***Grettel.
Su suave mano acarició mi cabello, la forma en que me arrullaba era estar en el mismísimo cielo, sus azulados ojos radiaban la seguridad que necesito, y es que ¿como no vivir así con la persona que amas?
Tomo mi mentón y lo elevó.
-Siempre estaré contigo mi pequeña-vi como se alejaba, intentaba tomarla pero su cuerpo era extraído por unas manos más fuertes que yo.
-Mamá...
Sacudí mi cabeza y limpie el sudor que brotaba de ella, no era la primera vez que soñaba con ella.
Mamá había muerto, o eso era lo que nos avisaron, tenía díez cuando todo comenzó, las drogas la consumieron junto con el alcohol.
Una luz captó mi atención.
Lentamente me levanté de mi cama y me acerqué.
Un mensaje de un número desconocido.
Número desconocido: ¿Puedes llegar al bar? Necesito hablar contigo.
El sonido de mi móvil inundó la habitación, fijé la vista al número y era el mismo del mensaje.
-¿Hola?-descolgue, no respondieron. Retiré mi móvil y si aún seguía en la línea-. Si no hablas ahora mismo colgaré.
-No, grettel....
Abrí mis ojos como platos al escuchar su voz.
-¿Aiden?
-¿Puedes venir?
Sonreí
-Son las tres de la mañana, ¿Que pretendes?
-¿Paso por ti?, Está bien... En cinco estoy allí.
Golgo.
Retiré mi teléfono con una sonrisa, era extraño que aiden, mi jefe, mi amor platónico e imposible, me llamara a esta hora.
Tomé mis jeans y una camisa, arreglé un poco mi húmedo cabello, y lavé mi cara.
A los diez minutos tocaron la puerta, sonríe y fui abrir.
El lucía unos jeans ajustados y una camisa negra, con su chaqueta de cuero.
Sonrió nervioso.
-Hola...
Le devolví el gesto y cerré la puerta trás de mi.
-Ahora si-empece-. ¿Que es lo que Quieres?-sin dejarme terminar levantó mi mentón y me besó, pestañe y pestañe, no dude ni un minuto más y correspondí su beso, era... Increíble, aiden me gustaba desde que entré a ese bar a los dieciséis.
Levanté mis manos y las lleve a su cabello, estaba húmedo pero aún así encajaban con mis diminutas manos, era como si fuera producto de mi imaginación que el viniera a mi casa solo a besarme.
Me empujo contra la pared y no tardó mucha cuando nos estábamos besando otra vez, acarició mis mejillas, esa acción...
Lo empujé y el solo se asustó.
-Tu...-lo señalé-. ¡Tu eras el maldito misterioso con quién he estado follando!
El negó y se acercó.
Acarició mi mejilla y agregó:
-No me gustaría solo follar-. No me dejó contestarle porque jaló de mi labio inferior y lo mordió.
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No es hacer el amor, es tener sexo
Teen Fiction[ Terminada y Editando] «Detrás del placer posiblemente exista el amor, pero no confíes en que el sexo es lo mismo que hacer el amor». --- UNA HERMOSA PORTADA HECHA POR : LIZ