CAPÍTULO 16:

1K 135 15
                                    

SERENA :

—No, de verdad, Rei. No insistas. No quiero que me presentes a nadie por ahora. No quiero citas. —ella resopló.

—¡Oh carajo! ¡Que no sería una cita! Solo te presentaré a una persona para que no te quedes aquí encerrada, y así podamos salir los cuatro. —me negué.

—¿Me juras que no se trata de una cita? —insistí y ella rodó los ojos, y asintió. —No se,... aún así no estoy segura —respondí y ella resopló y me abrazó por los hombros.

—Hermanita...no pongas más peros. Siempre que te invito a salir así, me dices que no. ¿Por qué? —no respondí y ella suspiró —¿Me dirás algún día, que fue lo que te pasó? —yo me tensé al saber a lo que se refería. Y me puse de pie, nerviosa, simulando que buscaba algo inexistente de mis cajones.

—No sé de que hablas

—¡Vamos Sere! Sabes que no soy tonta. En lugar de esquivarme mejor dime,  ¿Que fue lo que te hicieron? ¿Por qué te pones tan esquiva cada que te propongo presentarte a un chico?

—Rei...eso no es cierto. Simplemente no quiero salir con nadie por ahora.

—Sabes que estás mintiendo. Dime por qué lo haces. ¿Acaso un chico te lastimó? —suspiré.

—Rei,...de verdad,...eso ya pasó. Ya no importa. Es algo que no me interesa recordar.

—¡Así que di en el blanco!... —murmuró con voz serena —Fue un imbécil, ¿Cierto?

—Yo no dije eso. —susurré, cuando de pronto la tenía tras de mí, y me hizo girarme para que la encarara.

—No, no me lo has dicho. Pero como te portas, lo intuyo. —nerviosa, y sintiendo que ya no podía contener más las lágrimas, quise girar la cara, pero ella no me dejó y sujetó mi rostro —¿Me dirás quien fue el imbécil que te hizo tanto daño, para que no quieras conocer a alguien más? —mis ojos se cristalizaron. Al escucharla, ya no pude seguir controlándome y seguir haciéndome la fuerte. A pesar que ya había pasado casi un año, aún me dolía, y me podía hablar de ese tema. Era algo, que por más que deseaba, aún no lo podía superar. —¿Lo ves? ¡Mira como te pones, cuando te hablo del pasado! Cómo te pones cuando te hablo de un chico —soltó mi rostro y me abrazó, y yo sollocé y me acurruqué en su pecho. —¿No tienes la suficiente confianza en mi, aún? —asentí —¿Entonces? ¿Que pasa Sere? ¡Cuéntame qué es eso que tanto te lastima!

—No puedo. Lo siento. No eres tú. Es simplemente que... no me siento aún segura de prestar en demasía mi confianza a alguien más, que no sea mi madre. Hace mucho le di mi confianza, a alguien que pensé que por los años que teníamos, jamás me haría daño, y me equivoqué. Me traicionó de la peor manera. Me dijo cosas demasiado hirientes. Palabras que por más que puedo, aún no puedo olvidarlas y sacarlas de mi mente.
Pero, queriendo perdonar, siempre intento ver en que yo fui quien tuvo la culpa de que me dijeran todo eso y de que me trataran así. Pues yo la lastimé y la traicioné primero. —ella no dejaba de abrazarme con fuerza.

—Hermanita,... sé que apenas tenemos poco conociéndonos, pero créeme que yo no te traicionaría nunca. En primera no lo haría, por mi propio padre. Porque lo amo demasiado, como para darle un disgusto tan grande como ese. Y en segunda, porque siempre desee tener una hermana, para hacer esto. Contarnos nuestras penas, nuestras alegrías.... En verdad te estimo. De hecho me hubiera gustado tenerte a mi lado cuando tenía quince y tuve mi primera decepción amorosa. Sin duda, me hubieras ayudado más de lo que lo hizo papá. Y no digo que él no lo hizo bien, pero con una mujer,... con alguien como tú,... sería distinto. No tuve la oportunidad de charlar de eso con mi madre, pues como sabes, murió cuando tenía yo cuatro años. A duras penas la recuerdo. Y todo eso es gracias a papá, que no dejaba de hablarme de ella, de contarme relatos dónde ella apareciera, y de mostrarme fotos para saber y recordar siempre como era. Pero ahora que te tengo a ti,...quiero hablarte, contarte, decirte todo, porque sé que tú me escucharás, y me aconsejaras sin juzgarme. Porque así como me ves de fuerte, de atrevida, tu bien sabes, y te has dado cuenta en este corto tiempo de cómo soy de sensible muy en el fondo. Tu, papá y Jedaite, saben quién soy yo en realidad. Así que se que tú harías lo mismo por mi, si algún día te necesito. Pero no creas que por lo que te estoy diciendo, te estoy haciendo sentir mal, y  obligando a decirme, eso que tanto te lastima, ahora. Eso lo harás, solo si quieres, y cuando estés realmente lista. Y créeme que yo estaré feliz y complacida de escucharte. —me abracé más a mi hermana, y lloré. Lloré como ya tenía rato de no hacerlo. Pero ahora era en parte de felicidad. Pues estaba agradecida con la vida por lo que hoy tenía, y sabía que sin duda, reencontrarme con mi padre de nuevo, y saber de la existencia de Rei, había sido lo mejor que me pudo haber pasado en la vida.

𝐴𝑚𝑖𝑠𝑡𝑎𝑑 𝑅𝑜𝑡𝑎🌙 [C̲̲̅̅O̲̲̅̅M̲̲̅̅P̲̲̅̅L̲̲̅̅E̲̲̅̅T̲̲̅̅O̲̲̅̅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora