CAPÍTULO 11:

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SERENA :

No habría querido hacerlo, pero no tenía otra opción. No he visto ni sabido nada de Mina, pues se había atravesado el fin de semana, y yo quería saber cómo estaba. Pero hoy,  luego de que no fue a clases, a pesar de que sabía por mamá que Mina ya estaba libre, ella no atendía mis llamadas, ni mis textos, por lo que supuse que Darien la había castigado. Y con justa razón. No quería marcar a su teléfono fijo para no escucharlo, pero si iba directamente a su casa, daría lo mismo, pues tendría que verlo, así que como dije, no tenía opción. Él y yo no habíamos tenido conversación desde aquella frustrante tarde en la carretera, pero quería saber, pero sobretodo quería ver a Mina. Así que tragué mi orgullo, y lo llamé por teléfono. Quién al tercer timbrado, contestó.

—Si, hola —«su voz. ¡Qué poderosa y hermosa voz!» sin duda la extrañaría también. Suspiré. —¡Hola! ¿Quién habla? —respondió de nuevo, algo malhumorado al ver que no recibía respuesta. Así que tomé valor y contesté.

—Emm, hola, Darien. —guardó silencio unos segundos, y después carraspeó y respondió.

—¡Ah, hola Sere!. ¿Te puedo ayudar en algo? —contestaba de lo más frío, y algo dentro de mi comenzaba a sufrir, gracias a ello. Pero también pensé, que mientras más fríos estuviéramos siendo, más pronto y mejor sería, para cortar con esto. Para así, cuando tuviera la oportunidad, decirle que no volvería a verlo. Al menos no de aquella manera que acostumbrábamos.

—Eh, si...Me gustaría saber,  ¿Cómo está Mina? Quisiera verla. ¿Creés que se pueda? —el suspiró.

—Serena,... ella está ahora castigada. No tiene derecho de ver a nadie ni de salir de su casa, más que para ir a la escuela. —mi estado de ánimo decayó un poco. Sinceramente hubiera querido verla, pero entendía el porque lo hacía.

—Oh, ya veo. Disculpa. No estaría molestando, si hoy hubiera ido a la escuela... —él me interrumpió.

—No, descuida. No molestas. Hoy no fué, porque le di la oportunidad de faltar, solo porque no había pasado buena noche en aquel lugar, pero mañana regresará. —explicó y aunque sabía que no podía verme, yo asentí. 

—Está bien. Aún así, gracias, por atender mi llamada. Hasta luego. —estaba por colgar, cuando él de nuevo habló.

—¡Serena, espera...! —
mi corazón de pronto latió acelerado, y un tanto emocionado de lo que fuera a decir. Él solo
suspiró cansado —puedes venir a verla. Solo nada más un rato pequeño por favor. —desilucionada, solo hice amago de asentir y agradecí. No dejé de llamarme estúpida, mentalmente, por aún a pesar de decir que ya no caería en su dulce encanto, a la primera oportunidad, iba y lo hacía. Avergonzada y decepcionada de mi misma, agradecí y colgué de inmediato, sin dejarlo hablar más. Pues muy en el transfondo de la llamada,  sentía como si él quisiera decirme algo más.

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Mis manos sudaban, y mi cuerpo temblaba de anticipación al saber que volvería a verlo. No hubiera querido hacerlo, pero necesitaba saber de Mina, así que tragándome mi orgullo, tomé valor y toqué el timbre. Él tardó unos minutos, pero cuando abrió, me dejó sin respiración. A él al parecer también le había sucedido algo parecido, pues se había quedado rígido sujetando la puerta. Era mucha mi impresión de tenerlo después de unos días frente a mi, pero sabía que tenía que acabar con esto cuanto antes. Así que al ver que él no había dicho palabra aún, yo carraspeé y hablé.

—Emm, hola. ¿Puedo pasar? —pregunté y el asintió. Abrió más la puerta y me dejo entrar.

—Está en su habitación. —murmuró detrás de mí, y sin regresarme a mirarlo, agradecí y me encaminé rápido a la habitación de Mina. Aún con el corazón latiendo nervioso, toqué suavemente la puerta con los nudillos, y cuando escuché su aprobación para pasar, entré. Ella estaba recostada boca abajo en su cama. Se le veía aburrida, leyendo revistas, y cuando levantó la vista y me vió, se alegró tanto, que se levantó y me recibió con un gustoso abrazo.

𝐴𝑚𝑖𝑠𝑡𝑎𝑑 𝑅𝑜𝑡𝑎🌙 [C̲̲̅̅O̲̲̅̅M̲̲̅̅P̲̲̅̅L̲̲̅̅E̲̲̅̅T̲̲̅̅O̲̲̅̅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora