𝖳 𝗋 𝖾 𝗇 𝗍 𝖾 𝖲 𝖾 𝗉 𝗍

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Mis ojos vagaron por todo el lugar que lucia terrible para mi gusto, me encontraba sola, lo cual en cierta parte era bueno. No estaba sucio el lugar pero aún así, no me agradaba para nada. Y bueno, ¿a quien le agradaría estar en la cárcel? A nadie, supongo. No podía creer que habían manipulado absolutamente todo para que yo quedara como la culpable del accidente de Taehyung, nunca le haría algo de ese tipo. Nada que atente contra su vida.

Lo peor de todo es que, recién me entere que empiezo un embarazo, tan sólo llevo dos meses. Era una tonta, permití que Park me embarazara. Este tema me causaba un estrés terrible, mucho más que todo esto de estar aquí encerrada.

— Jeon Hana, wow, nunca pensé que nos volveríamos a encontrar — La voz de un hombre me hizo alzar mi cabeza, lo analicé por algunos segundos hasta que mi mente me lo recordó, formaba parte del "grupito" de las chicas que se la vivían insultándome. Que pesar.

— Ugh, pensé lo mismo — Mis labios formaron una mueca, me levante de la cama causando que algunos resortes sonaran, tomé los barandales con mis dos manos, desafiándolo con la mirada. Él me miraba con una sonrisa burlona — Parece que te divierte que yo esté aquí dentro ¿no?

— Pero por supuesto que si, es decir, toda la comunidad estudiantil pensaba que no se... tal vez te casarías con un empresario millonario y saldrías triunfando — Alzó ambas cejas, me miró de pies a cabeza y por último acarició mis labios — Pero ya veo que no, terminaste como una criminal. Que irónico.

— ¡Por Dios! Que ignorante eres, tú no sabes absolutamente nada de mi vida. ¿Que si me case con un millonario? Si, es más, no me conforme con solo uno. Así que decidí tener a dos — Sonreí en grande sin despegar nuestras miradas, este hombre, llamado MinHo.

— Nunca cambiarás, eres la misma persona de años atrás — Susurró, le lancé un beso y este solo me dio una última mirada de molestia para darse la vuelta y perderse por los pasillos. Me cansaban esas personas.

Volví a sentarme en la cama, esperando que mi abogado se hiciera presente. Debía sacarme de este asqueroso lugar si o si, después, me encargare de esa tal Yeni. Sabía que ella había causado todo este alboroto para darme en lo más bajo, pero no lo lograría.

Los demás espacios se encontraban en silencio, al parecer nadie más estaba cerca de mí. Como si me tratara de alguna criminal muy peligrosa, que tontería. Solté un bufido, encontrando en que podría hacer para matar el tiempo, pero no... no había por hacer. Recargue mi cuerpo en la pared con mucho cuidado y una mueca de asco en mis labios, nadie sabría qué o quien pudo haber estado en esta cama. De repente, unas pisadas firmes acompañadas de unos zapatos de tacón, se hicieron presentes por todo el pasillo causando un gran eco. Fruncí mi entre cejo al mismo tiempo que me levanté de la cama, sonreí en grande al ver la persona frente a mí.

— Youngmi, que gusto verte de nuevo — Le dedique tres aplausos que «como cualquier otro sonido» causó un eco. Ella estaba como nueva, ya no vestía como una niña infantil, ahora llevaba un vestido pegado a su cuerpo y demasiado precioso en color negro con ciertos detalles en plateado. De verdad que me había impresionado. Además, su cabello estaba suelto con ondas, lo llevaba tintado de rubio, casi como el mío pero no el mismo tono.

— Jeon Hana, un gusto verte también, pensé que no te vería más — Me sonrió, pero sin llegar a mostrarse falsa o ser sarcástica. Ella de verdad me sonreía de una manera tan tranquila, tan diferente a la última vez. Un señor desconocido para mí llegó a su lado, cargando un pequeño maletín «donde tal vez llevaba papeles importantes», me dedicó una sonrisa pero sin mostrar sus dientes — Hana, él es Seung, el abogado que llevo tú caso, créeme, lucho demasiado para que salieras de este... asqueroso lugar. Donde, obviamente, no perteneces.

Break Off | KTH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora