Llamadas.

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Lo levantó del suelo. Estaba algo empolvado, más pasar la mano encima de la carcasa rosa libró de casi toda la suciedad que le decoraba por encima.
Había terminado de llover y no dudaba que alguien, corriendo a resguardarse, hubiera perdido ese móvil. Su educación le decía que lo dejara donde estaba, pero significaría botarlo en un charco de lluvia.

Lo limpió de nuevo con su camisa, resguardando en el bolsillo el aparato.
Ya llamaría el dueño.

Dio un paso en su camino y al iniciar otro, el bolsillo vibró al ritmo del móvil perdido.
Lo obtuvo y miró la pantalla.

«Número desconocido»

Frunció las cejas rubias y contestó la llamada.
—¿Hola?—, dijo. Sin embargo, de haber esperado a un interlocutor buscando signo de la localización de su móvil, le siguió un tren de palabras.

—¡Estoy tan ansiosa!—, dijo la voz femenina al otro lado. Quiso responder pero las palabras cayeron en cascada—. ¡Toda la semana he esperado por mañana! Te extraño y no puedo evitar pensar en ti todo el tiempo—, se hizo un silencio. Imaginó a la novia de un tipo completamente enamorada de él—. ¡Te veré en la estación cerca de Adachi! Llevaré tu blusa rosa favorita y una falda blanca—, susurró con intimidad—. ¡Te espero! ¡Adiós!

La llamada se cortó y las palabras se quedaron en la boca de Katsuki.
Aquello fue raro, una ráfaga de palabras y tonos en la voz de la chica, sumado a la extraña falta de tiempo que dio para responder.

Parpadeó un par de veces en sorpresa.
Guardó el teléfono y siguió su camino. El dueño no tardaría en llamar y entonces él y su novia tendrían la cita que tanto ella había esperado.

Era cuestión de tiempo para las llamadas.

Kacchako 4 Ever IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora