CAPÍTULO 26:

1.1K 123 34
                                    

SERENA:

Han pasado ya cuatro días desde el vergonzoso numerito, y aún es tiempo en que no he podido mirar a los ojos a la señora Esther, sin ruborizarme de inmediato, ante lo que ella había visto. Ella sabía bien que yo tenía novio, hasta conoce personalmente a Andrew, pero no había dicho nada aún sobre el espectáculo que Darien, un tipo que obviamente no era mi novio, y yo, dimos afuera de su tienda. Nos dedicamos simplemente a hacer nuestro trabajo, aunque pienso que tampoco debería decirme algo, pues era muy mi vida, pero era extraña esta seriedad, cuando ambas nos llevábamos tan bien, y charlábamos muy cómodamente de cualquier cosa. Pero hasta hoy, simplemente el ambiente se sentía muy tenso. O tal vez yo así lo sentía, por la carga de culpabilidad y vergüenza que llevaba a cuestas. Aún sigo sin poder explicarme, como esa mañana nuevamente fui a caer en sus garras. No entendía porque me resultaba tan difícil resistirme. Era como si él trajera la mitad de un imán dentro de su cuerpo, y yo el otro, y ambos sin evitarlo, se unían al inevitable magnetismo.

Me avergonzaba sentirme así de ansiosa y deseosa de más, cuando sabía que tenía a un chico lindo como mi novio, a mi lado. Pero las emociones con Darien eran esporádicas e inevitables. Se que había dicho que no quería que hubiera mentiras en mi relación, pero esa era la segunda vez que Darien me había besado, y de nuevo lo había vuelto a omitir. Pero ya no quería volver a molestarme con Andrew, y menos por alguien que yo ya no veo en mi vida. Aunque al parecer eso era imposible, pues aunque quisiera aparentar ante todos, yo misma me he sentido muy extraña, y se que los demás también lo han visto y sentido. Andrew, y mamá ya me lo han dicho, pero les dije que estaba bien, que últimamente había tenido mucho trabajo en la tienda. Lo cual era mentira. Ellos se lo creyeron, pero se que si le hubiera dicho lo mismo a Rei, a quien no he visto desde aquél día que golpeó a Darien, pues tuvo que viajar a una pasarela en Milán, se que sin duda, no me habría creído. Pero es que no sé cómo explicarle algo que ni yo misma entiendo.

Se que Darien aún mueve algo que ni yo misma conozco, dentro de mi, pero estoy decidida a no sentirlo más. Pues aunque aún no lo ha hecho, se que poco a poco me irá acarreando problemas. Suspiré con pesadez. Estoy haciendo cálculos con las cuentas de estos últimos días, no tanto por hacer mi trabajo como se debe, si no por la vergüenza de mirar a doña Esther a la cara, cuando de pronto, ella me habla y me manda a llamar desde el área del mostrador.

—Sere, puedes venir. —asiento, y dejo los papeles de contabilidad por un lado, para encaminarme hasta donde ella está.

—Si doña Esther. ¿En qué le puedo ayudar? —cuestiono y ella me sonríe y me señala un banquillo a su lado, antes de sentarse en otro.

—Has estado un tanto seria, ¿Todo bien? —trago saliva.

—Si doña Esther. Descuide. Solo que he estado... distraída. Pero eso es todo.

—Así es. Has estado distraída. No me quejo, pues a pesar de eso has cumplido bien con tu trabajo, pero sabes que te estimo mucho, y puedo ver qué algo te tiene mal, distante, distraída. O mejor dicho alguien... —abrí en demasía mis ojos, y ella me volvió a sonreír —no te he querido decir nada para no agobiarte, y más que nada porque no quería que me tomaras por una vieja chismosa, pero debido a que has estado así desde que ese hombre vino, me siento en deber de preguntarte —suspiré nuevamente.

—Estoy...digamos que pasando por un difícil problema de confusión, pero...espero solucionarlo pronto —me sonrió.

—Esperemos que si. Yo no soy quien para regañarte o juzgarte, así que sabes que cuentas conmigo para lo que necesites, ¿Verdad? —ahora fue mi turno de sonreír, asentir y agradecer el gesto amable que tenía conmigo. —Bueno, pues dejando eso a un lado, debo comentarte algo. Va a haber un pequeño cambio en la tienda. Solo por unas semanas. Me iré a unas largas y merecidas vacaciones con mi esposo. Y te dejaré a otra chica para que te ayude. Ella es mi nieta, Lita. Había estado viviendo en Madrid un tiempo, por sus estudios, pero ahora que ya terminó su carrera, y que sus padres ya no están, vendrá a vivir conmigo, y te ayudará durante estos próximos dos meses que yo esté fuera. ¿Hay algún problema? —sonreí.

𝐴𝑚𝑖𝑠𝑡𝑎𝑑 𝑅𝑜𝑡𝑎🌙 [C̲̲̅̅O̲̲̅̅M̲̲̅̅P̲̲̅̅L̲̲̅̅E̲̲̅̅T̲̲̅̅O̲̲̅̅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora