SHE (saida)

30.

Sana POV

Dahyun no contestaba mis mensajes, no contestaba mis llamadas. Comenzaba a preocuparme por qué se supone que hoy llegaba de vuelta a casa y moría por verla. No me ha contado su versión del partido pero me enteré que perdieron.
No sabía qué hacer así que me puse a leer el libro de "El Gran Gatsby", uno de mis favoritos. Estaba tratando de distraer mi mente de mis pensamientos negativos, quería pensar que todo estaría bien.
Minutos después, mi madre tocó la puerta.
-Hola, Sana.
Dijo al abrir la puerta.
-Má, ¿qué pasa?
-Te esperan en la puerta.
Me confundí de pronto.
-¿Es Jimin? Por qué no quiero verlo...
-No, no. Es Dahyun.
Mi mamá corrigió. En ese momento, el libro de Gatsby cayó de mis manos y me acomodé los lentes que uso para leer, me veo muy atractiva con ellos así que no me los quitaré.
-Ah, em. Voy en un momento, gracias mamá.
Mi madre cerró la puerta y por última vez, me miré al espejo para acomodarme el cabello.
Salí de mi cuarto y llegué a la puerta para ver a la mujer más hermosa del mundo.
-¡Hola tú!
Corrí a abrazarla con alegría pero ella comenzó a llorar entre mis brazos.
Mi sudadera estaba un poco mojada ahora.
-Perdimos.
Dahyun expresó entre sollozos, me hacía sentir tan triste... me duele verla así.
Preferí no decir nada, ya que sabía que iba a empeorar la situación. Solamente estuve abrazándola, acariciando su espalda, su cabello y depositando besos pequeños en su cabeza hasta que paró de llorar.
-Ven, princesa. ¿Te preparo un té?
La guíe hasta mi cocina. Ella sólo asintió, sin decir una palabra. Su nariz estaba roja como cuando es invierno, sus ojos se hincharon y su respiración era entrecortada.
Preparé un té de manzanilla por qué esos ese es mi mejor amigo cuando tengo ansiedad. Le di la taza con un sobre de azúcar y le preparé el té con una cuchara.
Me acerqué a ella y choqué mi frente con la suya. La tomé del rostro con suavidad.
-Eres la mejor. Un partido no te hace más ni menos, ¿okay? Te admiro tanto y siempre te voy a apoyar.
Deposité en beso en su frente.
Dahyun se limpiaba las lágrimas con su chamarra.
-No te merezco.
Mencionó al tomar su taza.
-Mereces el mundo entero.
Expresé mientras acariciaba su espalda.
Se acabó el té y nos fuimos a mi cuarto.
Cerré la puerta con seguro por si a mi madre se le ocurría entrar... uno nunca sabe.
Nos recostamos en mi cama y nos abrazamos.
-Me tropecé por dudar si iba a hacer la jugada o no. Fueron microsegundos... jamás me lo perdonarán.
Terminó Dahyun de platicarme el partido... ¡Yo me encontraba furiosa por la estúpida chica que casi le quita un brazo!
-No es tu culpa, estabas bajo mucha presión. No cargues con algo que no te corresponde del todo.
Traté de hacerla entrar en razón pero ella no me escuchaba.
Sentí que depositó un beso en mi cuello que me hizo estremecer, es mi punto débil.
-Te amo, gracias por hacerme tan feliz.
Dubu mencionó.
-¿Dahyun, consideras este momento importante?
Le pregunté sin contexto.
-Por supuesto que sí, ¿por qué lo dices?
Oh no, aquí voy.
-¿Quieres ser mi-emmmm...?
Intentaba sacar las palabras de mi boca pero temía a la respuesta.
-¿Tu...?
-¿Novia?
Dije la palabra mágica.
Dahyun se quedó congelada por unos segundos, que por cierto fueron los más largos de mi vida.
La capitana se acercó a mis labios y los atrapó.
-¿Entonces eso es un sí o un no?
Pregunté con miedo, ¡estaba muriendo por dentro!
-¿Tú que crees tonta? Claro que quiero serlo.
Miré sus ojos hinchados, pero hermosos como siempre. Me mordí el labio inferior mientras sonreía, quería gritar de la emoción.
Comenzamos a besarnos con lentitud, me derretía por esta mujer.