Hace un par de días que a Claudia y a mí nos dieron el alta. En casa todos están atentos a lo que necesitemos intentan que hagan lo menos posible. Así que me siento un biberón andante.
El único que hace que me mueva es mi niño. Como siempre estoy cerca de la bebé, quiere que lo persiga por toda la casa para que su primita lo vea a jugar. Y lo cierto es que no me importa porque así no estoy tan aburrida.
Bells tiene algo de trabajo y no puede estar conmigo a todas horas. Me tienen entre la espada y la pared porque no quieren que haga nada, pero tengo que cuidar a los dos niños al mismo tiempo. Supongo que estar en la familia Márquez significa esto: hacer posible lo imposible.
- Mami, vamos a la piscina.
- ¿Quieres bañarte?
- Sí mami. Con Claudia.
Me enternece que Jordi quiera disfrutar de la piscina con Claudia y me mata tener que decirle que la pequeña aún no puede meterse en la piscina porque el agua está muy fría. Y cuando veo su cara de decepción se me ocurre una idea.
- ¿Nos damos un baño con Claudia?
- ¿Podemos? -sus ojos volvían a brillar contentos.
- Sí cariño. el agua de la bañera está calentita para que la prima se pueda meter.
Jordi asintió y subimos los tres hasta mi habitación. Dejo a los niños sobre la cama y voy un segundo al baño para abrir el grifo. Al volver a la habitación, Claudia se había despertado para comer y Jordi le estaba dando la mano.
- Se ha despertado mami.
- Eso es porque tiene hambre.
Cojo a la pequeña y la engancho mi pecho. Jordi nos mira muy atento. No quiere perder detalle de lo que pasa.
- Espera aquí. Voy a cerrar el grifo y ahora vengo peque.
Voy con la niña en brazos hasta el baño y cierro el grifo cuando veo que la bañera está allí. Al volver a la habitación le digo a Jordi que se vaya quitando la ropa y que la deje encima de la cama. Cuando lo hace la niña ya ha acabado de comer y le saco los gases antes de desnudarla.
- Tenemos que esperar un poquito a que Claudia haga pis.
- ¿Porque va a manchar el agua?
- Sí cariño.
Después de limpiar a Claudia, y cuando el agua se había quedado tibia, nos metimos los tres en la bañera a disfrutar del momento. A la pequeña le encanta el agua y a Jordi también. Todo es perfecto porque, de alguna manera, he conseguido hacer lo que querían los hombres de la familia. No hacer nada mientras hago todo.
- Menudo recibimiento -dice Marc desde la puerta del baño.
- ¡Papi! -grita Jordi.
- Vamos campeón. Salid del agua que os vais a quedar arrugados.
Marc llama a Alex que viene corriendo y veo como se le salen los ojos al verme. Esos dos están más salido que el pico de una plancha. Los chicos sacan a los niños y, cuando Jordi ya está en la cama enrollado en la toalla, Marc vuelve al baño para ayudarme a salir de la bañera.
- Me gusta volver a casa y que me recibas desnuda.
- Yo que tú me bajaría la erección antes de que Jordi empiece hacer preguntas -le susurro antes de ir a la habitación a por algo de ropa.
Me pongo lo primero que pillo y ayudo a mi hijo a vestirse. Alex se ha llevado a Claudia a su habitación a por algo de ropa y, cuándo vuelven, solo falta mi futuro marido que se ha encerrado en el baño.
- ¿Dónde está mi hermano?
- En el baño. Se está dando un masaje en la zona que duele -intento no reírme.
- Vayamos al salón -dice Alex entendiendo lo que está pasando tras la puerta del baño.
En el salón nos sentamos en el sofá mientras Jordi juega con sus motos de juguete. Alex y yo nos quedamos en silencio hasta que Bells entra en el salón.
- Creo que aquí falta uno.
- A mi hermano se le ha parado un músculo y está masajeandose.
La cara de mi cuñada nos dice que no se ha enterado de lo que pasa realmente, pero no nos da tiempo a explicárselo porque Marc entra en el salón.
- ¿Cómo está tu músculo?
- Bien, supongo.
Alex y yo estallamos en una carcajada que despierta a la pobre Claudia. Nuestras parejas nos miran pidiéndonos que les digamos que tiene tanta gracia, pero ninguno de los dos puede parar de reírse.
- ¿Se puede saber que os pasa?
Alex fue el que les contó la broma del músculo. La cara de Marc reflejaba que estaba pensando que estamos loco, pero me da igual.
- No me niegues que ha sido original.
- Os lo paso porque así Jordi no se entera de nada. Pero mira que decir que se me ha parado un músculo...
- No he mentido. Se te ha parado -Alex no dejaba de reírse.
Después del momento parada, salimos todos al jardín a disfrutar de lo que quedaba de mañana. Los chicos juegan con Jordi a la pelota y nosotras dejamos que le dé un poco el sol a Claudia.
- Nuestros chicos se decepcionarán cuando vuelvan a casa mañana y no te vean desnuda.
- Pues que maduren un poco porque no lo he hecho por ellos sino porque Jordi quería meterse en el agua con Claudia.
Le pregunto por el trabajo mientras Jordi no para de gritar para que su padre o su tío le pasen el balón. Iba a acabar tan agotado que dudo que quiera comer.
- Va a irse directamente a hacer la siesta sin comer antes -dije al ver que mi hijo no paraba quieto.
- Pues espera que igual Marc y Alex le hacen compañía en la cama.
- Bueno, una tarde de solo chicas no pinta nada mal.
El trío energía no tarda mucho en acercarse dónde estamos cansados de tanto jugar.
- Mami, tengo hambre.
- ¿Y qué quieres comer?
- No sé mami.
La verdad es que, al estar sola en casa, no he pensado en nada que hacer de comer y ahora que estamos todos juntos no tenemos nada hecho.
- Podemos pedir algo para que nos lo traigan -propuso Alex.
- ¿Pedimos sushi?
- Yo prefiero una pizza o hamburguesa.
- Yo estoy de acuerdo con mi cuñada -dijo Bells.
- ¡Hambuguesa papi!
Los chicos se quejaron de que con nosotras era imposible mantener la dieta. Pero eso nosotras nos daba igual porque pasábamos de comer ese experimento de pescado crudo.
Mientras esperábamos la comida, extendimos un mantel de picnic en el jardín. Queríamos aprovechar que no hacía frío y que no necesitaríamos cubiertos para comer.
- ¡Ha llegado la comida! -gritó Alex desde la puerta de la entrada. No podía avisar como las personas normales.
Los dos hermanos trajeron la comida al jardín y disfrutamos de una comida al aire libre en familia y entre risas por las ocurrencias de Jordi.
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Madre de alquiler
FanficLa vida de Isel da un vuelco cuando vuelve a ver a su ex. Alex Márquez. Él le pedirá algo que no podrá rechazar: ser la madre de su hijo.