SHE (saida)

40

Dahyun POV

Último momento. Mi graduación.
Absolutamente todos mis amigos, novio y familia se veían espectaculares. Yo portaba un vestido que me hacía lucir elegante, me sentía como una verdadera princesa. Después de que Jackson me fuera a recoger a mi casa, llegamos al gimnasio de la escuela. Estaba decorado con pequeñas luces que parecían estrellas, mesas interminables, una barra de comida y bebidas, una gran pista de baile con un escenario enfrente.
Entramos a una cabina de fotos y aproveché para tomarme demasiadas con mis amigas, compañeras del equipo de fútbol y mi novio...
Me estaba divirtiendo pero sé que me hacía falta algo y ese algo tiene nombre, Sana.
Necesitaba verla en su atuendo de graduación, quería seguir admirando su belleza aunque fuera desde lejos.
Intentaba buscarla entre la multitud pero me solicitaban demasiado, no podía concentrarme en buscarla si tenía que saludar, tomarme fotos y abrazar a mi círculo de amigos.
-¡Bienvenidos a su gran noche de graduación!
Escuchamos un micrófono prenderse y vimos al director en el escenario con un  conjunto elegante.
Todos lo miramos enseguida y aplaudimos, incluso gritamos.
El director recibía a luz de un reflector que hacía que cerrara los ojos, era gracioso.
-Bueno, quisiera dar unas palabras...
Vociferó y en ese momento, mis ojos rodaron. Me concentré en otra cosa, buscar cabeza por cabeza y encontrar a Sana.
Seguramente viene tarde, la puntualidad no es su mejor atributo.
Pensé y estaba en lo correcto.
Miré un rato hacía la entrada principal y mis ojos se deslumbraron. La mujer más hermosa del auditorio entró por la puerta con una cara de preocupación por llegar tarde, me hizo sonreír.
Sus padres estaban apurados también y parecía que la estaban incomodando. Querían tomarle fotos segundo por segundo, también me hizo sonreír.
Sana se veía preciosa, siempre lo hace pero hoy... sentía que mi estómago albergaba mariposas de todos los tamaños y colores. Mi frecuencia cardiaca aumentaba y mis manos se sentían un poco sudorosas, qué asco.
Jamás la había visto tan brillante, tan preciosa.
Quería correr hacia ella y besarla, pero soy una estúpida.
-¡Felicidades, qué disfruten su noche!
El director terminó y el gimnasio se llenó de aplausos forzados. La música retumbó fuerte y muchos chicos comenzaron a bailar, los padres a comer y a convivir entre ellos.
-¡Vamos, Dahyun!
Jackson me tendió su mano mientras observaba a los atletas correr hacia la pista.
Tomé su mano y me dejé llevar pero a la vez, seguía con la mirada fija en ella.
Mientras bailaba, la vi integrarse a un grupo de chicos de teatro. Me enorgullecía bastante que haya encontrado también su lugar.
La veía feliz y sé que yo no pude regalarle la felicidad como yo hubiera querido.
Seguía bailando con Jackson y los demás atletas, siempre mirándola a ella.
De pronto, nuestras miradas se cruzaron por un segundo. No estábamos tan lejos.
En ese cruce de miradas sentí un rayo de electricidad recorrer mi cuerpo.
Volví a sentir sus labios en los míos, sus manos en mi cintura. Sentía como si me hiciera suya, quería que lo hiciera.
Me desvestí imaginariamente ante su mirada, ella tiene el poder de hacerlo.
Dejé de observar lo que me rodeaba y sólo nos mirábamos, hablábamos sobre cuánto nos amábamos con la mirada.
Suspiré profundamente, sentía una paradoja del espacio-tiempo.
Quería sentirla una vez más.

-¿Dahyun?
Jackson volvió a ponerme los pies en la tierra.
-¿Ah?
Contesté desorientada.
-Voy por algo de beber, ¿Quieres?
Preguntó.
-Lo que tú tomes, yo también.
Respondí.
Jackson se fue y yo no podía seguir bailando. Solamente la observaba, observaba su cabello caer al ritmo de la música, su cuerpo, su sonrisa, su perfil. Es... ella y yo estoy enamorada.
Es momento, me acercaré.
Comencé a caminar y crucé a varias personas con dificultad ya que todos bailan sin parar.
La escena para mí se movía en cámara lenta, como si tuviera una dislocación del tiempo.
-¡Dahyun!
Gritó Jeongyeon pero no la escuché, solamente vi que Sana reaccionó al grito y me miró con sorpresa.
Estaba a punto de llegar pero Jeongyeon me tomó del brazo con tanta que fuerza que hizo que retrocediera y le diera la espalda a Sana.
Mis amigas de fútbol llegaron en bola y me llevaron de vuelta a donde estábamos bailando anteriormente, me alejaron de Sana.
-¡No! ¿Qué haces?
Dije con enojo a mi mejor amiga.
-Salvándote de un error.
Susurró.