𝐴𝑚𝑖𝑠𝑡𝑎𝑑 𝑅𝑜𝑡𝑎🌙 [C̲̲̅̅O̲̲̅̅M̲̲̅̅P̲̲̅̅L̲̲̅̅E̲̲̅̅T̲̲̅̅O̲̲̅̅]

CAPÍTULO 15:

SERENA :

Explicar cómo es que estoy ahora aquí, es muy largo, tedioso, pero sobretodo, doloroso de contar. Ese día, el día en que la vergüenza terminó conmigo, el día en que mi vida dió un giro de 180 grados, tuve que hacer algo por la dignidad, la muy poca que aún había quedado en mi, para renacer, y volver a hacer un plan nuevo de vida. Enterarme unos días después por mamá, de lo que Darien había hecho, y que por culpa de ello, había estado en la delegación, me dejó anonadada. Y a pesar de que estuvo mal lo que Darien les hizo a ambos, en el fondo, secretamente, se lo agradecía.

Saber que Diamante en conjunto con Seiya, había hecho aquella atrocidad, ni siquiera me sorprendió. Al menos no de Diamante. Digamos que muy en el fondo ya me lo esperaba de él, luego de sus constantes amenazas. Y aunque se había tardado el proceso toda una semana, había logrado que ellos confesaran, que los castigaran por lo que hicieron, y logró que bajaran el vídeo de internet. Aunque eso de poco serviría. Ya estaba conocida por muchos en línea.

Esa mañana en la dirección, fue poco lo que yo hablé para defenderme. Incluso aún después de que llegara mamá, pues como era obvio, le habían llamado y avisado de lo ocurrido. Los sermones de la disciplina, la inmoralidad, y no se que otras tantas cosas, no se hicieron esperar, de parte del director y del profesor Alan, quien no sabía cómo explicar, el hecho de que aquel video, estuviera en su computadora, ya que él aseguraba que no había sido el responsable.

Él lo único que había hecho, fue dejar su computadora lista, antes de que llegáramos todos, para dar su clase del día. El director de manera apenada, me preguntó acerca de aquel vídeo. Yo tuve que aceptar que era mío, pero que había tenido el móvil extraviado por un tiempo, y seguro en ese tiempo, habían hecho la fechoría de descargar y compartir el archivo. No hablé sobre lo que pasó con Darien, ni lo que pasó ese día en casa de Mina cuando se descubrió todo, por culpa de ese mismo vídeo. Tampoco mencioné que era él, no quería ya más problemas ni personas implicadas. Aún si lo supieran, sabía que no harían un lío. No iba a pasar a mayores, pues yo ya era una chica mayor de edad. Pero si me pasó a perjudicar a mi. Pues yo era la más implicada en el vídeo.

La expulsión del plantel, fue lo más gratificante que pudieron haber hecho. De todas formas, ya no podría seguir ahí, con todos mirándome, burlándose de lo que habían visto, y con los hombres encima mío, acosándome para que les hiciera el mismo favor a ellos. Todo esto, mientras salía con mi madre, del plantel. Me habían expulsado esa misma mañana, luego de charlar con mamá, y yo salí de ahí, queriendo meter mi cara en una bolsa de papel, de la vergüenza que me daba al escuchar lo que me decían y murmuraban los demás, frente a ella. Tras la vergüenza y humillación, me encerré en casa, durante los días siguientes. Mamá estuvo conmigo en todo mi sufrimiento. A unos días de cumplir la segunda semana después de la tragedia, las llamadas entrantes, a mi celular, y al teléfono fijo de casa, no pararon. La mayoría, eran de ellos. De él que ya había logrado salir libre, así como de la que fue mi mejor amiga. Desde la primera llamada que me hicieron, y que mamá me preguntó si quería tomarlas, y yo negué, no había vuelto a preguntarme si quería hablar con ellos, solo les decía que mi decisión no había cambiado. Mina había ido también, otras tantas veces a casa, pero mamá siempre la atendía, y le daba mis negativas.

Otro que también fue a verme, fue Darien. Se plantó en mi casa, intentó explicarse, pedir perdón de nuevo, pero mamá lo corrió, luego de darle por milésima vez mis negativas, diciéndole lo mismo que yo no quería saber nada de ellos, y que no volviera a buscarme. Que entendiera que su hija ya no estaba más sola. Él intentaba explicar que quería darme apoyo para el momento tan vergonzoso que estaba pasando, pero según, quería decirme algo aún más importante. Por lo que escuché, supuse que era algo que mamá ya sabía, pero ella se negaba a que me lo dijera o a qué me hiciera más daño con eso. Según él, era algo que a lo mejor cambiarían las cosas. Y aunque tuve intriga en saber lo que quería decirme, no sucumbí a la curiosidad, y dejé que mamá le siguiera diciendo que yo no quería escuchar nada, y que no necesitaba de nadie. Yo no sabía lo que quería realmente Darien, luego de el daño que ya me había hecho. Pero estaba segura de que ya no deseaba verlo. Ni siquiera para hablar. Así que un día de pronto dejó de ir a casa. Más no me puse a pensar en porque había dejado de hacerlo.