(Marc)
Estoy muy nervioso. Dentro de un par de horas me caso con Isel y tengo muchísimas ganas de verla. Anoche me viene con mi hermano a dormir a mi casa porque Isel tiene su vestido en casa de Alex y Claudia la necesita cerca.
- Relájate Marc.
- No es tan fácil Alex. Tú también estabas muy nervioso cuando te ibas a casar con Bells.
- Cierto. Pero aprendí que nervioso no iba a cambiar nada. Así que relájate.
Hago caso a mi hermano y me siento en el sofá a ver la tele tranquilamente. es cierto que me caso en 2 horas pero solo tengo que ponerme el traje y estar allí a la hora. No necesito tanto tiempo para vestirme y llegar al lugar.
Pasamos media hora viendo la televisión hasta que llegan nuestros padres y Alex vuelve a su casa para ayudar a las chicas.
- ¿Por qué estás sin vestirte?
- Mamá no te alteres. Queda mucho para salir de casa y estoy seguro de que arrugaría el traje.
Pasamos el rato hablando de cualquier otra cosa que no sea la boda hasta que llega el momento en el que tengo que vestirme porque nos tenemos que ir ya al lugar de la ceremonia.
(Isel)
No he pegado ojo en toda la noche. Sin Marc a mi lado en la cama casi nunca duermo bien. Y menos hoy a unas pocas horas de casarme con él.
La verdad es que no entiendo por qué se ha ido nuestra casa si a mí no me importa que me vea vestida de novia antes de la ceremonia. Pero supongo que soy la única a la que le dan igual las tradiciones de la familia.
Me levanto voy directa a la cocina. Cojo un vaso y relleno de zumo de naranja. Estoy segura de que la cafeína es lo peor que le puedo echar mi cuerpo ahora mismo.
- Que madrugadora.
- Más bien no he dormido nada.
- A mí me pasó lo mismo. Es normal.
- Es que sin él no duermo. No entiendo por qué tenemos que seguir la tradición.
- Deja que se sorprenda al verte y caminar con el vestido.
No creo que, con el vestido que he escogido, se fuera a sorprender menos si me lo veía antes de salir de casa. Pero ahora ya no hay marcha atrás.
- Iré a darme una ducha antes de empezar a arreglarme.
- ¿Qué vas a hacer al final?
- Pues no lo tengo claro. Supongo que me pintaré los labios y me taparé un poco las ojeras para no parece un zombie. Y el pelo he pensado dejarlo suelto.
- Muy tú. Natural.
Exacto. Muy yo. No quiero pintarme como una puerta el día de mi boda. Mi chico se ha enamorado de mí sin verme maquillada. ¿Por qué debería hacerlo hoy? No. Mejor sin maquillaje. Lo justito para parecer una persona.
En el baño dejo que el agua caliente relaje mis músculos. Intento que no se moje mucho el pelo porque si tengo que secar no tardaría más que lo que quiero en arreglarme. Tras la ducha más rápida de mi vida me seco con la toalla, me pongo la ropa interior y una bata por encima.
- Ya estoy en casa -escucho decir a Alex.
Bajo hasta el salón y le pido que despierte a Jordi y lo vaya vistiendo. Él me responde con un casto beso en los labios y sube las escaleras hasta la habitación de mi hijo. Mientras, vuelvo a mi habitación y me siento delante del espejo para empezar a maquillarme. Acabo con los labios y ojos pintados. Un maquillaje sutil que ya he usado antes.
Atrás una hora más acabando de preparar a los niños y retocándonos las últimas veces nosotros, salimos de casa en el coche de Alex. Solo tardamos unos minutos en llegar al lugar donde me casaré con Marc.
- Hemos entrado todos en el coche sin problema -dice sorprendido Alex.
- Supongo qué es la ventaja de llevar un vestido que no ocupa demasiado.
- A mi hermano le va a encantar.
Le doy un beso a Álex antes de dale la mano a Jordi para caminar con él hacia dónde nos espera Marc.
(Marc)
Llevo esperando un rato a mi chica. Estoy bastante nervioso, pero cuando veo a mi hermano y mi cuñada sentarse en su sitio, sé que la siguiente en entrar es ella. Y me deja con la boca abierta su vestido.
Me encanta que sea corto, que tenga escote, que lo lleve ella. No puede estar mejor acompañada que por nuestro hijo. Cuando llegan a mi altura, Jordi se va con mi hermano e Isel y yo nos miramos por fin a los ojos. Está preciosa.
- Me encanta tu vestido.
- Pues a ti el traje te queda de muerte.
Le doy un beso en la mejilla y dejamos que comience la ceremonia. No atiendo mucho a lo que nos dice el oficiante por qué mi mujer me deja hipnotizado. Hasta me tienen que avisar de que tengo que repetir algunas frases. Pero cuando llegua el momento de besarla sí que estoy atento y no espero ni un segundo para posar mis labios sobre los suyos.
- Te te echado de menos esta noche.
- Yo también a ti. No he dormido nada.
- Hoy dormimos en nuestra casa nena.
Mi hermano me había dicho que ellos se ocupaban de Jordi para que Isel y yo pudiésemos tener una noche de bodas. Y, cómo aún no nos hemos instalado en nuestra casa, podemos tener allí nuestra noche de bodas.
- Espero que no hayas preparado nada especial.
- ¿Por qué?
- Porque yo no tengo nada para ti.
- Tú eres especial mi vida. Y eres toda mía.
(Isel)
Tras la boda y el banquete me subo el coche de Marc y vamos hasta la que será nuestra casa. Cuando llegamos, Marc me abre la puerta del coche y me lleva en brazos hasta la habitación llena de pétalos de rosas rojas.
- Es precioso amor.
- No tanto como tú pequeña.
Mi marido me besa dulcemente antes de salir de la habitación. Cuando vuelve, trae en sus manos un par de copas y una botella de champagne. Brindamos una última vez el día de hoy antes de desnudarnos el uno al otro.
- El vestido me encanta, pero estás más guapa si él.
Me sonrojo al oír sus palabras. Pero todo se me olvida cuando me tumba sobre la cama y se coloca sobre mí para hacerme el amor.
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Madre de alquiler
FanfictionLa vida de Isel da un vuelco cuando vuelve a ver a su ex. Alex Márquez. Él le pedirá algo que no podrá rechazar: ser la madre de su hijo.