Capítulo 34

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El día que más había temido había llegado. 

Luego de que regresaramos a casa después de encontrar el vestido, mis padres volvieron a West Virginia, mamá estaba convencida que tendríamos tiempo para planearlo todo, pero unas semanas después Craig recibió la llamada, tenía solo dos semanas más antes de presentarse nuevamente en la base. Yo estaba devastada, pero sabía dentro de mí que la vida no iba a ponérmelo fácil, siempre había sido así, pero iba a ser lo más fuerte que pudiera porque mi hombre se lo merecía. 

Llame a mi madre llorando, fue el único momento de debilidad que me permiti porque sabía que ella me entendería, lo había vivido con mi padre. Me dijo que todo estaría bien, que era una mujer fuerte y tenía que hacerle frente a la situación como lo que sería en pocos días, la esposa de un sargento. Mis padres viajaron dos días después de nuevo hacía Holland, Liz y Hanna estaban ayudándome muchísimo a prepararlo todo, quería tener mi boda y ya que no habría luna de miel al menos dos días enteros con él antes de que tuviera que marcharse. Haley llegó de su luna de miel y también vino ayudar, en un parpadeo y gracias a la ayuda de todos estuvimos listos en poco más de una semana. La noche anterior a la boda tuvimos nuestras respectivas despedidas de solteros de las cuales no teníamos idea, Trent y sus amigos se llevaron a Craig a un bar y las chicas hicieron lo mismo conmigo. Solo éramos Hanna, Haley y un par de amigas de ésta. Mientras estábamos celebrando sentí que estaba siendo observada, entre tanta gente no podía distinguir a nadie conocido pero la sensación no me abandonaba. Nos encontramos con Spencer en el bar, no sabía si se trataba de una coincidencia, Hanna inmediatamente puso sus ojos en él asique los presenté, esperaba que hubiera quimica entre ellos porque él era un buen tipo y Hanna una chica especial con mucho amor para dar. La noche fue increíble, creo que era la primera vez que tenía una salida sin que nada malo sucediera. La noche finalizó temprano ya que al día siguiente era la boda, antes de subir a nuestro taxi volví a sentir que era observada, cuando levante la vista hacia la calle de enfrente por un segundo me pareció ver a Valerie pero luego desapareció, fue algo espeluznante, la busque entre la gente de nuevo pero no estaba. Esperaba que solo fuese una alucinación por el alcohol. 

Y nuestro gran día llegó. 

Craig había dormido en casa de su madre y yo en la nuestra. En la mañana tuvimos nuestra unión legal en el registro civil, legalmente era la señora Ross ahora pero como dije antes, un papel no justificaba nada, cuando fuéramos marido y mujer ante los ojos de Dios sería lo más importante. En la tarde volvimos a separarnos mientras nos arreglabamos para la iglesia, algunos amigos de Craig nos habían hecho el favor de mantener un ojo en todo el lugar por si Valerie o algo más se presentaba. 
Cuando me puse mi vestido luche contra las lágrimas, al fin enterraria para siempee el horrible recuerdo sobre lo que me hizo Brandon, de ese momento en adelante solo tendría el más dulce de los recuerdos sobre el dia que me casaría con aquel hermoso hombre que cambió mi vida. Mi madre si se permitió llorar, mi padre también lo hizo y me costó horrores no hacerlo también. 
Llegué a la iglesia y todo temor se había desvanecido, no había ninguna mala sensación al caminar hacia la puerta guiada por el brazo de mi padre. Cuando la puerta se abrió fue mi prueba de fuego, podía ver a mi futuro esposo a través de la fina tela del velo con su traje formal del ejército esperándome en el altar. Una melodiosa voz cantando a Thousand Years de Cristina Perri me acompaño en cada paso, todo el mundo tenía sus ojos puestos en mi pero yo solo podía verlo a él, mirándome como si fuera lo único que quisiera en el mundo, con sus ojos azules llenos de lagrimas no derramadas, mi hermoso hombre rudo estaba emocionado al verme. Y en ese momento pensé… ¿es así como se siente el verdadero amor? Una vez que te amas a ti misma puedes conocer la dulzura amar a los demás y que a su vez ese amor sea devuelto en la misma medida. 
Mi padre me entregó a él, le hizo prometerle que cuidaría de mi con su vida y luego Craig nos llevó al altar. El Padre dio comienzo a la ceremonia, habíamos acordado recitar los votos tradiciones pero cuando llegó el momento, él me sorprendió. 

-Desde que te conocí supe que serias la mujer para mi, tuve que luchar para que aceptaras mi amor pero no te culpo, la vida no fue fácil para ti. Pero prometo que a partir de hoy aunque nada sea fácil nunca más vas a tener que dudar, prometo darte certeza y honestidad, darte lo mejor de mí y todo mi amor. Prometo que serás la primera en quien piense al despertar y la última antes de ir a dormir. Prometo que te honrare, te acompañaré, apoyaré y alentare en cada paso que des, por que mi amor por ti… Es inquebrantable. 

Estaba llorando… Bendito seas maquillaje a prueba de agua. Tuve que tomar varias respiraciones profundas hasta calmarme y por fin poder hablar. 

-Estaba segura de que nunca iba a encontrar a un hombre que amara más a una mujer que como mi padre ama a mi madre, pensé que su amor era épico, de cuento de hadas. Pero cuando te deje entrar Craig Ross, cuando dejé que todos aquellos muros que construí alrededor de mi corazón cayeran me di cuenta que ese amor si existía. Y lo encontré en cada palabra, cada beso y cada mirada que me brindaste, contigo descubrí que no importa cuantas veces caigas siempre habrá alguien para levantarte y continuar, para darte fuerzas. Prometo que seré fuerte y te esperaré cada día de mi vida, prometo honrarte y darte todo mi amor incondicionalmente durante el resto de mi vida. 

Intercambiamos nuestros anillos y el Padre preguntó a los presentes si había alguien que tenía alguna razón para no permitir nuestra unión. Los nervios casi me mataron mientras transcurría cada segundo hasta que luego del corto silencio nos pronunció al fin marido y mujer. Salí de esa iglesia como la mujer más feliz del mundo, nos tomaron cientos de fotografías y antes de marcharme lance al ramo, por supuesto Hanna lo agarro, su acompañante, el encantador Spencer parecía aterrado aunque su cara era muy graciosa. Subimos a nuestro elegante auto alquilado y nos pusimos en marcha para llegar a la fiesta, cuando nos desviamos comencé a preguntarme que estaba pasando, nos detuvimos una vez que llegamos a la playa. 

-¿Porque estamos aquí?-pregunté mientras caminamos por el muelle hasta llegar a la arena 

-quería tenerte para mí solo por unos momentos. 

Entendí eso y lo quería también. Me abrazo por detrás mientras mirábamos el atardecer sobre el mar, escuchamos el sonido de las olas rompiéndose y el silbido suave del viento. Nos quedamos así por un largo rato hasta que decidimos que era tiempo para regresar con los demás. 

Unswerving (Serie Hard Hearts) libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora