecca vino a visitarme hace unos días, va a regresar a Texas con su familia y el pequeño Tom, cuando los vi me di cuenta aún más de todo lo que se perdería mi hijo por no tener a su padre, se que iba hacer lo posible por darle la mejor vida posible pero no iba intentar remplazar a su padre. Una de las mujeres me pregunto sino había considerado en dar mi bebé en adopción, olvidarme de todo e irme lejos a comenzar de nuevo, pero jamás lo haría, Craig lo era todo para mi y nuestro hijo es fruto de ese amor y a pesar de sentirme como la mierda y sentir que el mundo se acabo no voy hacerle pagar a nuestro hijo. 

-¿como estas cariño? ¿como esta mi nieto, ya elegiste un nombre?- las llamadas de mi madre eran casi diarias, a veces ni respondía porque necesitaba alejarme de todos por un rato

-estamos bien mamá, todavía no elegí un nombre. Estoy pensándolo-suspiré, se que ella nos amaba pero deseaba que olvidara el tema por un rato-¿como esta papá? ¿Pasó algo interesante por allí? 

-ya sabes que tu padre está trabajando. Si de hecho, tu prima la roba maridos se rifo una de las buenas, la mujer del tipo con el que se metió le dio una buena golpiza, le arrancó las extensiones y le dio su merecido. Ni todo el maquillaje del mundo la hará verse bonita de nuevo. 

Me reí por primera vez en mucho tiempo. 

-me gusta escucharte reír cariño-mamá dijo con voz suave- iré para el nacimiento de mi nieto, ¿estará bien si me quedo unos días para ayudarte con él? 

-si mamá, claro que eres bienvenida. 

-esta bien cariño, tengo que dejarte porque voy a prepararle la cena a tu padre. Nos hablamos pronto. Te quiero. 

-también te quiero. Besos a papá. 

Finalice la llamada y sentí culpa por haberme sentido bien por un instante, Hanna ya me lo había dicho, que estaba bien sonreír, no podía pasarme todo el día con la cara por el suelo. 
Los días siguieron su curso, se convirtieron en semanas y estas en meses y en lo que pareció un parpadeo ya estábamos casi en mayo. Haley venía a visitarme seguido y nos convertimos en muy buenas amigas, le enseñe hacer mis tartas y ayudó a mantener mi mente ocupada. 

-estoy embarazada, Rhian-me dijo con su voz cargada de emoción-tengo 9 semanas

-oh Haley-la abrace- estoy tan feliz por ti. 

-gracias. Trent y yo estamos muy emocionados. 

Era un milagro lo que le estaba pasando, hacía unos meses había ido al médico porque por alguna razón nunca lograba quedar embarazada, llevaban intentándolo mucho antes de la boda y nunca sucedía, le dijeron que tenía un problema hormonal que tenía un tratamiento costosisimo, y sin él solo tenía una posibilidad en un millón de lograr concebir, pero ambos tenían fe y lo lograron. Muchos de sus amigos íbamos ayudarlos con el dinero del tratamiento, incluso Hanna y Liz estaban dispuestas ayudar, pero al final todo salió bien, ahora podíamos invertir ese dinero en regalos para su bebé. 

-cuentame, ¿como lo supieron? 

-tuve un poco de náuseas pero no me precipite, pensé que era algo que había comido pero luego mis pechos comenzaron a doler muchísimo, estaban muy sensibles y bueno… decidí arriesgarme. Trent y yo esperamos el resultado de la prueba juntos y cuando vimos las dos rayitas ¡no podíamos creerlo!. Pedimos una cita inmediatamente con el médico y nos lo confirmaron. Todo está marchando bien. 

-en verdad me alegro mucho por ustedes, se lo merecen. 

Unos días después estaba ordenando la ropa de Craig en cajas cuando comencé a sentir dolores muy fuertes en mi vientre, supe de inmediato que se trataban de contracciones. Traté de recostarme y quedarme quieta pero el dolor volvió cada vez con más fuerza, supe que algo no estaba bien porque aún era pronto para que el bebé naciera. Llame a Hanna y le pedí que viniera a casa para llevare al hospital, mi doctora me recibió de urgencia y dijo que las contracciones eran por el estrés que estaba sufriendo, mi cuerpo estaba cansado y sino me cuidaba podía poner en riesgo al bebé. Me asuste mucho, me dejaron en observación toda la noche para asegurarse de que mi trabajo de parto no comenzara pronto. Cuando regrese a casa recibí un regaño por parte de Liz, sabía que encerrarme en mi misma no solucionaría nada pero tenía miedo de vivir, de seguir mi vida sin Craig. 
Tres días más tardes salió en las noticias de todo el país que habían comenzado una operación de rescate para unos soldados en tierras enemigas y que ya habían más de veinte soldados que estaban siendo atendidos y luego serían regresados a casa. Me alegre por ellos y por sus familias, no quise prestarle demasiada atención porque sabía que no me haría ningún bien, mi bebé pateaba muchísimo como si quisiera decirme "hey mami, cálmate por favor". Acaricié mi enorme barriga y luego me aliste para dar un paseo, necesitaba tomar aire fresco y relajarme, de camino al parque encontré un cachorrito abandonado y mi instinto maternal y mis hormonas no me permitieron dejarlo, asique lo lleve a la veterinaria y lo revisaron y le dieron todas sus vacunas, por suerte casi no tenía pulgas y con un buen shampoo lo solucionaría. Compre algunas cosas para él, para que se sintiera cómodo en casa, cuando llegamos estaba muy emocionado. Era lindo tener compañía, alguien a quien hablarle y contarle mis cosas sin juzgarme, aunque sabía que no le importaba en lo más mínimos mis problemas pero estaba dispuesto hacerme sonreir. Lo llamé Zuko, porque era todo un rebelde encantador como Danny Zuko de Grease. Hanna chilló de emoción cuando lo vio, mi madre iba a dar un grito al cielo cuando supiera de su existencia, no es que odiara los perros, simplemente no se llevaba bien con ellos, por eso de niña solo tuve peces o lombrices como mascotas. Asique Zuko se convirtió en mi mejor compañía, a pesar de que estaba adaptándose y orinaba cualquier rincón de la casa lo amaba, me gustaba que quisiera mi amor y atención todo el tiempo. 
Una tarde estaba preparando la cena cuando Zuko comenzó a ladrarle a la puerta, se escuchaba desesperado y muy ansioso, primero imagine que quería salir pero no era habitual en él hacer tanto escándalo, lo segundo que pasó por mi mente fue que había un extraño queriendo entrar o simplemente parado en mi puerta, tuve un poco de miedo porque estaba sola, Hanna había salido con Spencer y Liz estaba trabajando, marque el 911 por las dudas en mi móvil y camine con éste en la mano hasta la puerta, si algo pasaba presionaria llamar y alguien sabría que algo no andaba bien. Abrí la puerta con miedo… Me quedé sin respiración por un par de minutos y luego sentí que algo reventaba y liquido caliente se deslizaba por mis piernas. 

-¿que demonios? 

-e-el bebé e-está llegando… - fue todo lo que pude decir. 

Unswerving (Serie Hard Hearts) libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora