2.

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Sana POV

A pesar de que mis agujetas estaban sueltas y llenas de suciedad  del pavimento, llegué a la cancha de fútbol. Las gotas de sudor recorrían mi frente, mi respiración pesada hacía un hoyo en mis pulmones, no sé si pueda resistirlo más.
-Justo a tiempo.
Susurré con pesadez mientras buscaba el asiento ideal para tomar fotografías desde las gradas. Me encontré con mis compañeros de generación que odio, los padres de las jugadoras y también porristas. Comencé a buscar dentro de  mis bolsillos del pantalón por la memoria que el profesor B me había dado.
-Oh no, de nuevo no-
Decía con desesperación, ¡Este día no podía ser peor!
No encontré la memoria. En ninguna parte. En ningún bolsillo.
-¡Soy tan estúpida!
Grité, llamando la atención del público a mi alrededor. 
Me llevé las manos a los ojos para detener la gigante cascada de lágrimas que venía.
Prendí la cámara y noté que tenía 3 tiros. Jamás serán suficientes para el profesor B pero puedo inventar que tuve una pequeña emergencia y olvidé la memoria en... en un veterinario o algo así. ¿Me creerá?
-1.
Me acerqué a la cancha cuando salieron las chicas. Pasé una parte de mi cámara a través de la celda que nos separaba de las futbolistas para tomar fotos mejores. Ajustaba la luz, el enfoque. Salieron las deportistas con sus uniformes amarillos con blanco. En su pecho, el gran nombre de mi escuela "CET High School". Atrás, su número.
Cuando las chicas se acercaron para motivarse y hacer su porra antes de comenzar el partido, aproveché para hacer mi primer tiro.
-¡Vamos abejas!
Gritaban las personas desde las gradas con euforia.
Ahora entraba el equipo rival, que por cierto no les dieron una cálida bienvenida a la cancha.
Comienza el partido.
-2.
Era terriblemente difícil poder tomar una buena foto de cualquier chica. Todas están corriendo por la cancha, chocan con las rivales, son como un rayo de luz. No lo puedes captar.
-Por esto odio tener que cubrir a los deportistas.
Expresé con enojo mientras volvía a tomar la cámara entre mis manos.
¡Al fin! Una chica se detuvo a tomar un poco de aire a unos metros de mi cámara.
Acerqué mi rostro a la cámara para sacar una buena foto de ella.
Comencé a analizar sus facciones definidas, su cabello un poco alborotado por el movimiento y silueta atlética, todo desde mi lente. Era impresionante que a pesar de estar sudorosa y cansada por el partido, se seguía viendo como una diosa del Olimpo. Yo no, yo me veía como si un remolino hubiese pasado por mi cabello.
Wow, es... preciosa. Pensé.
Coloqué mi dedo en mi cámara y apreté para hacer mi segundo tiro.
-3.
Se termina el partido y yo no pude evitar ver a la jugadora. Algo cambió en mí con tan sólo una imagen. Nuestro equipo había terminado como ganador, con un marcador de 3-1 contra el rival. Eran muy buenas, ahora me siento mal por subestimar a los equipos representativos de mi escuela.
¿Cuál será su nombre? Me pregunté.
Las chicas hicieron una fila al centro de la cancha, al igual que los rivales. Se tomaron de las manos diciéndose "Buen partido" para despedirse amigablemente.
Comencé a ver que las chicas tenían su número y su nombre atrás de su playera. Vaya, no sé nada sobre el fútbol.
Entre una ola de gente, la encontré a ella. De espaldas.
Tomé mi cámara y enfoqué su espalda.
"Kim Dahyun, 13"

Lo tengo.

SHE (saida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora