Un

4.9K 354 41
                                    






Mi vida se basaba en tener constantes peleas y/o discusiones con chicas que reclamaban por sus hombres. ¿Era mi culpa que aquellos dejaran a sus novias y vinieran conmigo? Yo diría que no. En la universidad tuve un "problema" muy grande con una chica que parecía estar obsesionada conmigo, su gran amor habría corrido a mis brazos y como la buena mujer que soy, le abrí los brazos... ¡ah! Y las piernas.

Min Yoongi. Solo fue un desliz, después de dos semanas me había engañado con otra y yo no me quedaba atrás, aunque ya habíamos terminado lo que sea que hayamos tenido. No contaba. En estos días volvió a mí para regresar y todas esas bobadas. No era mala idea, aún lo estaba pensando.

— ¿Entregaste los documentos? — Jungkook se encontraba en el taburete a un lado mío contando la gran cantidad de billetes, asentí sin mirarlo — ¿Crees que te llamen?

— Eso espero, ¿tú seguirás trabajando con Jimin? — Lo miré, mi hermano menor soltó un suspiro para después depositar el dinero en la mesa de mármol.

Vivíamos juntos desde hace tres años, nuestros padres decidieron divorciarse causando que mi padre se mudara a Busan. Nuestros padres se molestaron mucho por quedarnos aquí en Seúl pero al final decidieron apoyarnos, dejándonos una cantidad fuerte de dinero en nuestras tarjetas. Me enorgullecía decir que en realidad no los necesitábamos pues teníamos trabajos o bueno, por el momento no contaba con uno.

Fui despedida de mi anterior empleo sin razón alguna y por supuesto que abogue por tal hecho pero no me dieron respuesta así que decidí buscar otro empleo. Jungkook era muy bueno escribiendo canciones; por lo tanto, era productor en una disquera junto a su mejor amigo Park Jimin, que era un bombón por cierto.

— Por supuesto, no puedo dejar ese trabajo Hana, es muy bueno y realmente espero que la empresa te contacte. Tienes una mente impresionante cuando se trata de números —prosiguió a tomar una manzana y darle una gran mordida, realmente esperaba lo mismo. Observé la cantidad de billetes que mantenía en su mano, era grande. Todo aquello se lo había ganado él mismo con esfuerzo, sudor y lágrimas.

Aproveché mi gusto por los números y decidí elegir economía y finanzas como mi carrera universitaria.

— He escuchado que hace poco tiempo la empresa de Samsung fue heredará por el nieto quien tiene tan solo veintiocho años. Solo tres años mayor que yo. Dicen que el hombre es guapo — Sonreí traviesa cruzando mis piernas, Jeon colocó los ojos en blanco y negó serio.

— Hana, es casado. Recuerda los problemas que tuviste en tu relación con Yoongi — Me encogí de hombros sin importancia. Mi hermano estaba consciente de todo. Al menos de la mayoría.

— ¿Tú crees que eso me interesa? ¡Por supuesto que no Jeon! Además, creo que volveré con Min — Me levanté del taburete para caminar hacía la sala y desplomarme en el cómodo sofá, busque el control remoto de la televisión hasta que lo vi frente a mí, lo tomé y la encendí para comenzar a buscar una buena película.

— Dios mío, déjate de tonterías como esas. Min te engaño — Me reprochó desde la barra de la cocina, por lo visto había terminado de contar su dinero.

— Yo también lo hice, pero ya quedó en el olvido. Nos pedimos disculpas — Reí al recordar la escena. Tan lindo Min Yoongi.

—¿Como puedes perdonar eso? Tú lo hiciste después cuando no tenían ningún lazo—Hablo con la boca llena al mismo tiempo que se desplomaba a mi lado observando la televisión. Por más que buscaba una que llamara mi atención en Netflix ¡No recibía resultados! Tardaba demasiado en elegir qué en ver alguna.

—Ay hermanito, da igual. En cualquier momento me conseguiré un hombre mejor, Yoongi solo es bueno en la cama y los dos lo sabemos, nada serio—Jungkook me miró mal a lo cual solo le sonreí y apretujé sus mejillas.

Mi hermano me dio un manotazo y abrió la boca para decir algunas palabras pero mi celular lo interrumpió con un aviso del correo electrónico.

Me habían aceptado en la empresa.

—Jungkook, me aceptaron—Sonreí grandemente, el mencionado dejó caer su peso en mí para verificar el escrito que me habían enviado hace algunos segundos.

—Eso es increíble, ¿tienes ropa decente?—Levantó su ceja izquierda, voltee a verlo totalmente indignada por lo que trataba de decirme. Jungkook soltó una risita y siguió comiendo como si nada.

—Toda mi ropa es decente.

—No creo que sea buena idea ir a trabajar con una blusa corta y short—Se cruzó de brazos mirándome de pies a cabeza, coloqué mis ojos en blanco y me levanté del sofá en un brinquito.

—De acuerdo, ire al centro comercial para comprar por lo menos dos trajes, no tardo—Palmee su hombro derecho, tome las llaves del auto que se encontraban reposando en una mesa en la entrada principal. Tome mi bolso y salí de casa después de despedirme de mi hermano por segunda vez. Me dirigí hacía el ascensor mientras observaba mi celular.


Al estacionarme observe bajar de un auto lujoso a un hombre de traje demasiado guapo junto a una chica, hice una mueca de asco al verla con ese vestido pues parecía una niña de diez años, tal vez era su hermana. Sin quitarles la mirada los imite y me dirigí hacía la entrada del centro comercial, era hora de buscar más faldas, sacos y tacones para mi nuevo trabajo. Era una empresa de mucho prestigio y en el correo me indicaban llevar ropa formal todos los días. En mi antiguo trabajo no importaba como nos vistiéramos, el duelo es algo...¿liberal? No sabía muy bien que terminó colocarle por qué ni yo misma entendía si forma de ser.

Entre a una tienda para empezar a buscar e irme de aquí lo más rápido posible, necesitaba descansar un poco pues mañana empezaba el trabajo duro y mi mente tenía que estar muy bien preparada para los grandes números. Estaba tan distraída observando una falda hasta que sentí como alguien me empujó hacía adelante.

—Lo siento, no te vi—Volteé a ver al hombre en cuanto escuche su voz ronca y gruesa, era el mismo del estacionamiento. Cabello negro, ondulaciones en el y largo; aquellos ojos me llamaron mucho la atención, era demasiado guapo para ser real.

—No te preocupes—Le dedique una sonrisa sincera, el hombre me miró por unos segundos hasta que una voz chillona llego a mis oídos.

—¡Cariño! He escogido el vestido—Él realizó una corta reverencia con «aún» una gran sonrisa en su rostro muy característica y se marchó hacía la chica que ni siquiera se percató de mí. Se veía como una niña emocionada por algún dulce o juguete que le regalaron sus padres.

Y descartando mi teoría, no se trataba de su hermana.

Él en realidad es atractivo y si ella no estuviera presente, estaba tan segura que en estos momentos ya tendría su número y tal vez alguna "cita". Trataba de concentrarme nada más en Yoongi pero no podía hacerlo, ese hombre había llamado mucho mi atención. Lo siento Min, encontré a alguien.

Ella sostenía en sus manos un vestido que se parecía mucho al que portaba ¿que le pasaba por la cabeza? Vestía como una niña pequeña. Volví mi mirada hacia la falda que tenía en mis manos, era perfecta. Negra con toques en blanco al igual que el pequeño saco. Pasaron treinta minutos en los que termine de hacer mis compras en la tienda y volví al estacionamiento para irme a casa pensando en aquella pareja extraña.

 Pasaron treinta minutos en los que termine de hacer mis compras en la tienda y volví al estacionamiento para irme a casa pensando en aquella pareja extraña

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Break Off | KTH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora