Jordi ha vuelto de pasar el día en Cervera y parece que tiene mucha energía. Se lo pasa muy bien en Cervera y no ha parado de contarnos todo lo que ha hecho desde que Marc y Alex lo dejaron allí ayer.
- ¿Has hecho todas esas cosas? -le preguntaba Alex animándolo a seguir hablando.
- Sí tito. Y he dormido con la foto del pimito -dijo corriendo hacia mí para abrazarme.
- ¿Qué te parece si les enseñamos a los titos nuestro parque secreto?
A Jordi le brillaron los ojos ante la sugerencia de Marc. La verdad, es que no me vendría nada mal dar un paseo y que me diera el aire. Así que todos fuimos a nuestras habitaciones a cambiarnos.
Yo opté por ponerme ropa deportiva. Iba a ser lo más cómodo y, sinceramente, solo iba al parque con mi hijo. Cuando Marc y Jordi llegaron a la habitación para que Marc se cambiara, pude ver en la cara de mi chico la desilusión de no poder verme cambiarme, pero es que no me apetecía esperarlos para ponerme el primer chándal que he visto en el armario.
- Quita esa cara de pena que al final no vamos a salir de casa.
Marc se vistió rápidamente con un vaquero y una camiseta básica y bajamos al salón donde ya nos estaban esperando Bells y Alex para irnos al parque.
- Al final me vas a enseñar el parque -me picó Alex.
- Aún estoy a tiempo de arrepentirme y que no lo veas.
- Vale, vale. Ya me callo.
Tras la discusión tan infantil que tuvimos, me agarré del brazo de Marc y salimos de casa rumbo a aquel lugar tan tranquilo que descubrimos. Durante el camino, Marc y Alex iban hablando del mundial con un Jordi muy atento a todo lo que decían.
- Es como si les entendiera -le dije a Bells.
- Creo que le tendremos que contratar como traductor.
Las dos nos reímos ante su ocurrencia e interrumpimos su charla con nuestras risas.
- ¿Se puede saber qué es lo que os hace tanta gracia?
- Pues mira Alex, es que debéis hablar en un idioma tan extraño que solo Jordi os entiende. Así que Isel y yo estamos pensando contratar al pequeño como traductor.
No supe muy bien como interpretar la cara de Alex, pero Marc se lo tomó como la broma que era y empezó a reírse con nosotras.
- Alex -lo corté-. No digas nada.
- ¡Ya hemos llegado! -gritó el pequeño entusiasmado-. Una carrera papi.
- Vale. Hasta el columpio.
Mientras los tres chicos corrían unos detrás de otros, Bells y yo sacamos de la bolsa un mantel de picnic y algunas bebidas y nos sentamos bajo la sombra de un árbol a mirar como esos tres se divertían haciendo el bobo.
- Marc y Alex parecen más niños que Jordi -dije sin poder dejar de mirarlos.
- A veces creo que no lo hacen aposta.
No contesté a Bells, pero desde que conozco a esos dos, es cierto que he visto ese tipo de comportamientos en muchas ocasiones en las que no había ningún niño cerca. Sin embargo, admiro la capacidad que tienen esos dos de no matar al niño que llevan dentro. Jordi y el bebé tendrán la suerte de tener a esos dos locos como padres y tíos. Tras un rato en silencio, Alex vino a tumbarse entre las dos.
- ¿Cómo están las mujeres de mi vida?
- ¿Le estás poniendo los cuernos a Bells?
- ¡No digas tonterías Isel! ¡Y tú deja de reírte Bells!
Era muy fácil sacar a Alex de sus casillas. Parece mentira que sea hermano de Marc y que no tenga ese sentido del humor que tanto caracteriza a mi moreno. Pero, para que se calmase y nos dejase pasar tranquilas el día, las dos le dimos un beso en cada mejilla a la vez.
- ¿Veis? No cuesta nada mimarme.
- ¿Y tú no has pensado que, a lo mejor, es el bebé y que me hace hacer estas cosas?
- No metas al bebé en esto -dijo antes de levantarse para ir a jugar con Jordi.
- Tu marido es imposible.
Media hora más estuvieron jugando hasta que, agotados, se acercaron para sentarse a beber y a descansar. Jordi, para nuestra sorpresa, se quedó dormido después de beber su botella de agua entera así que decidimos que lo mejor sería volver a casa para que descansara mejor tumbado en su cama.
Cuando llegamos a casa, Marc subió a Jordi para acostarlo mientras Alex, Bells y yo fuimos a la cocina para preparar la comida. Decidimos que hoy comeríamos pasta.
- Ya está en la cama. No se ha despertado -dijo Marc al entrar en la cocina.
- Habéis jugado mucho. Estaba muy cansado. Cuando esté la comida lista iremos a despertarlo.
Los chicos se pusieron a cocinar la pasta. Bueno, Marc creo que solo servía como apoyo moral, pero le echaba ganas. Y nosotras pusimos la mesa para que solo tuviésemos que sentarnos cuando la comida estuviera preparada.
La pasta tardó un rato y lo aprovechamos para sentarnos y hablar sobre lo que haríamos cuando naciera el bebé. Marc quería que nos fuéramos a nuestra casa, pero Alex quería que le diera el pecho a nuestro hijo. En fin, que tuvimos que presentar la enésima pelea infantil de los hermanos Márquez.
- Marc, no creo que nos pase nada por vivir un par de meses más en casa de Alex.
- Pero quiero que tengamos intimidad.
- Prometo que no os interrumpiremos mucho, pero me gustaría que el bebé toma el pecho -dijo Alex intentando convencer a Marc.
Marc se quedó unos minutos en silencio. Minutos en los que los tres estuvimos tensos hasta que el mayor de los hermanos aceptó la petición.
- Te debo un favor enorme hermano.
- Me debes un día entero con un canguro de Jordi.
No entendía muy bien el motivo por el que Marc quería que Alex fuera el canguro de Jordi, pero la idea de estar a solas con Marc durante un día entero me gustaba mucho.
- Entonces os lo quedáis mañana y así Isel de él puede acompañarme a la sesión de fotos que tengo por la mañana.
Marc no dejó que Alex le replicara. Tener que estar más tiempo en esta casa del que tenía pensado no le ha gustado nada, así que va a aprovechar hasta la última baza que tiene para que Alex le dije estar a solas conmigo.
- Bueno chicos, yo me voy a la habitación a descansar un poco y de paso me doy una ducha. No quiero que ninguno de los dos vengáis a molestarme. ¿Entendido?
Los dos asintieron como si fueran niños a los que he regañado. Pero es la única forma que Bells y yo hemos encontrado para que nos hagan caso.
Los dejé a todos en la cocina acabando de preparar la comida y subí al baño dónde me di una ducha relajante para después ir a la habitación de mi hijo y tumbarme con él hasta que subieron avisarnos de que la comida ya estaba preparada.
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Madre de alquiler
Fiksi PenggemarLa vida de Isel da un vuelco cuando vuelve a ver a su ex. Alex Márquez. Él le pedirá algo que no podrá rechazar: ser la madre de su hijo.