Capítulo 11

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Afortunadamente aquel día Mario no le había llamado la atención a Gabriela.

De vuelta al presente, ambos habían despertado, Gabriela se encontraba tendiendo la cama cuando Mario la tomó por detrás de la cintura y la cargó hasta el baño, una vez ahí cerró la puerta tras de ellos.

Él la miró por unos cuantos segundos y después la besó. Gabriela ya había aprendido que no debía oponerse a él, por lo que desistió en aplicar fuerza en sus labios y solo se dejó llevar.

Mario, quien tenía sus manos en la cintura de Gabriela, comenzó a bajarlas lentamente hasta la curva donde termina el trasero y la apegó a él. Sintió como ella tembló cuando lo hizo y después la soltó.

–Nos bañaremos juntos –Dijo Mario sonriendo.

Gabriela se sintió aturdida.

Aún no superaba el hecho de tener intimidad con él y no quería averiguar en qué consistía el ‘bañarse juntos’.

–¿No piensas quitarte la pijama?

–Sí –exclamó Gabriela.

Mario, quien solo estaba en bata, se había deshecho de ella y estaba abriendo las llaves del agua para regular la temperatura.

Ella, con vergüenza, se dio la vuelta para ponerse a espaldas de él y comenzar a desvestirse. Podía sentir la mirada penetrante de Mario en la nuca, y entonces él la tomó por detrás de la cintura, como ya lo había hecho antes, y la llevó a la regadera.

Gabriela tembló al sentir contacto con el agua, mientras que Mario la abrazaba para que ella no sucumbiera ahí mismo.

No importaba en cuanta situación estuviera Gabriela, de todas formas se veía hermosa. Y para él no había mujer más bella en ese entonces.

Él ya le había ayudado a pasar el jabón por su cuerpo y ahora era turno de Gabriela. El temblor en sus manos revelaba la poca calma que tenía, pero aun así lo hacía con cuidado para no ir a otras zonas. Ella creyó que había terminado, pero no era así.

–Te faltó un lugar –Mario apuntó para abajo.

Gabriela se sintió mareada ante el solo pensamiento de tocarlo en esa parte. Sentía asco de todo aquello. Ya se había dejado tocar por él en un intento de no pelear más, pero no había pensado en que él le pidiera favores de ese tipo.

–Vamos, hazlo –Le ordenó.

Ella tomó nuevamente el jabón, estiró su brazo y acercó su mano lentamente hacía el miembro de Mario, estaba comenzando a llorar cuando él la detuvo agarrándole la mano.

–Debiste haber visto tu cara –Soltó una carcajada que se ahogó el en eco de la regadera.

Las mejillas de Gabriela estaban rojas, no aguantaba la vergüenza y el coraje que acababa de pasar. Él solamente se burlaba de ella como le daba la gana.

Mario cerró las llaves del agua y colocó una bata alrededor de los hombros de Gabriela, repitió el acto con él y después salieron del baño.

Ahí comenzaba otro día más para Gabriela y uno menos para su condena.

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Hola chicas!

Bueno quería agradecerles por sus comentarios y votos en los capítulos. Y además quiero decirles que he establecido el miércoles y el sábado para actualizar la historia, considero que son los días en los que tengo más disponibilidad, además no puedo subir capítulos a loco haha nunca escribo por día, trato de tener ya lo que voy a publicar.

Su Inocencia (Mario Götze)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora