CAPÍTULO 10:

1.4K 130 18
                                        

DARIEN :

Ignoro cuanto fue exactamente el tiempo en que yo me quedé pasmado, luego de haber escuchado aquello que me había dejado tan frío. Aquello que por una torpeza, y por solo enfocarme en mis bajos deseos, había olvidado. Pues olvidé que era lógico que una chica joven, tierna, y sin experiencias como Serena, pudiera desarrollar sentimientos como los que me acababa de decir, por una persona que era su primera vez en todo. Sabía que aquello cambiaría las cosas. Sabía con tristeza, que lo que teníamos, estaba a nada de caducarse. Y aunque no voy a negar que me podía saber que la perdería, sabía que en el fondo sería lo mejor. Ella no dejaba de verme con ojos brillantes, y tal vez esperanzados de que dijera algo positivo, luego de su revelación. Pero no podía. No debía hacerlo. La lastimaría,  lo sé. Pero así debía ser. Para lo nuestro no había un futuro. Así que cuando pude encontrar la voz, que misteriosamente había desaparecido de mi cuerpo, bramé casi con odio. Pero más con un profundo miedo interno, ante tal situación.

—No debes...no puedes... ¡Sería una estupidez! —sus ojos brillaron aún más, por las lágrimas, que se acumulaban en ellos, amenazando con salir. Y yo me sentí peor que miserable, ante su tristeza.

—¿Por qué? Somos libres. Sabemos lo que queremos... —habló con un nudo en la garganta, pero yo la interrumpí.

—Hay muchas cosas que lo impiden. Para empezar las edades —ella resopló rodando los ojos —No lo tomes tan a la ligera. Es cierto. ¿Cómo crees que va a tomar la sociedad el hecho de que una chiquilla como tú, salga con un hombre mayor, como yo? ¡No me bajarían de pederasta, de pedófilo!

—¡Eso es ridículo! A mí no me importa.... —la interrumpí.

—¡Pues a mi sí! —escupí, casi temblando de furia, y nerviosismo —pero como te decía, eso es sólo una parte de la cuestión. Falta el hecho de que eres amiga de mi hija, y lo más importante,...que desde el principio, solo hablamos de sexo. No dijimos que incluiríamos sentimientos en esto. ¡Y tú estuviste de acuerdo! Además podrás sentir lo que quieras por mi, pero yo tengo claro lo que siento.... No te amo. No siento más que afecto, y gran atracción sexual por ti. Nada más. —decir estás últimas palabras me provocó casi hasta una acidez estomacal. Fui duro. Y noté como a ella, a pesar que le habían dolido mis palabras, tragó con fuerza el nudo en su garganta, y con sus ojos aún brillantes, tomó fuerza, y volvió a hablar.

—¡Me parece perfecto! Hemos aclarado todo. ¡Gracias por plantarme de nuevo en mi lugar! —respondió sarcástica abriendo la puerta del copiloto —No quiero seguir discutiendo. ¡Llévame a casa, ahora, Darien! —demandó terminando de acomodar su ropa, y se subió al auto, dando un portazo. Resoplé exasperado, enredando los dedos en mis cabellos.

¿Cómo pude haber sido tan imbécil? Primero me había comportado como todo un crío adolescente, olvidando tal cosa, de tan gran importancia. Y luego, aunque era obvio ante mis ojos, me negué a ver qué Serena se había enamorado de mi. ¿Cómo no me di cuenta antes? La descripción de imbécil me quedaba corta. Sabía que esto algún día iba a acabar mal. Y hoy, por mis bajas pasiones y por mi falta de coraje al no haber dejado aquello dónde debió haber terminado, estoy quemado hasta las manitas. Resoplé por enésima vez. Terminé de acomodarme las ropas, y me metí al auto, también cerrando la puerta de golpe. Encendí el auto y metiendo pie a fondo al acelerador, salí de aquella vereda y me incorporé a la carretera que de nuevo nos llevaba a la ciudad, para llegar, rápidamente, antes de que lo olvidara, a la farmacia más cercana, a comprar la bendita pastilla de emergencia. Pues era lo único que podía hacer ahora. Solo podía resolver lo del "incidente", más no sabía que iba a hacer con la reciente revelación que había escuchado. El paseo se había frustrado. Después de este estúpido error de mi parte se había cancelado. No dejaba de recriminarme mentalmente por haber sido tan estúpido, en toda la extensión de la palabra. Estaba claro que yo también lo había provocado, al no solo enfocarme en el sexo, sino que por ser cortés y dulce con ella, la había tratado casi como si fuera mi novia. Ilusionándola, sin saber, con cada detalle que tenía con ella. Llevándola a citas, paseos, y no sólo sexo.
Pero es que estando con Serena, todo se me olvidaba. Digo, no era excusa, pero estando con ella de nuevo me sentía aquel adolescente que solía ser, al que le gustaba ser detallista, y al que poco le importaban las consecuencias de sus actos. Volvía a tener aquella edad. Me sentía joven, de solo estar a su lado. La juventud y la vitalidad que esa chica tiene, me hacía cometer locuras sin pensar. Pero ahora por dejarme llevar por su juventud, la estaba poniendo en riesgo de arruinarle la vida, con un amor imposible. Con un embarazo no deseado. Le estaría arruinando esa juventud que tanto me gusta de ella. No tengo derecho siquiera a verla con otros ojos. Tengo claro lo que ella es para mí. Es por eso que estoy tan asustado. Porque no solo implica que le arruinaría la vida a una jovencita, sino que también tengo claro lo que ella es para mí.

𝐴𝑚𝑖𝑠𝑡𝑎𝑑 𝑅𝑜𝑡𝑎🌙 [C̲̲̅̅O̲̲̅̅M̲̲̅̅P̲̲̅̅L̲̲̅̅E̲̲̅̅T̲̲̅̅O̲̲̅̅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora