CAPÍTULO 28:

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DARIEN:

¡Boom!! Ese fue el sonido que se dejó escuchar en mi pecho, cuando mi corazón estalló con cada una de sus palabras. Como un globo de helio al que pinchas con un alfiler y suelta un gran sonido explosivo. No podía creerlo. ¿Todo esto será tan bueno, y realmente estará pasando, que aún podría tener una última oportunidad?. ¡Dioses misericordiosos!! ¿Esto era acaso un sueño? Si es así, mataría dolorosa y despiadadamente al que se atreviera a pellizcarme para despertarme. Tragué saliva.

—¿De...desde cuándo comenzaste a sentirte así, realmente? —balbuceé como un idiota.

—Exactamente... desde el día en que volviste a irrumpir en mi vida —no podía ocultarlo más. Sonreí, y ella haciendo un lindo puchero, siguió sollozando —¡No sonrías! ¡No es gracioso! ¿Que no te das cuenta de que nuevamente me has movido el piso, pero que ahora existe un pequeño e importante detalle? ¡Estoy comprometida, Darien! ¿Comprendes la gravedad de la situación? ¿Sabes que lastimaré a alguno de los dos, por culpa de mi indeciso corazón?

—¿Aún sientes algo por mi? —pregunté aún incrédulo, ignorando todo lo que había dicho, y ella rodó los ojos.

—Seré franca, Darien. Te quiero. Pero también quiero a Andrew —tragué saliva.

—Pero me quieres... —insistí.

—Si, pero deja de pensar solo en eso. Estoy confundida, ¿Acaso no lo entiendes? —dolía escucharla decir eso, pero había aceptado que aún sentía algo por mi, y eso ya era un gran avance.

—¿Y que propones? Te pregunto nuevamente: ¿Qué haces aquí?

—Yo...yo quisiera saber, si tú te prestarías, para yo poder estabilizar mis sentimientos.

—A ver si entiendo. ¿Acaso hablas de salir con ambos? —cuestioné con el ceño fruncido, un poco molesto, mientras soltaba su rostro, y ella se alejó de mí, y comenzó a caminar angustiada de un lado a otro, mientras continuaba sollozando y apoyaba su mano en la frente.

—¡Dios! No, no puedo hacerlo. Se escucha terrible... —y si, ciertamente se escuchaba mal, pero no terrible como ella decía. Ya lo habíamos hecho una vez, aunque yo aún no aceptaba los sentimientos que tenía por ella, y todo entre nosotros era meramente sexual. En esos días me excitaba saber que alguien más aparte de mi, intimaba con ella, y a pesar de tener a otro en su cama, ella solo podía pensar en mi. Pero esos días eran diferentes a los de hoy. Hoy en día yo ya había aceptado que la amaba, y me enervaba de solo imaginar que ella compartiera sus labios, sus caricias, su cuerpo con alguien más. ¿Podría soportar nuevamente lo mismo? ¿Y qué tal si terminaba decidiéndose por él, y yo al final de cuentas salía perdiendo? Era un volado. Una moneda indecisa al aire. Yo sabía el plan, pero, ¿Y él? Me paré delante de ella, y la obligué a detener su andar.

—Serena, ¿Y él lo sabe? —pregunté, y una lágrima se deslizó por su mejilla, mientras negaba con su cabeza. —¿Y porqué has venido a decírmelo primero a mi, y no a él?

—No lo quiero lastimar —la solté de nuevo y resoplé.

—Ya veo. ¿Y a mi sí? ¿Se te hace justo que yo sufra y él no? ¡Claro! Que se joda el imbécil, a fin de cuentas me lo debe, ¿No? —hablé con ironía, y ella sollozó con más fuerza.

—¡Soy una estúpida! Te lo dije. Lo siento. Fue un error haber venido
—nuevamente pretendió salir de mi oficina, pero yo igual no la dejé, y la sujeté igual que antes.

Traté de calmarme. Si, aceptaba que bien me lo merecía, pero a simple vista podía ver que ella estaba sufriendo. Con solo mirar sus ojos sabía que hablaba con la verdad. Estaba confundida en sus sentimientos, y yo en parte también había sido culpable de ello, pues estaba seguro de que si la hubiera simplemente olvidado y no me hubiera aparecido nunca, ella hubiera hecho su vida, sin siquiera volver a pensar en mi. Era un peligroso desafío. Un duelo contra un buen competidor, que se miraba complicado ganarlo. Al menos para mí. Dejaría el corazón, y probablemente me lo harían añicos al destruir lo último que queda de él. Pero también era un riesgo no jugármela, pues podría bien perder una única y última oportunidad. La moneda estaba al aire. Ahora sólo faltaba rogar a los dioses que estuvieran de mi lado. Solté un pesado y casi tembloroso suspiro. ¡Que sea lo que los destinos decidan!.

𝐴𝑚𝑖𝑠𝑡𝑎𝑑 𝑅𝑜𝑡𝑎🌙 [C̲̲̅̅O̲̲̅̅M̲̲̅̅P̲̲̅̅L̲̲̅̅E̲̲̅̅T̲̲̅̅O̲̲̅̅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora