C A P I T U L O 17

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AIDEN

Las gotas de sudor recorrieron todo mi cuerpo, muertas mis duros puños golpeaban el saco de boxeo, la rabia fue reemplazada por la culpa, y mis ganas de llorar empezaron a tomar las riendas de mi cuerpo.

No podía, simplemente no podía, había sido el más idiota del el mundo, había traicionado el amor que yo sentía por ella, el amor que creí que me iba a sacar de mi maldito y fracasado mundo, ese mundo el cual me dañaba tan solo respirar.

—¡Diablos!— otro golpe —. ¡Mierda!

La ansiedad, empezó a acariciar mi cuerpo, el frío a recorrer mi columna, y mis manos heladas a caer junto con mi cuerpo.

Mi cuerpo hecho bola por el frío de mi enfermedad, hace que todo a mi alrededor de vueltas.

Me deje caer, me deje consumir y está vez ella no estar para salvarme.

Un profundo sueño envolvió mis pensamientos, dejándolos completamente negros.




GRETTEl

Mis pies dolían, mis manos sudaban, solo quedaba un solo lugar, un solo lugar en la lista.

Ya frente al club, deje que mi cuerpo caminara por si solo mientras me adentraba en el oscuro lugar, un sumiso silencio me tomo por sorpresa, mis ojos recorrieron todo hasta el punto de darme un liviano mareo.

—¿Hola?— un eco siguió mi voz —. ¿Hay alguien aquí?— mis palabras sonaban agudas.

Una fría mano se posó en mi cuerpo, y una helada corriente lo azotó.

—¿Tu eres?— una masculina voz hablo detrás de mi. Lentamente giré para descubrir quién era, o más bien para el saber quién era yo.

Mi mirada recorrió todo su rostro,y no hablo de cualquier rostro, hablo del rostro más hermoso que he visto en mis años de existencia.

El moreno arqueo una ceja y reprimió una risita por la mirada tan descarada que le daba.

Sus verdosos ojos, recorrieron todo mi cuerpo hasta detenerse en mis ojos, sus labios aún seguían intentando reprimir una sonrisa, su mandíbula estaba tensa por el intento de no sonreír o de burlarse de mí.

—Eh-eh, soy gre-ttel— balbuceo. Mierda.

El dejo su intento, y al final me mostró una perfecta dentadura.

—Bueno grettel, ¿Es así?— asiento —.¿Que necesitas?

—Ví el asunción.

—Así que vienes por el trabajo— asentí de nuevo —. ¿El de strippers?

Mis ojos se abren como platos, ¿Acaso dijo strippers? Pero si en el asunción decía camarera.

Mierda.

—¿No era camarera?— musite.

—No, ya ese puesto lo ocuparon está mañana— mierda— . Pero— levante la vista esperando a que continuará —. Puedes quedarte con el de strippers.

Sus palabras fueron lentas, pero procesarlas fue aún más lento.

No sabía que hacer; no tenía trabajo, y la comida solo alcanzaba hasta la cena, wen está hasta la mierda de rebuscar un trabajo, y yo simplemente no volveré a ese maldito bar.

—¿Que dices?— retoma de nuevo la conversación —. ¿Aceptas?

No tenía opción, nunca tengo opción.

—Acepto.



Nota nueva: capítulo editado.
Dedicado a YakelinGuerra, por tan buena lectora.

Hola mis amores se que esperaban uno más largo, pero sabrán que no puedo debido a mi corto tiempo.
Estaré actualizando todos los días.
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Besitos.

No es hacer el amor, es tener sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora