SHE (saida)

21.

Dahyun POV

Me miré frente a mi reflejo en escaparate de una tienda de ropa de segunda mano. La tienda estaba justo a un lado de la heladería, en donde Jimin me estaba esperando para nuestra primera cita... si es que se le puede llamar así.
Voy con el objetivo de conocerlo, para mí es un hombre muy atractivo y sensible. Me parece una buena persona, así que quiero conocerlo más.
Entré al pequeño local y solo había unas cuantas personas, así que fue fácil encontrar a Jimin.
-¡Dahyun, por acá!
El chico se levantó de su mesa para recibirme con un tierno abrazo.
Tuvo un gesto caballeroso cuando movió la silla para que yo me pudiera sentar.
-¿Cómo estás?
Pregunté con mucha felicidad.
-Tengo nervios por qué te compré un helado de menta con chocolate y no sé si ese sea tu favorito.
Jimin me acercó un cono mediano con dos bolitas de helado, se veía delicioso.
-¡Aw, eres demasiado lindo! Muchas gracias.
Tomé el helado con agradecimiento y le di una probada.
-¿Tú que vas a querer?
Pregunté.
-Justo ahora iré por mi helado, quería esperar a que tuvieras el tuyo entre tus manos primero.
Me mostró su sonrisa perfecta para después levantarse a pedir su helado.
Seguí probando mi antojo hasta que mi celular vibró.

Sana: ¿Estás en tu casa? ¿En la cancha? ¿Podemos hablar? Entiendo si no quieres hacerlo.
6:24 p.m.

No hagas esto más difícil Sana, no quiero que nuestra plática se convierta en un beso más. No podría soportarlo y además, te seguiría haciendo daño. No contestaré su mensaje, mejor apagaré el internet de mi celular para no recibir sus notificaciones.
Después de ese corte comercial, Jimin se sentó en la mesa con un helado de chocolate que se veía antojable.
-¿Eres del equipo chocolate, eh?
Le pregunté.
-Claro que sí, no puedes ganarme en esto. El chocolate es el mejor sabor de todos.
Jimin volvió a probar de su helado, se veía muy feliz de tenerlo entre sus manos. Tierno.
-¡No! ¿Has probado el de chicle? Te morirías.
Contesté con arrogancia mientras Él se burlaba de mí.
Nuestro debate fluía cada vez más, haciendo que nos conociéramos mejor el uno al otro, creando una conexión más profunda y de confianza.
-Bien, creo que jamás estaremos de acuerdo. Oh, creo que te llaman.
Jimin finalizó el debate y me obligó a mirar a la estúpida pantalla de mi celular... Sana estaba llamándome.
-No, no es nada.
Intenté rechazar la llamada y noté que Jimin miró el nombre en la pantalla.
-¿Por qué no contestas? Seguro Sana anda en problemas... a mí antes me llamaba cuando necesitaba algo.
De pronto Jimin se tornó triste y esa sonrisa que iluminaba se volvió opaca.
-¿Espera qué? ¿Ella y tú eran-
Pregunté con curiosidad, no me sabía la historia completa.
-¿Éramos novios? Sí. De hecho, empezamos como mejores amigos, entramos al comité juntos... y después nos hicimos pareja, éramos felices.
Jimin terminó de comerse el cono de helado y se limpió con una servilleta. En ese momento sentí que mi corazón se había hecho pequeño por algún tipo de dolor... pero, ¿por quién, por Sana o por Jimin?
-Cuéntame más.
-Bien, yo le di todo. La cuidé, apoyé sus ideas más locas pero ella terminó lastimándome y maltratándome.
Me quedé congelada ante su respuesta, esa no es la Sana que yo conozco.
-¿Qué pasó?
-Sí, decía que yo era muy tonto, muy inmaduro... y sobre todo, se enamoró de un atleta. Jamás supe su identidad.
Ay no, ese atleta... soy yo.
-¿Y cómo vas con eso? ¿Ya la superaste?
Me interesaba saber sobre el estado mental de Jimin, Sana parecía ahora como una loca sin sentimientos.
-Nunca dejará de doler. Ten cuidado con ella, claro que es muy linda al principio pero después saca su verdadera personalidad. Está desquiciada. Ojalá me hubiera dicho la identidad de aquel chico... o chica, eso me hubiera ayudado a superarla más rápido.
El chico parecía que iba a soltarse a llorar dentro de la heladería, yo trataba de consolarlo y de tomar su mano mientras escuchaba las verdades sobre Sana. Me tenía tan sorprendía y también decepcionada... jamás me imaginé que fuera así.
-¿Recuerdas el día de la fiesta? Bien, ¿Qué ibas a decirme sobre ella?
Pregunté con miedo.
Jimin se quedó en silencio por unos minutos.
-Que es una persona horrible. Aléjate de ella, no es como aparenta.
Por alguna razón no podía creerle, mi instinto me decía que todo era mentira pero al ver su rostro lleno de dolor... me hacía pensar las cosas de otra manera.
-Ven, demos un paseo por aquí. Vamos a distraernos un rato.
Nos levantamos de la mesa y sentí la libertad de tomarlo de la mano.
Caminamos por nuestro diminuto pueblo mientras hablábamos sobre la vida y él me contaba chistes hasta que el sol bajara por completo.
Llegó la hora de despedirnos y le di un fuerte abrazo por haber sido tan honesto conmigo.
-Por favor avísame cuando llegues a tu casa.
Le dije.
Jimin me tomó de la cintura y ¡Bam! ¡Intentó besarme!
-¡No, espera! ¿Qué haces?
Dije haciéndome a un lado y separándome de él con agilidad. Estaba confundida.
-Pensé que tú y yo teníamos algo.
-No... no por ahora. Te agradezco la cita.
Las palabras salieron rápidamente de mi boca y salí corriendo mientras me sentía desorientada.

No me gusta Jimin pero lo que me dijo sobre mi mejor amiga, me dejó pensando.