Pechos. IV.

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Su pierna saltaba en su lugar. El rumor del autobús molestando en los oídos y ni el volumen de la música pudo calmarlo.

Iba a un corto interinato de una semana fuera de la academia junto a cara de soba, así que sus nervios no iban bien. Además, estar lejos de Ochako no lo mejoraba: se estaba haciendo habitual descansar con ella.

Una semana. ¡Una semana sin estar con ella!
¿Cómo mantendría sus nervios abajo sin ella?

Miró a un lado, a la ventana. Necesitaba distraerse.

Obtuvo su teléfono afuera para cambiar la canción y cuando buscaba alguna que le antojara escuchar, un mensaje entró.
Abrió y encontró un archivo en la conversación con Ochako. Era un video y así como no sabía de qué iba, bajó el teléfono a su regazo para que nadie más que él pudiera ver el video.

Sus audífonos pronto se llenaron del sonido de los muelles de la cama de Ochako mientras ella saltaba en su cama. Sus pechos rebotando contra la piel de su estómago y generando el sonido tan conocido por él.

El video duraba poco más de un minuto y más que excitarse, se calmaba al ver el bamboleo de su piel. Hacía el final, ella le hablaba.
—Ve dentro de tu bolso.

Cortó el video y él se precipitó al cierre de la bolsa.
Lo que encontró fue el mejor regalo que le pudiera dar en esos momentos.

Colocó la bolsa en su regazo y se inclinó sobre ella, alcanzando con la nariz la tela del sostén usado por ella.

Kacchako 4 Ever IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora