La mejor amiga de Zayn|| Z.M||

Capitulo Treinta y tres

PUNTO DE VISTA DE ARIEL

Mi teléfono vibro y vi que se trataba de un número desconocido. Mis manos me temblaban.

-Hola—dije asustada—Hola Ariel—escuché su voz ronca.

-Zayn, ¿Dónde estás Zayn?, estoy muy preocupada por ti.

Hubo un silencio.

-Ariel, no quiero que me busques más, todo lo que paso entre nosotros fue una farsa—dijo y mi corazón se rompió en mil pedazos, comencé a sollozar—Yo te mentí, nunca te he amado—dijo y me lleve una mano a la boca. Él estaba mintiendo.

-Zayn, ¿Qué dices? —dije, y comencé a llorar.

-Yo amo a Rebeca—confeso y luego colgó la llamada.

Negué con la cabeza, esto tiene que ser una pesadilla.

PUNTO DE VISTA DE ZAYN

Desperté por el agua fría que recibí en mi rostro, poco a poco me adapte a la luz del lugar donde me encontraba. No podía gritar ni mucho menos mover mis manos, estaba amarrado.

-Que bueno que despiertas cielo—observa a Rebeca frente a mí.

¿rebeca?

Ella se acerco a mí y quito la tela de mi boca.

-¿Dónde estoy?

Ella se rio

-Oh cielo, no va a ser tan sencillo—acaricio mi rostro mientras evitaba que me tocara y ella agarro mi rostro.

-¿Por qué eres tan lindo y sexy?—ronroneo en mi oído—no sabes las ganas que te tengo.

-Sueltame loca—dije serio y ella solto una carcajada y golpeo mi cachete.

Senti un ardor en mi rostro.

-tú eres mío y de nadie más—volvió a acariciar mi mejilla y luego paso sus dedos delgados sobre mis labios.

-Estás loca, yo no soy tuyo—le advertí.

-Si no pones cuidado cielo, voy a traer la cabeza de tu novia—advirtió mientras tragaba rápidamente.

-No quieres que le haga nada a Ariel, ¿verdad? —pregunto mientras mostraba su rostro lleno de rabia—esa mocosa va a pagarme todo lo que me hizo.

-Le pones un dedo a Ariel encima y—pero ella golpeo mi mejilla otra vez y se subió en mi regazo.

-Deja de amenazarme Zaynee—beso mi mejilla mientras trataba de que no lo hiciera, paso su lengua sobre mi mejilla y agarro mi rostro con fuerza.

-Te deseo—murmuro sobre mis labios—deseo que me hagas tuya.

-eso jamás va a pasar—escupí mientras intentaba zafarme, pero era imposible.

-eres un tonto, haz lo que te digo—quito mi camisa y acaricio mi tórax.

Empezó a besar mi tórax mientras cerraba los ojos, luego bufo cuando escucho su celular, y se quitó encima de mí.

-no es nada divertido cuando no colaboras—mascullo molesta.

-el día que te hice el masaje no te quejabas—la miré mal.

-hace unos masajes pésimos—le dije y ella sonrió.

-Si no colaboras iré contra tu novia y créeme soy capaz de asesinarla y no me interesa ir presa, con tal de que esa estúpida desaparezca del mapa.

-bien, haré lo que digas, pero no la toques—suplique—hmm, vaya mi Zaynee tiene un punto débil—ella se burló—la cabeza de tu querida Ariel se vería perfecta en una vitrina.

-Te suplico que no le hagas nada—pedí mientras intentaba no llorar.

-Bien, entonces te voy a soltar y vas a tener sexo conmigo como nunca—me acerque a él—entendiste cariño.

Dude un segundo.

- ¿entendiste guapo? —agarro mi rostro, cerré los ojos—entendiste

-Si, joder si entendí—dije rápidamente y ella sonrió—pero antes llamaras a esa idiota, y le dirás que me amas a mí, que todo lo que paso entre ustedes fue una farsa.

Agarro nuevamente mi rostro, su sonrisa era maquiavélica, esta mujer estaba loca.

- ¿te quedo claro? —suspire mientras asentía y se rompía mi corazón. No quiero lastimar a Ariel, moriría si le digo algo que no siento.

Ella agarro su móvil y lo puso en mi oído.

-Hola—escuche su voz. Su hermosa y perfecta voz suave—Hola Ariel—dije.

-Zayn, ¿Dónde estás Zayn?, estoy muy preocupada por ti

Rebeca me miro.

-Ariel, no quiero que me busques más, todo lo que paso entre nosotros fue una farsa—dije mientras cerraba los ojos e intentaba no llorar—Yo te mentí, nunca te he amado—dije y sentí las mejillas mojadas.

-Zayn, ¿Qué dices? —dijo, escuche como lloraba.

-Yo amo a Rebeca—confesé mientras rebeca tomo el celular y lo cerro. Esperaba que entendiera y buscara a esta loca mujer.

-Bien hecho cariño—se acerco y beso mis labios, apreté mis labios y ella gruño.

-Ya me estoy aburriendo, otro día me divierto contigo—dijo alejándose de mí.

Ariel, espero que me encuentres, porque tengo que explicarte la verdad.