Kacchako 4 Ever II

Ochako Tiene Hermanos.

Sus manos fueron salvajes y atrevidas, llegando hasta el trasero de su novia, apretando y acariciando su piel por debajo del pantalón corto que llevaba.
Sentía rozar su erección contra la mezclilla mientras el calor de la chica se encargaba de reforzar todas las sensaciones.
Tomó el dominio de sus acciones y la forzó a estar sobre su espalda, entrando en el espacio de su entrepierna y simular un vaivén mientras se hundía en su cuello y aspiraba la combinación de sudor, perfume y feromonas que lo volvían loco.
—Onee-san—, escucharon y Katsuki se hizo a un lado tan rápido como pudo.
—¿Qué sucede, Horishi?—, la castaña se irguió, abotonando su camisa rosa mientras se levantaba y alzaba en brazos al castaño menor—, ¿Quieres ir al baño?—, dijo mientras miraba a su novio con una expresión de disculpa.
Katsuki se recostó por completo en la cama, tomando una de las almohadas de su novia y colocándola sobre su bulto, con la esperanza de poder bajarla antes de que llegaran los padres de su novia.
Ella salió del cuarto y volvió a los minutos, con una sonrisa pícara en sus labios.
Katsuki cerró los ojos, fingiendo dentro de su juego de pareja.
—No hagas una rabieta, Katsu—, se recostó a su lado, jugando con su cabello rubio—, tenía que quedarme con Horishi si quería la casa sola—. Dejó su cabello y subiendo la camisa negra del chico, dejó besos húmedos a lo largo del vientre de Katsuki—. Mejor despierta para que pueda tener un poco de diversión contigo.
Y él no necesitó más estímulo para disfrutar de la boca de su novia.
Su vientre subía y bajaba, dejaba suspiro, gruñidos y quedos gemidos acompañados de los sonidos de la saliva jugar sobre él.
Estaba a punto, casi liberando su ser.
—¡Regresamos!—, se escuchó en toda la casa.
—¡Hajime!—, escuchó que gritó Horishi y supo que había acabado todo.
Ahora no podría quitarse encima al hermano mayor de Ochako.