***Mis piernas temblaban.
Un frío se instalo en todo mi cuerpo, el sudor frío que brotaba de el causaba un enorme rastrilleo por toda mi espalda.
Estaba frente su puerta, después de una semana, después de un reencuentro, después de una enorme cicatriz reabierta.
Mi puño se se acercó a la puerta con la intención de tocar, basto de un roce para darme cuenta de que estaba entreabierta.
Con sumo cuidado la empujé hasta abrirla por completo.
La sala estaba despejada.
Con pasos lentos y dudosos, entre allí.
Mi vista recorrió todo el lugar, hasta que me detuve en uno donde mi mente programó un recuerdo.
Un suspiro se escapó de mis labios, triste, el recuerdo me puso más triste de lo que estaba.
La puerta de su habitación estaba abierta, y pude notar una silueta tendida en el piso.
«Aiden»
Mi cuerpo se abalanzo sobre el cuerpo en el piso, un nudo se formó que mi garganta y las ganas de llorar se instalaron.
Aiden estaba pálido, su rostro sudoroso, su cuerpo temblando.
Caí de rodilla aún con mis manos en mi boca.
—Aiden...—varios sollozos inundaron mi garganta.
—Grettel...—musito.
Limpié mis lágrimas y me lance sobre el, para ayudarlo.
—Aiden por favor...—balbuce—. Aiden.
Mis manos temblaron, cuánto hicieron tacto con su frío y sudoroso rostro.
Aiden.
Grettel tomo mi rostro, con sus manos temblorosas y me abrazó.
Sus pequeñas manos hicieron tacto con mi cuello, su pequeño cuerpo choco con el mio, ella estaba a mi lado, estaba protegiéndome de mi mismo, mis miedos empezaron a alejarse miestras los minutos pasaban, la calidez de su cuerpo, era espléndida, ella lo era.
Había esperado una semana por todo, por ella, fuí un idiota en creer que ella merecía tiempo, cuando el tiempo se la pasa volando, fuí un idiota en no buscarla, en no llamarla, ni en pregúntale como estaba.
Ella había vuelto, y en el peor momento de mi vida, había vuelvo cuando más la necesitaba, y eso realmente me encantaba, porque ella era todo lo que necesitaba.
Su presencia hacía que mi corazón se encogiera de tanto amor.
—Gracias—musite.
Su aroma a flora, se esparcio por toda la habitación, su presencia era realmente hermosa.
Ella se alejó y se levantó.
Sentí miedo.
«No la dejes ir»—me grité.
Pero aún mi cuerpo no se movía.
Ella me tendió su mano y me sonrió.
Hay me di cuenta de que nunca podría dejarla ir.
Le di mi mano y con mucha dificultad me ayudó a levantarme.
—Siempre tan hermosa, grettel.
—Siempre tan idiota, Aiden.
Le sonreí.
«No te dejare»—pense.
•••
Amamos a estos dos.
#TeamAidenForever.Está historia no solo contiene +18, hay muchas cosas por descubrir, como amor propio, triángulo amoroso, situaciones de la vida y esas cosas
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No es hacer el amor, es tener sexo
Novela Juvenil[ Terminada y Editando] «Detrás del placer posiblemente exista el amor, pero no confíes en que el sexo es lo mismo que hacer el amor». --- UNA HERMOSA PORTADA HECHA POR : LIZ