Capítulo 21

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Mario había pasado la noche en vela.

Había convencido a Gabriela de entrar a la casa y preparó un té para ella. La arropó en el sofá y la cuidó mientras dormía.

Esa mañana llegó a su oficina con unas ojeras enormes. Estaba cansado y solo quería permanecer en su casa, pero tenía algo importante que hacer.

Encendió su computadora y decidió buscar sobre algún investigador privado en la ciudad que pudiera ayudarlo.

Encontró el número de una agencia de ‘detectives’ que a su juicio parecía confiable. Tomó el teléfono y marcó. Uno, dos, tres timbres y alguien contestó del otro lado.

–Diga.

–¿Agencia de investigadores? –Mario relamió sus labios.

–Así es.

–Necesito de sus servicios.

–¿Cuál es su nombre?

–Mario Götze.

–Sr. Götze, ¿Cuál es su caso?

–¿Cree que podamos reunirnos en algún lugar para hablar?

–Claro, como usted diga.

Mario acordó verse con uno de los agentes en una cafetería del centro. Necesitaba explicarle que es lo que quería, era algo sencillo pero requería tiempo y astucia.

Un hombre no mayor de 35 años aproximadamente llegó a la mesa en que Mario se encontraba.

–¿Es usted Mario Götze?

–Sí.

–Sr. Götze, soy el agente Adler.

–Tome asiento, por favor –Dijo extendiendo su brazo en forma de ofrecimiento.

–Gracias –Jaló una silla y se sentó–. Bien, ¿Cuál es su problema?

–Yo –Suspiro–. Necesito conseguir un  periódico.

El agente enarcó una ceja, tal vez pensaba que era una broma o alguna tontería.

–¿Un periódico? –Dijo en tono dudoso.

–Sé que suena tonto, pero necesito una nota de un periódico de 1995.

–¿Puede comenzar a decirme los datos que tenga sobre eso? –Escribió un par de cosas en su teléfono.

–Bien, mi novia –Carraspeó–. Ella quedó huérfana a los 8 años. Su madre murió cuando tenía 4 y quedó a cargo de su padre quien también falleció años después.  Desde ese entonces, vivió en una casa hogar y hace 4 meses salió de ahí. La cuestión está en que ella tenía un recorte de periódico de cuando sus padres se casaron. Usted sabe, cuando las parejas anuncian que contrajeron matrimonio y esas cosas.

–¿Qué ocurrió con el recorte? –Preguntó con curiosidad el agente.

–Lo perdió.

–Veré si entiendo. En resumen, ella quiere obtener una nueva copia de ese periódico por ser un recuerdo de sus padres.

–En parte. La verdadera razón es que quiero darle la sorpresa de que he conseguido lo que tanto buscaba.

–Ya veo. Entonces dígame fechas, lugares y nombres relacionados. Entre más exactos sean más fácil y rápido resultará encontrar el diario.

–La ciudad en donde sus padres se casaron fue en Wismar, Mecklemburgo-Pomerania. Sus nombres son Franz y Laura Montgomery, no me dijo la fecha precisa de la publicación, solo que fue en 1995.

–Me ha dado un dato clave, creo que será más sencillo de lo que creí.

–¿Ah sí? ¿Cuál? –Dijo Mario confuso.

–Montgomery, no es un apellido común en este país. Es de origen inglés probablemente, y no hay una gran cantidad de personas que lo tengan aquí.

–¿Entonces cree que pueda conseguirlo?

–Lo haré –Aseguró con confianza.

Mario sonrió. Sabía que el agente conseguiría el periódico que buscaba, y también sabía que sería una gran sorpresa para Gabriela

–Me gustaría que trabajara lo más pronto posible. Desearía que para este fin de semana tuviera en mis manos ese periódico.

–Y lo tendrá Sr. Götze.

–El dinero no es el problema, pídame cuánto quiera, agente Adler.

–Le pasaré mis datos por correo electrónico y nos pondremos de acuerdo respecto a eso, por lo demás, no se preocupe, yo hago mi trabajo.

–Mil gracias, se lo agradezco enormemente.

–Ha sido un gusto hacer tratos con usted.

–El gusto es mío.

Ambos hombres se pararon de la mesa y se despidieron estrechando sus manos. Mario se dirigió a su auto de regreso a la empresa y con un buen sabor de boca. Ahora solo bastaba esperar unos cuantos días y obtendría respuesta del agente Adler.

Moría por ver la felicidad en el rostro de Gabriela.

Su Inocencia (Mario Götze)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora