CAPÍTULO 1 :

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SERENA :

—¡Apresúrate Mina!! Vamos a llegar tarde otra vez. Ahora por tu culpa. -—le grito a mi mejor amiga, mientras caminamos a paso veloz por los pasillos de la preparatoria. Se que sería más fácil correr, pero aquí son tan correctos con la disciplina, que cualquier cosa que hagas contra el reglamento, es una sanción, o hasta una suspensión directa.

—¡Ya voy! Y yo no tengo la culpa, la culpa ¡La tienes tú! Sí tan solo hubieras dejado que mi papá nos trajera, yo me hubiera maquillado mejor y sin prisas, no nos hubiéramos venido en bus, y por consecuente ahorita no tendríamos que estar casi corriendo para poder llegar a clase. —gritó Mina detrás de mí. No le respondí, solo trague saliva. ¿Que nos trajera su papá? No. Simplemente paso. Apenas puedo estar cerca de el, sin que el noté lo nerviosa que me pone. Estábamos a dos salones de llegar al salón de una de nuestras tantas clases, cuando de pronto, para nuestra mala suerte, nos intercepta el profesor Alan, el profesor más ogro y estricto de todo el plantel.

—¡Vaya, vaya! ¿Que tenemos aquí? ¿Llegando tarde señoritas? —nos detuvimos en seco. —Saben que no está permitido correr por los pasillos —declaró, y mi amiga le respondió molesta.

—No veníamos corriendo. Solo veníamos caminando con prisa.—el profesor la ignoró, y yo quise mediar la situación un poco.

—Profesor lo que pasa.... —no me dejó ni explicarme, cuando el me interrumpió levantando su mano, y preparándose para apuntar nuestros nombres en su jodida y estúpida libreta.

—¿Cuáles son sus nombres y de que carrera son? —estábamos sin salida. No sabía para que preguntaba nuestros nombres si el ya se los sabía. Aún así, no nos salvábamos. Esto sería un castigo de tareas dobles, seguro.

—Minako Chiba, y Serena Tsukino. Ambas de contabilidad. —contestó mi amiga, malhumorada. El profesor Alan hizo los respectivos apuntes, y luego nos observó.

—Bien. Le pasaré el reporte a su profesor. No vuelvan a correr... o a caminar deprisa —dijo esto último observando a Mina, quien supe por su ceño fruncido, que solo se estaba aguantando de no contestarle porque estaba yo presente, y sabía que a mí no me gustaba meterme en líos. Cosa que le agradecía, pues Mina era de esas chicas impulsivas que siempre se defiende y nunca puede quedarse callada. —Ahora vayan a su salón. —bramó el maestro, y yo asintiendo tiré del brazo de Mina y la inste a seguir caminando. Cuando ya estábamos lejos del profesor, ella ya no se pudo contener más, y habló.

—¡Lo odio! Es un idiota.
—murmuró apretando los dientes.

—Gracias por no empeorar las cosas. —ella rió sarcástica y rodó los ojos.

—Sabes que lo hice solo por ti. A mí no me hubiera importado decirle unas cuantas.... aunque el castigo fuera peor. —solté una risita.

Ya lo sabía, pero le agradecía que no lo hubiera hecho. Llegamos al fin a nuestro salón, y afortunadamente nos habían dejado pasar. Ambas nos sentamos en donde siempre, ella tras de mí, en la primera hilera en los últimos lugares. Ella llegó sentándose y coqueteando con Yaten, como lo hacía cada mañana, y éste le respondía solo con sonrisitas. No iba a negarlo, era bastante guapo el tipo, de hecho creo que era el más guapo de la clase. Pero algo en el, siempre terminaba por no darme buena espina. Era misterioso, y siempre estaba con una bolita de amigos igual de misteriosos que el a su alrededor, y eso no me gustaba. Yo sé lo decía a Mina, pero ella como siempre, se dejaba llevar solo por la apariencia del chico, y me ignoraba. No entendía que le veía, pudiendo tener o buscar a cualquier otro. Mi amiga era afortunada, en que chicos igual de guapos como él, se fijaran en ella. Y es que ¿Quien no se va a fijar en Minako Chiba, siendo la mujer rubia de ojos azules, más bonita que uno haya visto? Yo también soy rubia, pero a diferencia de Mina yo si soy rubia natural, y tengo los ojos más claros que ella, de un tono celeste que no me gusta, pues siento que le dan tanta palidez a mi rostro, que me hacen parecer como un zombie. Mamá siempre me dice que soy muy bonita con tal de que yo me lo crea, pero yo tengo una autoestima tan baja que ni siquiera siento que sea cierto. Alado de mi amiga, me siento como un cero a la izquierda. Siento que su brillo, su sensualidad y su seguridad, opacan mi poca valentía y personalidad. Obvio no por eso va a dejar de ser mi amiga. Simplemente admiro lo atrevida y sensual que ella es, tanto que me gustaría parecérmele un poco, y no ser este ratón de biblioteca que siempre suelo ser. Ella, como les decía, tiene el cabello rubio como yo, y ahora hasta se puede decir que parecemos hermanas. ¡Claro que ella es la más bonita!. Su cabello en esta ocasión está teñido de rubio, pero nunca se deja el mismo color por más de 6 meses. Ella era muy versátil y extravagante. Tenía mucha seguridad en sí misma. Podría llevar su cabello de varios colores, y aún así se miraría hermosa. Pero el color original de su cabello era obscuro, de un tono negro azabache tan idéntico al de su padre.

𝐴𝑚𝑖𝑠𝑡𝑎𝑑 𝑅𝑜𝑡𝑎🌙 [C̲̲̅̅O̲̲̅̅M̲̲̅̅P̲̲̅̅L̲̲̅̅E̲̲̅̅T̲̲̅̅O̲̲̅̅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora