CAPÍTULO 14:

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DARIEN :

Decir que me ardía la mejilla, era poco. Pero bien merecido me lo tenía. Por un momento me había sentido exento a pasar por esto, pero era lógico. Abrir la puerta de tu propia casa, y recibir así sin más, y sin previo aviso, una buena bofetada, no era común. Pero en mi caso, era muy justificable. Ella era su madre, y era lógico que después de saber lo que pasó entre nosotros, me hiciera  bronca. Más nunca pensé que lo haría por esto. No por algo que yo aún desconocía.

—Ikuko...entiendo lo enfadada que puedes estar, pero te prometo, te juro, que yo no tuve nada que ver con lo que pasó en la escuela. Ni siquiera estuve enterado. Mina no me ha dicho nada. Aún está muy molesta conmigo. Pocas veces se digna en hablarme. —y ahora entendía porque ayer no había salido para nada de su habitación. Ni siquiera para comer. No sé porque no me lo contó. ¿Habrá sido ella la causante de aquella maldad? Quiero pensar que no lo fue. Pero se que ella juró hacerlo, si yo volvía a hablarle a Serena. Pero no lo he hecho desde aquella vez. ¿Entonces? Algo aquí no cuadraba.

—Pues no se que haya pasado Darien. Pero por ese estúpido vídeo, hoy en día, mi hija está sufriendo con creces. —me sentí miserable al saberlo. Ya de por sí me sentía mal de saber que fue por mi culpa. —¿Cómo pudiste, Darien? ¿En que mierda estabas pensando al aceptar el chantaje de una muchachita como Serena? —suspiré con pesar.

—Ikuko,...fui muy idiota, lo se. Sé que lo fui, en todo el sentido de la palabra. Pero te juro que no sé en que estaba pensando. Solo sé que muy en el fondo, quería hacerlo por su bien. Por cuidarla. Porque ella me juró que volvería hacerlo con otro si yo no lo hacía... —Ikuko rió amargamente entre lágrimas.

—¡Por dios, Darien! ¡Solo escúchate! ¡Suenas patético! Otro en mi lugar, creería que tú solo aprovechaste la oportunidad... —la interrumpí.

—Te vuelvo jurar que no fue así, Ikuko. Yo... —ella sollozó.

—No necesitas explicarte Darien. ¡Lo sé! Serena me contó todo. Se que ella también tuvo la culpa. Aquí no es eso lo que me da rabia. Sino que ella no supo medir las consecuencias, y puso el corazón a fuego, por alguien que nunca va a poder amarla. Y tú, sabiéndolo, quisiste ignorarlo, y quisiste seguir usándola como tu juguete sexual. ¡Eres un poco hombre, Darien! ¡Ese es mi coraje! Y ahora, no obstante con ayudar a destruir su corazón, a destruir su amistad, ahora, ¿Le hacen esa bajeza? ¡Carajo! ¡Que poca madre tienen! Porque estoy segura que tú, o tu hijita...la que creí que sinceramente merecía la amistad de mi pequeña, fueron los causantes de que ahora ese vídeo esté en internet. ¡Un vídeo que para empezar, fue una estupidez que hicieran! ¿Como tú, siendo más sensato que ella, accediste a hacer semejante locura? —negué.

—Si, tienes toda la razón. ¡Fue una gran estupidez que te juro que estoy pagando con creces! Pero Ikuko, te lo repito... Se que también tienes razón en dudar de nosotros, de mi sobretodo... ¡Pero yo no lo hice!. No sería capaz. No cuando.... —tragué saliva. No sabía si era oportuno decirlo, pero ya no soportaba más, que siguiera diciendo que yo solo la había usado. Porque si, se que fue así. Pero al igual que ella, sin saberlo, yo también puse el corazón al fuego por ella. —Ikuko... Yo la amo. Amo a tu hija. —se quedó muda en un principio, pero después, como ya me lo esperaba, recibí una segunda bofetada, aún más fuerte que la primera.

—¡Eres un cínico! Si piensas que al decirme esto, yo como si nada, dejaré que sigas torturando a mi hija, ¡Te equivocas! Si es verdad que estas enamorado de ella, tu castigo será que ella ya no quiera verte. A menos que ella lo decida, lo cual dudo, después de lo que sucedió. Yo por mi parte, no dejaré que te acerques, ni lo más mínimo a ella. Cometí un error al confiar en ti. Al confiarle a mi hija, por la amistad que tenía con su amiga, a prácticamente un desconocido. ¡Pero no más!.
Serena aún tiene a una madre que la defienda. Y lo haré. Contra ti, contra tu hija, contra todo aquél que quiera hacerle daño. Se que cometió errores, pero supo que estaba haciendo mal, y quiso enderezar el camino. Y a pesar de que todos ustedes la quieran humillar y hacer sentir basura, yo no lo permitiré. La protegeré con mi vida, de ser necesario. Así que ya lo sabes. No te quiero ver cerca de nuestra casa. Ni a ti, ni a tu hija hipócrita. —secó sus lágrimas con furia, y sin dejarme decir más, salió de mi porche, caminando y resonando con furia, aquellos perfilados tacones.

𝐴𝑚𝑖𝑠𝑡𝑎𝑑 𝑅𝑜𝑡𝑎🌙 [C̲̲̅̅O̲̲̅̅M̲̲̅̅P̲̲̅̅L̲̲̅̅E̲̲̅̅T̲̲̅̅O̲̲̅̅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora