CAPÍTULO 34:

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SERENA:

—¡Ya basta! Olvídate de eso. Ya lo intentamos muchas veces en el pasado, y no funcionó. ¿Para qué volver a perder el tiempo? —fruncí el ceño. Los gritos de mamá acababan de despertarme. Noté que ella lloraba desconsolada, y me asusté. Apartando las sábanas, rápidamente me puse de pie, y salí de mi cuarto descalza a averiguar qué tenía a mamá en ese estado. Caminé y bajé sin hacer ruido, pero cuando iba a mitad de las escaleras, me frené en seco, cuando desde mi posición, los ví. Ambos en la cocina. Papá cerca de ella, solo mirando que mamá se movía nerviosa de un lado a otro, según ella preparando un café. No pasó mucho, cuando papá al ver que había dejado ya la tetera en la estufa, la tomó por sorpresa, la atrajo hacia él, y me hizo hasta jadear a mi, al ver cómo sorpresivamente la había besado con pasión. Al principio ella se resistió, pero papá la persuadió y poco a poco logró que se dejara llevar, y logró que hasta lo abrazara por la cintura. Feliz, yo solo atiné a tapar mi boca, para no hacer ningún tipo de ruido que fuera a interrumpir el momento. Pues aunque lo estuviera viendo con mis propios ojos, no podía creerlo. De pronto los besos pasaron a subir de intensidad, y me ruboricé cuando comencé a mirar sin querer, como las manos de ambos comenzaban a volar entre sus cuerpos, en forma de caricias.

—Kenji...¿Qué estamos haciendo? No podemos seguir. Detente —susurró mamá, no muy convencida de dejar lo que hacía, pero papá insistió, mordiendo el lóbulo de su oreja.

—Por favor, Ikuko. No te resistas más. No ignores esto que sentimos. Nos deseamos aún. Nos amamos. No lo niegues más —ambos no dejaban de tocarse y de besarse con desesperación.

—Kenji...pero no podemos. No ahora. Serena está en su habitación y... —papá la calló.

—Serena ya es una chica adulta. ¿No me lo dijiste tú el otro día? Vayamos a tu habitación. Aunque sea por un rato, antes de que despierte. Por favor —mamá gimió terminando por aceptar, y ese fue el detonante que yo necesité para regresar mis pasos en silencio hacia mi habitación.

Nunca había escuchado a mamá, y mucho menos a mí padre, hacer ese tipo de sonidos, y la verdad que no deseaba seguir escuchándolos. Era incómodo y vergonzoso. Mientras volvía, los seguí escuchando murmurar, al parecer sin dejar de besarse. Así que caminé más aprisa cuando los escuché caminar hacia la escalera. En silencio me encerré en mi habitación, teniendo cuidado de que mi puerta no hiciera algún ruido, y casi corriendo me metí a la cama, haciéndome la dormida, por si acaso querían revisar, antes de hacer lo que tenían en mente. Estaba dentro de las sábanas. Mi corazón latía nervioso y acelerado. Me sentía una pilla por haber cachado a mis padres sin querer. Pero también estaba muy feliz porque ambos al parecer, estaban haciéndose a la idea de volverlo a intentar. Cuando escuché como habían llegado casi tropezando, entrando juntos a la habitación de mamá, cerrando a risitas nerviosas y jadeos la puerta tras de ellos, me relajé y salí de las sábanas. Por suerte la habitación de mamá estaba lejos de la mía, y por suerte y no corría el riesgo de escuchar algo de lo que pasará entre ellos. Una sonrisa torpe estaba fija en mi rostro. Me sentía tan feliz porque mis padres se habían animado a estar juntos. Al menos por lo pronto, íntimamente. Esperaba que de ahí surgiera algo más. Estaba ida, pensando en la relación de mis padres, cuando de pronto mi celular vibró con una llamada entrante. Lo tomé de la mesita alado de mi cama, y miré que era Darien. Una sonrisa aún más auténtica que la del mismo Wason, remplazó a la anterior. Era una llamada. Así que de inmediato pulsé al teléfono para recibirla.

—Hola mi amor. ¿Aún estás dormida, flojita? —igual que una gelatina, fue como me derretí con solo escuchar su voz. Las mariposas comenzaron a cobrar vida y a revolotear alegres y con rapidez, contra mis entrañas.

—Hola guapo. No estaba dormida. Ya me había despertado —recordé lo de mis padres y solté una risita burlona —¡Y vaya despertar que tuve!.

𝐴𝑚𝑖𝑠𝑡𝑎𝑑 𝑅𝑜𝑡𝑎🌙 [C̲̲̅̅O̲̲̅̅M̲̲̅̅P̲̲̅̅L̲̲̅̅E̲̲̅̅T̲̲̅̅O̲̲̅̅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora