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Mi destino no es pelear contigo,
Mi destino es pelear por ti.
Camino a mi nueva casa donde vivía con mi familia de un tiempo para acá, sentía una opresión en el pecho, una sensación de sabor amargo en la boca y unas ganas inmensas de llorar.
Admitía que también tenía un poco de miedo, porque no eran las cinco de la tarde, más bien ya era las diez de la noche y a pesar de que no era tan tarde, el camino a mi casa no era tan cercano a la casa de Zayn.
La situación económica de mi familia no era de clase alta, mi padre era un arquitecto reconocido y mi madre era enfermera. Tenía cuatro hermanas Ella quien era la mayor, Bonnie, mi persona y la más pequeña era Megan. Por el momento vivía con mi familia, pero estaba trabajando de medio tiempo en una pequeña boutique, y con el dinero que me pagaban lo ahorraba para pagar el que sería mi nuevo apartamento.
Cuando estuve frente a casa, donde el taxista estaciono, le pagué y baje del auto, donde con insistencia escucho el sonido de mi celular.
No me había percato, que Zayn me había llamado unas diez veces ya. Conteste cuando observe su nombre en mi pantalla, y hable.
-Bueno—dije suave y calmada, aunque sabía que mi corazón estaba totalmente inquietado.
- ¿Ariel, ya llegaste?
Sonreí, sin evitar sonrojarme
-ya llegué Zayn—bajé la cabeza caminando a la puerta de mi casa y solo escuchaba su respiración.
-quería saber cómo habías llegado.
-He llegado sana y salva—sonreí, me encantaba que Zayn siempre se preocupara de esta manera por mí.
-Me alegro—dijo y quedamos en total silencio.
- ¿Estás molesta? —en ese momento mi corazón se agito con mayor fuerza, como si estuviese naufragando en el mar y de pronto una tormenta lo azotara.
- ¿Por qué lo estaría? —dije y luego me sentí estúpida.
-No lo sé—escuche su risa, me encantaba escuchar su risa y verlo sonreír es como si iluminara todo el cielo con destellos de luz, luego de las peores de las tempestades y él fuera el sol que avisara que todo iba a estar bien.
-Estamos bien Zayn, no estoy molesta contigo—le digo, aunque miento un 100%, ya que no, en absoluto no estaba molesta, simplemente me sentía triste por saber que Gigi podía hacer cosas que yo quería hacer con él.
- ¿Puedes salir un momento? —pregunto y quede totalmente confundida.
