Parte 8

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PARTE 8: La despedida.

Cuando la película terminó Mew se levantó del sillón y comenzó a juntar los platos. Los llevó a el fregadero y se dirigió al baño. Cuando este dejó la habitación, Gulf se levantó y se acercó para lavar los trastes.

Mew se quedó unos minutos más en el baño. De nuevo se topaba con él mismo en el espejo. "Hola" le dijo en su mente. ¿Acaso se estaba volviendo loco? estaba pasando demasiado tiempo hablándose a sí mismo al espejo últimamente. Se cambio su ropa por una pijama para por fin salir. Vio a Gulf en la cocina secándose sus manos.

- ¿Tienes sueño? - Preguntó Mew

- Un poco 

- Vamos - le dijo Mew haciendo un ademán para que lo siguiera.

Ambos entraron a la habitación de Mew. Le señaló una silla donde había puesto ropa de dormir para que el chico la usara.

- El baño... -  Mew se quedó a medias cuando se dio cuenta al voltear de que el menor ya se estaba quitando toda su ropa frente a él para ponerse la pijama.

Mew se volteo como si nunca antes lo hubiera visto desnudo. Pero esa noche Mew estaba nervioso y Gulf estaba comportándose más adorable de lo normal. Era simplemente la perdición de Mew. 

Cuando el chico termino de cambiarse, tomó su celular y se metió a la cama de Mew.

- Ven - le dijo dando unos golpes a su lado en la cama - Te enseñaré a jugar un nuevo juego que bajé, trae tu celular contigo.

Mew tomó su celular, apagó la luz principal de la habitación para que sólo quedaran prendidas las luces de las dos mesas auxiliares. Se incorporó a su cama y se acercó hasta donde el menor estaba. Se acercó y lo rodeo por encima de su estomago con una de sus manos y posando su cabeza en uno de los hombros del chico mientras este le explicaba y le enseñaba el nuevo juego que había descubierto y quería que jugaran juntos. Mientras Gulf le explicaba, su voz se empezó a hacer cada vez mas lejana, como un eco. Los ojos de Mew estaban cada vez más pesados y su respiración demasiado lenta y apaciguada, hasta que sus ojos se cerraron por completo. 

Gulf volteó a ver a Mew debido a que tenía minutos explicándole y él no respondía nada. Una sonrisa se marcó en su rostro al verlo completamente dormido. Miró su rostro tranquilo y relajado y sintió alegría. Ese día se había preocupado demasiado por Mew. En verdad pensó que algo pudo pasarle. Cuando por fin vio que estaba bien, algo en su interior le dijo que no debía dejarlo solo. Quería estar con él, quería hacerlo sentir bien, hacerlo sentir feliz, cuidarlo, así como tantas veces el mayor lo había hecho antes. Para él, era su manera de compensarle a Mew todo lo bueno que había traído a su vida.

Bloqueó su celular, lo dejó en la mesita de a lado y apagó su lampara. Dejó la lampara de la mesa de Mew encendida, ya que no quiso quitarse para ir a apagarla. Acomodó mejor a Mew en su hombro y se acomodó él también de manera de estar cómodo. Miro por última vez la cara del mayor.

- Siempre voy a cuidarte, como tu me cuidas a mi - dijo esto último cerrando sus ojos para dormir por fin.

A la mañana siguiente Mew abrió los ojos y vio la cara de Gulf a escasos centímetros de la suya. ¿Seguía soñando? No recordaba en qué momento había caído en el más profundo sueño, pero le gustaba su vista al despertar. Escaneo su cara por completo, miró sus ojos cerrados y sus pobladas cejas, su cachetes suaves, hasta llegar su boca. Esa boca que tanto deseaba besar, morder. Su boca lo tenía loco, en verdad le encantaba. Incluso a veces se sentía avergonzado de no poder disimular lo mucho que le gustaba y caer él mismo en cuanta que llevaba observándola mucho tiempo. De pronto subió su mirada a los ojos de Gulf, quién lo miraba tranquilo. Sintió como su cara se ponía roja por haber sido cachado por el menor mientras miraba sus labios. No supo que decir.  

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